Opinión

Emprendimiento en Venezuela: ¿Los bodegones?

Así entonces, “el emprendimiento requiere estar dispuesto a tomar riesgos relacionados con el tiempo, el dinero, y el trabajo arduo”.
miércoles, 21 septiembre 2022

Hoy tengo que hablar obligado, lo que no es otra cosa que, forzado, el tener que ir en contra de una palabra tan espléndida y motivante acerca de la fortaleza de muchos individuos en inicio de una actividad que exige esfuerzo o trabajo, o tiene cierta importancia o envergadura, en otras palabra me refiero al: Emprendimiento..

El Emprendimiento según la fundación “Sociedad y Empresas Responsables (Seres)”, históricamente: “Su origen se remonta al siglo XVII cuando con el término emprendedor se identificaba a un “aventurero” que “emprende” decisiones arduas enfrentándose a la incertidumbre.

Con el tiempo, esta perspectiva de aventura se ha dirigido hacia ser tomadores de riesgo económico. Es importante tener en cuenta esta dimensión de riesgo, de aventura cuando se piensa en el emprendedor. Esto también ayuda a diferenciar el emprendedor del empresario.​

Así entonces, “el emprendimiento requiere estar dispuesto a tomar riesgos relacionados con el tiempo, el dinero, y el trabajo arduo”. Los emprendedores son individuos que tienen decisión e iniciativa para realizar acciones que son difíciles o entrañan algún riesgo.

“Ulises era el héroe más emprendedor del ejército griego”.

Ahora, como todas las cosas en Venezuela, todo está al revés, sí, el “mundo al revés”. El hecho que un ingeniero está haciendo tortas y pasteles para después venderlas en plena calle y así “aumentar” sus ingresos, entonces dice el populacho ignorante y hasta exclaman eufóricamente los políticos (con sus sobradas y perversas intenciones) que ese profesional es un “emprendedor”.

¡Por favor! ¡Déjense de eufemismos!

Simple y llanamente es uno más de los sobrevivientes, desvalidos y empobrecidos de los venezolanos de hoy por culpa de un pequeño pero denigrante grupo de delincuentes que gobiernan en el régimen chavista madurista.

Ojo, sin ánimo de desvirtuar y mucho menos detestar oficios honestos y de mucho valor moral y ético en cuanto a la responsabilidad de trabajar de todos los ciudadanos, he de criticar muy razonadamente y utilizar el fiel de la balanza para con justicia señalar que no puede calificarse de “emprendedores” a los abogados, médicos, economistas y cualquier otro profesional, que tienen que realizar nuevos “negocios” para subsistir tales como dedicarse a buhonero, vendedor de periódicos o “cuidador de carros”.

Por supuesto tampoco a los seudo emprendedores que viven de los llamados “bodegones”, y si la palabra existe entonces los apodaremos como “bodegoneros”, que estarían en la lista de “emprendedores oportunistas” engendrados dentro de una triste realidad económica y social de nuestro país.

Recuérdese que los bodegones en nuestra patria son negocios o tiendas de efectos o productos importados, en donde se venden alimentos, bebidas y hasta electrodomésticos y otro tipo de bienes, a costos inaccesibles para la generalidad de la población.

En ese sentido, en principio, quizás así lo asumimos, y “pendejamente” lo aceptamos. Creíamos que eran tiendas que tenían el propósito, tal cual “Isla de la Fantasía”, de acabar con el desabastecimiento de artículos básicos y necesarios para vivir sanamente, ocurrió que a pesar de que una de sus funciones principales era precisamente suministrar esos artículos que el pueblo venezolano no lograba conseguir por la crisis existente, resultó que los precios en dólares tan altos no les permiten aprovisionarse como consecuencia del desequilibrio e inestabilidad de la valía de la moneda nacional y la dificultad de operar diariamente tan altas cifras en bolívares.

Por otro lado, “aterrizando” en otros fraudes y abusos que se dan en mi país, todavía no estoy muy claro con respecto a lo que en una oportunidad una exgobernadora, ahora “flamante e inteligente” ministro de Educación dijo ante la opinión pública de nuestra maltrecha Venezuela (maltrecha porque nada ha cambiado) que los MAESTROS (así con mayúsculas), debían pensar en hacer “otras cosas” para completar su salario (por cierto, ¿qué cosas?).

Y, ahora, recientemente y ante nada menos que en la ONU, en la Cumbre sobre la Transformación de la Educación, falazmente expresó que: que el régimen de Nicolás Maduro tiene a los maestros como “una prioridad”.

Y agregó arteramente la ministro, que: “Desde hace aproximadamente un año y medio, en el plan educativo nuestro principal objetivo fue un plan de atención denominado “Por Amor a mi Maestro” (Bello nombre para una mentira del tamaño del Universo), con el objetivo y que de atender, directamente, tanto a los docentes activos como jubilados”.

Recuerden que antes trató de inducir a los maestros eufemísticamente a ser “emprendedores” (de cualquier cosa). Ahora pienso que decía una gran verdad (su verdad) al reconocer hipócritamente que tenían y tienen un sueldo miserable que no les alcanza para vivir.

Como ocurre a todos los venezolanos que no han ido a morir en el Tapón de Darién o los millones de emigrantes que están lejos de su mayor riqueza: La familia.

Finalmente, sin lugar a duda existen dos definiciones para la palabra “Emprendimiento”.

La primera, positiva, motivante y recomendable para cualquier persona: todos aquellos que demuestren innovación, creación, en que toda persona que posee interés en innovar y buscar nuevos modelos de negocio, impulsada por iniciativa propia y no compulsiva u obligada por regímenes oprobiosos.

La segunda, aquella palabra y actividad vinculada con supervivencia, sobrevivientes o pobreza crítica de los futuros o actuales “emprendedores” en nuestra Patria, la Venezuela de hoy.

En nuestro país, ante la vorágine política, social y económica existente, hace falta un tipo de emprendimiento, que más que una necesidad es una búsqueda de justicia social, así estaríamos hablando del “emprendimiento social”, el cual se identifica con un proceso de fases claves, tales como:

a)Tipificación e identificación de un ambiente injusto e invariable que origine exclusión, marginalidad o angustia a una fracción de la sociedad, la cual escasea tanto de medios económicos como de influencia política para lograr cualquier progreso que les favorezca;

b) Determinación de una encrucijada en ese ambiente injusto, y con ello desarrollar una propuesta de valor social que inculque creatividad, acción directa, arrojo y fortaleza para transformar el régimen que les oprime;

c) Creación de un nuevo equilibrio que libere el potencial atrapado o alivie el sufrimiento del grupo desfavorecido y de un nuevo ecosistema que asegure un mejor futuro para el grupo beneficiario o incluso toda la sociedad.

Por eso, amigos míos:

“Definan el éxito en sus propios términos, alcáncelo en sus propios términos y vivan una vida que les haga sentir orgulloso.”
(Anne Sweeney, copresidente de Disney Media)

“Me pregunto en qué clase de sociedad vivimos, qué democracia tenemos donde los corruptos viven en la impunidad, y al hambre de los pueblos se la considera subversiva”.
(Ernesto Sabato)

“Ningún comunista, socialista o progresista crea riqueza sin aniquilar las libertades individuales, el día que lo haga sin imponer la bota de la tiranía a su pueblo, será todo un espectáculo”.
(Luis Gabriel Carrillo Navas)

“¿Se puede importar Nutella y pasta dental? Por supuesto. ¿E Insumos para tratamientos oncológicos subsidiados por el Ministerio de Salud? No, eso sí que no se puede”
(Diario Ciudad VLC , Valencia, Carabobo, Venezuela)



Calgary, Canadá, Septiembre, 2022

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