El talento: ¿Es un reloj de sol a la sombra?

La frase célebre completa que encabeza este artículo de opinión es de Benjamín Franklin, y reza así: “No escondas tus talentos, se hicieron para su uso, ¿qué es un reloj de sol a la sombra?”

¡Ese tipo es muy talentoso!; ¡Manuel es una persona de mucho talento como profesional de nuestra Marina Mercante!. Son expresiones que comúnmente escuchamos en el día a día.

¿Pero a qué se denomina talento? Esta palabra, es un vocablo que viene del latín talentum que nombra a una moneda pretérita de los griegos. Con la singularidad de que en una y otra lengua se distinguía con una categórica moneda de oro, por lo que es posible que el vocablo presente se corresponda con la parábola bíblica de los asalariados que obtuvieron beneficios de los talentos o cuantía de dinero cedidos con mucha familiaridad o confianza por su amo, y que por ejemplo, uno de esos sirvientes por su talante o aptitud, decidiera sepultar en la tierra antes que poder usufructuarlos, negociarlos sin obtener ganancia de su talento o tesoro. En otras palabras, aprovechar su aptitud en cuanto a los ‘dotes naturales´ de cada uno. Como algo digno de relatar introduzcámonos en: “La Parábola de los Talentos”:

Un hombre rico que emprendía un largo viaje reunió a sus tres sirvientes. Les informó que cuidarían de su propiedad durante su ausencia. El amo detenidamente juzgó las habilidades naturales de cada sirviente. Le dio cinco talentos a un criado, dos a otro y uno al tercero, a cada uno según su habilidad. Luego el señor partió en su viaje.

Los sirvientes se enfrentaron al abierto mundo de la empresarialidad y la inversión. El que había recibido cinco talentos hizo negocios y ganó otros cinco. El criado que recibió dos, ganó dos más. Pero el sirviente que había recibido uno lo escondió de su amo dentro de un hoyo en el suelo.

El señor regresó y les pidió cuentas. El sirviente que había recibido los cinco talentos se adelantó diciendo:- “¡Señor, me confiaste cinco talentos; mira, ¡aquí tienes otros cinco que he ganado!”- “¡Bien, criado bueno y fiel!,” respondió el amo, “Has sido fiel en lo poco, te confiaré lo mucho. ¡Entra en el gozo de tu Señor!” Entonces el criado que había recibido dos talentos se acercó al amo. – “¡Mi Señor,” le dijo, “tú me confiaste dos talentos, mira, he ganado otros dos!” El amo halagó al sirviente en forma similar.

Entonces el que había recibido un talento se acercó. “Señor, sé que eres duro, que cosechas donde no has sembrado y recoges donde no has esparcido. Tuve miedo, fui y escondí tu talento en la tierra. Aquí tienes lo que es tuyo.”

La respuesta del amo fue pronta y severa:- “¡Siervo malo y holgazán! Sabías que cosecho donde no he sembrado y recojo donde no he esparcido. Debiste, por tanto, entregar mi dinero
a los banqueros para que, al volver yo, retirase lo mío con intereses.”

El amo ordenó que le quitasen el talento al sirviente holgazán y se lo dieran al que tenía diez talentos. “Porque al que no tiene,” dijo el señor, “aun lo que tiene se le quitará. ¡Y a ese criado
inútil echadlo a las tinieblas de afuera, allí será el llanto y el crujir de dientes!”

Moraleja: “Dios nos ordena que usemos nuestros ‘talentos’ para fines productivos. La parábola enfatiza la necesidad del trabajo y la creatividad en contraposición a la holgazanería.”

¿Es el talento igual a la habilidad? En oportunidades se confunde y hasta se aplica la sinonimia entre lo que representa el talento y la habilidad. Luego, se dice que la habilidad es aptitudinal, que es congénita, que es talento, destreza o capacidad que muestra una persona para conseguir exitosamente una determinada diligencia, compromiso o tarea. Se ha logrado determinar que la mayoría de los seres humanos, inclusive aquellos que sufren de alguna dificultad motriz o discapacidad intelectual, se diferencian por algún arquetipo aptitudinal.

Lo cierto es, que no todos nacimos con igual cantidad y calidad de talento, algunos entendemos no poseer ningún talento personal, ello impulsa a reflexionar que en esa situación la persistencia, la entereza, la insistencia y dedicación son nuestras principales estrategias para lograr el éxito, como supuestos instrumentos sin los cuales inclusive el más inteligente jamás podría triunfar en la vida. Sin dudar, el talento es la capacidad originaria que posee un individuo para desarrollar una específica acción o labor.

Talentos innatos, como ejemplos importantes los tenemos en aquellas personas que tienen capacidades o habilidades tales como el canto, la pintura artística, el dibujo o el ser notables pianistas, dibujar o tocar el piano.

Una de las aseveraciones confrontadas con la realidad es que todas las personas tienen uno o más talentos, habilidades que les admite sobresalir sobre otros en una disciplina o actividad. Estas acciones pueden hallarse en numerosos ámbitos y pueden ser deportivas, artísticas, de liderazgo, creativas, de gestión, de comercios, entre muchas otras.

También puede ocurrir que algunos individuos alcanzan a llegar más remotamente en la vida que otras, pero concurren innegables elementos concluyentes como el destino (según algunos autores), la constancia o el trabajo rígido que pueden tener mucho que ver en ello.

En el fondo todos tenemos algún talento y ocurre que la generalidad no está al tanto de mostrarse de acuerdo con cuál es su más importante talento, o se tiene dificultades para valorarlo. Quizás lo anterior se deba a que tal vez ello ocurre debido a que los talentos son innatos y poco racionales y no pensamos con frecuencia sobre ellos. Lo que, si debe considerarse como verdadero, y lo subrayo, es que el talento sin tenacidad, constancia o firmeza no permitirá alcanzar el triunfo. ¡El talento no es un reloj de sol a la sombra!.

Existen numerosos tipos de talentos, entre ellos nombraré los siguientes: talento musical, deportivo, creativo, gestión de personal (Es el talento que tiene un individuo para llevar adelante un grupo y guiarlo en miras a un objetivo), organizacional, pintura u otras disciplinas artísticas, en la gastronomía, atención al cliente, área de ventas, emprendedor, manejo de dinero, en matemáticas, la docencia (La cualidad y habilidad más significativo de un buen maestro es su pasión por la enseñanza), escritura (Es el talento que tiene un individuo para comunicar mensajes, ideas u opiniones a través de la palabra escrita), danza, hablar en público, científico. (Es el talento que tiene un individuo para investigar y desarrollarse dentro del área de las ciencias), entre muchísimos más.

Surge una interrogante que debe considerarse de mucha importancia, sobre todo si se acepta como verdadero que el talento es innato, congénito: ¿Puede gestionarse, gerenciarse el talento de las personas dentro de las organizaciones?. La respuesta es positiva.

Así entonces, la gestión del talento humano se refiere al sistema o conjunto de procesos que una organización, ejecuta a través de su unidad o departamento de recursos humanos, realiza y echa a andar con la intención de lograr la aproximación, afinidad y consenso de nuevos participantes, y la preservación de los que ya pertenecen a la organización.

Con esas actividades, esencialmente se registra o establece la capacidad profesional y la actitud que posee y debe asumir el trabajador, que le permitan hacer de modo eficaz sus acciones en los espacios de compromiso. De allí entonces, que es de suma importancia el tener un componente de participantes cualificados y motivados como factor fundamental para el éxito de la organización y así aumentar la productividad, competitividad y la rentabilidad de esta. La locución “gestión de talento humano” tuvo su principio en 1997 por McKinsey & Company, pero no fue hasta 1998 que consiguió notoriedad mundial, cuando David Watkins, de la empresa Softscape, lo propagó al utilizarlo en uno de sus alegatos escritos.

Sin embargo, es recientemente cuando esta definición comenzó a lograr un gran renombre, y fue cuando las unidades de recursos humanos se transformaron de lo habitual de una gerencia central con acciones como arriendos, procesos administrativos y beneficios, a la gerencia del talento humano que se ubica en hallar e insistir sobre aquellos individuos con un alto potencial interno de su espacio laboral conforme a la organización.

De allí que no es un error gerencial, sino lo contrario insistir sobre una serie de estrategias y tácticas que aparecen dentro de los objetivos principales de la gestión del talento humano, entre ellos visualizamos: gestión del capital humano o gestión de recursos humanos. Así entonces, el retener e identificar aspirantes para constituir unidades de alto rendimiento; identificar factibles talentos internamente en la organización; situar al sujeto en una esfera donde sus habilidades sean adelantadas de forma inmejorable; descubrir y compensar las necesidades y motivos que poseen los participantes; conseguir una simetría entre los objetivos de cada persona y los de la organización.

Lo actualizado en esta materia es la revolución digital, que es en realidad, una revolución de valores que afecta el papel que desempeñan las personas en la organización. El nuevo desarrollo del talento será en el puesto de trabajo, será social y colaborativo. Habrá una carrera profesional “líquida” dónde un mismo profesional en una organización pueda ocupar roles muy diferentes en el tiempo en función del tipo de necesidades de la empresa.

Es una nueva forma de entender las condiciones laborales mediante la personalización de la retribución que incluirá nuevos aspectos retributivos relacionados con la dimensión social del trabajo tanto interno como externo en equipos virtuales. Y, finalmente, una interrogante que no podía dejar a un lado: ¿El talento se queda sólo en el plano de lo virtuoso, de la moralidad y la ética?

Y, después de enumerar y nombrar los distintos tipos de talentos, me surgió la siguiente interrogante: ¿Se puede hablar de talento humano cuando el mismo tiene intereses delincuenciales?

¿En otras palabras, existen talentos criminales?. Lamentablemente sí. Por ejemplo, por sólo citar dos de ellos en cuanto a los delitos de corrupción y lavado de dinero actualmente con desmedida frecuencia la gente especula equivocadamente que la corrupción y el consabido lavado de dinero son sólo una “forma de vida”, es decir , están aceptando que es un hecho normal dentro de sus gobiernos y de la sociedad actual, por lo menos en la venezolana, pero esto es falso. ¡No señor! La corrupción es el mayor impedimento para el desarrollo económico y social en todo el mundo y el lavado de dinero en un altísimo porcentaje proviene de dineros mal habidos, tal es el caso del narcotráfico.

Se detiene el crecimiento económico, carcome el Estado de Derecho, y malgasta talento y recursos indispensables. Donde existe la corrupción, las sociedades son renuentes a innovarse ya que los precios para establecer movimientos comerciales son convincentemente más costosos. En síntesis, la corrupción entorpece que los individuos, las naciones y las sociedades desplieguen su potencial.

En ese orden de ideas, lo cierto es que el talento también persevera en el contexto criminal. Los delincuentes tienen su talento y aprovechan recursos de acciones ilícitas para comprar a los funcionarios comisionados para hacer cumplir la ley, contrarrestan tribunales, compran o intimidan a políticos y periodistas, y cercan a los líderes empresariales en movimientos delictivos.

En general la corrupción es un delito que desmejora la democracia, la gobernabilidad y los derechos humanos por el agotamiento de las instituciones del Estado en las sociedades justas y ecuánimes. Por ejemplo, la compra de votos, las estrategias fraudulentas en el proceso eleccionario, etc., deforman el proceso democrático y la justicia es retada cuando los malhechores son habilidosos, son “talentosos” para delinquir con impunidad. Uno de los ejemplos si se quiere mas emblemáticos como delitos que requieren de un talento importante es el de la estafa. Y, el estafador según el diccionario es: aquel individuo que tiene habilidades innatas, que posee el talento para convencer a que la víctima crea en algo que no tiene existencia real es un delito que se ejecuta contra el patrimonio o la propiedad y que se perpetra por medio de un engaño.

Para las personas que pueden acceder a Netflix, encontrará allí dos versiones vinculantes de la vida real en el documental “El estafador de Tinder” y en la serie reciente “Construyendo a Anna”. Ambas nos aportaran algo acerca de la existencia de talento o no en conductas criminales.

Conclusivamente, el talento no es fácil de interpretar por la complejidad de su origen y su acción o ejecución por parte de los individuos. De allí pues que existan disímiles teorías y modelos que tratan de explicarlo y aplicarlo a nivel organizacional. Según ello simplemente utilizaré lo expresado por Raquel Lorenzo García (2006), en su ensayo “¿A qué se le denomina talento?: Estado del arte acerca de su conceptualización”:

“Elaborar un modelo de talento y definir qué se entiende por él es el primer paso para implementar programas acerca de su gestión en las organizaciones. A partir de ahí, es que se pueden determinar los mecanismos de selección y desarrollo de las personas con potencialidades para el alto desempeño. Ellas son las que marcan la diferencia y otorgan ventajas competitivas a las empresas en la sociedad del conocimiento”.

-“La mayor gloria del talento es conocer la verdad: solamente es apreciable cuando es útil; pero en manos de un perverso es un arma cruel”. (Barón von Holfach)

-En carta dirigida al General Francisco Carabaño El Libertador, Simón Bolívar escribió:

“Los hombres de luces y honrados son los que debieran  fijar la opinión pública. El talento sin probidad es un azote. Los intrigantes corrompen los pueblos, desprestigiando la autoridad. Ellos buscan la anarquía, la confusión, el caos y se gozan en hacer perder a los pueblos la inocencia de sus costumbres honestas y pacíficas”  S.B. (Bogotá. 8 de octubre de 1828).

-“Por encima del talento están los valores comunes: disciplina, amor, buena suerte, pero, sobre todo, tenacidad”. (James Baldwin)

Calgary, Canadá, 28 de Febrero 2022
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