Opinión

Domingo de Ramos

La Semana Mayor tiene inicio con el Domingo de Ramos y la bendición de las palmas, de acuerdo con el relato evangélico del ingreso de Jesucristo a Jerusalén y el entusiasmo que generó su presencia en la Ciudad Santa.
jueves, 25 marzo 2021

Las celebraciones litúrgicas del triduo pascual 2021 deberán ser parcas en sus expresiones públicas, dada la situación que atravesamos como país con relación a la pandemia. De manera similar al año pasado, el contexto de soledad y muerte nos permite hacernos una idea más acorde de lo que pudo haber experimentado Jesucristo, a nivel de su pasión.

Por otro lado, los días santos terminan con el triunfo de la Vida inaugurada por el mismo Jesucristo, que se impone sobre las dinámicas de dolor y exterminio del género humano, generando una esperanza factible en nosotros, que nos comprometemos a hacerla realidad.

Los ramos benditos

La Semana Mayor tiene inicio con el Domingo de Ramos y la bendición de las palmas, de acuerdo con el relato evangélico del ingreso de Jesucristo a Jerusalén y el entusiasmo que generó su presencia en la Ciudad Santa.

El pueblo humilde recibe a Jesús con alegría, mostrándole gestos inequívocos de adhesión a su causa: vítores, mantos que fungen de alfombras, palmas agitadas al viento en expresión de regocijo.

El Domingo arranca pues con el signo de la alegría y el triunfo, con la esperanza por las estrellas.

Jesús es rey que entra a Jerusalén en humilde cabalgadura, dejando claro con este gesto cómo llevará a cabo su gobierno. El ejercicio del poder desde abajo, para el servicio de la inmensa mayoría, se ve premiado con la palma bendita.

Es decir, Jesús es premiado con la palma de igual modo que se premiaban entonces a los atletas o se rendía homenaje a los altos dignatarios.

El relato de la pasión

El Domingo de Ramos posee otro elemento, que hace de él un día curioso. Se lee por vez primera la narración de la pasión. Aquí radica precisamente la curiosidad del comienzo de la Semana Mayor: en el momento de mayor brillo en la vida de Jesús, se hace mención a su pasión, sin omitir ningún detalle.

Jesucristo ingresa a Jerusalén y es recibido y proclamado rey por un pueblo desde siempre excluido por unos dirigentes mezquinos, que piensan única y exclusivamente en sus propios intereses y negocios. El gobierno inaugurado por Jesús de Nazaret está signado por el servicio incondicional a todos.

Lo anterior se ve completado con la entrega de parte del Señor, hasta perder su propia vida. Jesús está claro que su ingreso en Jerusalén implica para Él perder su vida, de modo que con esta entrega definitiva, podamos comprender hasta dónde está dispuesto el Señor a apostar en favor nuestro.

Servicio real y entrega amorosa en beneficio de la mayoría de las personas.
En los últimos meses he debido atender espiritualmente gente cercana, afectada por el virus; la mayoría de ellos ya no están. Nos movemos como si nos encontráramos en lo más crudo de la pasión, padeciendo toda clase de sufrimientos sin que se atisbe aún la salida de todo esto.

Pero así será. De igual manera que Jesús afrontó de lleno su pasión, para verse acto seguido rescatado por Dios nuestro Padre, también nosotros nos movemos en la misma línea, con la esperanza de recibir la Vida que nos tiene reservada.

Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/H3jktHpqn4cKVS4NZdKEuj

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí https://t.me/diarioprimicia

error: