Dispareunia: Coito doloroso
La mayoría de las mujeres han experimentado dolor en alguna ocasión durante su actividad sexual. La “dispareunia” o coito doloroso, se define como la presencia de dolor genital persistente o recurrente que ocurre justo antes, durante o después de tener relaciones sexuales y que aparece con relativa frecuencia durante amplios períodos de tiempo.
El término “dispareunia” proviene del vocablo griego dyspáreunos, referido al trastorno o dificultad de compartir el lecho.
El coito doloroso puede representar una compleja dificultad en el desarrollo de relaciones sexuales satisfactorias, no sólo por el grado de dolencia que pudiera conllevar el realizar el acto sexual, sino tambien por el miedo que implica padecerlo, lo que es un factor que conduce a efectos como la disminución de la actividad sexual, anorgasmia, distanciamiento e incomprensión de pareja.
Es común encontrar mujeres que toleran el dolor sexual sujetas al pensamiento del sexo como una obligación de pareja. La frecuencia de la aparición del coito doloroso es muy variada; en algunos casos puede presentarse en todos los intentos de coito; en otros sólo en contadas ocasiones, o en determinadas posiciones.
La prevalencia de la dispareunia se estima en un 46 % en mujeres sexualmente activas.
Generalmente se considera como un trastorno propio de la mujer, aunque también puede presentarse en el hombre, pero su incidencia es muy escasa y la mayor parte de estos casos se refiere a dolor en la eyaculación, donde lo más habitual es por causa de infecciones uretrales, vejiga urinaria, inflamación o infección del pene, prepucio, testículos, uretra o la próstata.
El dolor en las mujeres puede implicar ardor, sensación de quemadura, contracción o dolor cortante; localizarse en la parte interna o externa de la vagina, región pélvica o en el abdomen, pudiendo clasificarse dependiendo de la localización anatómica y momento del dolor.
Si el dolor ocurre al comienzo de la penetración puede estar relacionado con una infección vulvar o vaginal activa. Si ocurre con un empuje pélvico profundo puede estar relacionado con disfunción de los músculos del suelo pélvico, enfermedad inflamatoria pélvica, cistitis y endometriosis. El dolor que ocurre después del sexo puede estar relacionado con vestibulodinia, fisuras vulvares u otras dermatosis.
Entre otras posibles causas orgánicas se mencionan las malformaciones o cicatrices (episiotomía o desgarros post-parto), atrofia vulvo-vaginal post menopausia, estados carenciales de estrógenos, deficiente lubricación vaginal, uso de determinadas cremas anticonceptivas, espermicidas o de productos usados en la higiene íntima que irriten la vagina, y el uso de determinados diafragmas o preservativos.
No obstante, de igual forma los factores psicológicos como educación inadecuada, ansiedad o miedo a la relación y aprendizaje de experiencias anteriores traumáticas, se describen entre otras causales.
Se recomienda, en caso de síntomas y signos sugestivos de dispareunia, consultar con su médico de confianza quien podrá referir al especialista en ginecología para evaluación y descartar causas orgánicas, conjuntamente con el equipo de salud mental e indicar el tratamiento.
Dra. Fanny Quevedo
Médico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com
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