Déjà vu ¿Experiencia vivida o distorsión mental?
Es muy probable que usted haya experimentado en algún momento de su vida, un “déjà vu”, es decir, la sensación fugaz de haber estado en un lugar o haber hecho algo antes, cuando el sentido común le dice lo contrario.
No por casualidad en el idioma francés la traducción literal “déjà vu” significa “ya visto”; evento que se presenta como una especie de repetición, donde una persona tiene vivencias que está segura de que le han sucedido antes.
Vivir un “déjà vu” representa una de las sensaciones que más desconcierta al ser humano a nivel lógico y emocional por lo inexplicable de la situación; instante fugaz que deja una marcada huella en la memoria del individuo que no puede dejar de sorprenderse por lo ocurrido o de hacerse preguntas al sentir a nivel íntimo que ese momento ya ha ocurrido en algún instante previo.
La experiencia del déjà vu, denominado en psicología “paramnesia del reconocimiento”, se caracteriza por una reacción de extrañeza temporal que se produce de forma automática, sin ningún tipo de planificación previa, acompañada por una convincente sensación de familiaridad y de sobrecogimiento producto de una alteración de la memoria, a causa de la cual una persona cree haber vivido el mismo momento en el pasado, pero que en realidad nunca ocurrió.
Básicamente se trata de tener la fuerte sensación de que un evento o experiencia que se vive en la actualidad se ha experimentado en el pasado, cuando la realidad es que no ha sido vivido. La falta de precisión de no poder identificar el cuándo y el dónde en concreto, desconcierta la lógica a nivel subjetivo porque aquello que la mente está conociendo, conecta con una escena de otro tiempo.
Enfoques científicos rechazan la explicación de “déjà vu” como “precognición” o “profecía”, sino más bien lo explican como una anomalía de la memoria. En la mayoría de los casos la sensación de “recuerdo” en el momento es fuerte, pero las circunstancias de la experiencia “previa” (cuándo, dónde y cómo esta ocurrió) resultan bastante inciertas.
Asimismo, a medida que el tiempo pasa, los sujetos pueden exhibir un fuerte recuerdo de haber presentado la experiencia de “déjà vu” en sí misma, pero ningún recuerdo de los sucesos o circunstancias específicas que estaban rememorando cuando tuvieron dicha experiencia.
En particular, puede ser el resultado de un solapamiento entre los sistemas neurológicos responsables de la memoria a corto plazo (sucesos que se perciben como pertenecientes al presente) y los responsables de la memoria a largo plazo (sucesos que se perciben como pertenecientes al pasado).
Muchos teóricos creen que la anomalía de la memoria sucede cuando la mente consciente tiene un ligero retraso en la recepción de las entradas perceptivas.
En otras palabras, la mente inconsciente percibe el entorno antes que la mente consciente, situación que provoca que la propia conciencia perciba algo que ya está en la memoria, a pesar de que lo esté sólo un instante de diferencia con la percepción.
Existen varios tipos de “déjà vu” dependiendo del tipo de situación con que esté relacionada la alteración de la memoria, dentro de las más comunes se mencionan:
1) Déjà visité o “ya visitado”, reacción psicológica que implica el extraño conocimiento de un lugar nuevo, aunque nunca haya estado en él. Casos como poder saber o encontrar el camino por una ciudad o lugar nuevo sabiendo al mismo tiempo que no puede ser.
2) Déjà sentí o “ya sentido”, experiencia de sentir algo que ya se sintió.
3) Déjà vécu o “ya vivido”, sensación de haber vivido antes una misma situación. Es la más común de los tipos de experiencia.
Un dèjá vu no solo se caracteriza por su impresión presente, sino también, por el efecto que produce en la mente de quien quiere disponer de esa información para conectar con el origen de la misma a través de un diálogo interno que no concluye de manera definitiva.
Aproximadamente dos tercios de la población lo experimenta al menos una vez en la vida, presentando un lapso de duración entre 10 y 30 segundos, y no conlleva ningún síntoma.
Se ha encontrado una correlación clínica entre la experiencia de “déjà vu” y trastornos tales como la esquizofrenia o la ansiedad, por lo que la probabilidad de experimentarla se incrementa considerablemente en sujetos que están en tales condiciones.
El “déjà vu” implica un ambiente de misterio por lo que usualmente se asocia con la precognición, la clarividencia, percepciones extrasensoriales y se le cita frecuentemente como evidencia de aptitudes psíquicas. Otros argumentos no científicos atribuyen la experiencia a la profecía, las visiones, sueños o recuerdos de una vida anterior.
Diversas historias sorprendentes de personas que experimentaron “déjà vu”, así como el hecho de transitar culturalmente más allá de la ciencia hasta llegar a la ficción y ubicarnos en la expresión “fallas del matrix”, no dejan de asombrarnos ante el enigma que ello implica, por lo que inevitablemente se puede afirmar que la última letra de su naturaleza, aún no ha sido escrita.
Dra. Fanny Quevedo
Médico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com
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