Cuenta La Leyenda: Una de las primeras peluqueras profesionales en la ciudad

Antes, había estado la señora Dominga (de origen italiano) y después la señora Angélica, quien fue la que indicó mis primeros pasos, de esta manera narra con muy buenos recuerdos la protagonista de esta leyenda, se trata de la peluquería de la señora Clarita, nacida en Marruecos, de madre española y padre judío.

Persona que: cuando llegó como todos hemos llegado, acompañada de su esposo, señor: Juan Sans, oriundo de Cataluña, quien venía a trabajar en una de las empresas básicas, en la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) como así fue, pero antes había realizado varios oficios menores en varios lugares para mantenerse, mientras tanto, ella, para dar respaldo económico a su hogar y ofrecer un buen servicio de lo que ya era para ella como se dice coloquialmente “pan comido”, aun no existían centros comerciales con locales idóneos para instalar este tipo de servicio, pero si existían bellas y jóvenes damas necesitadas para poder lucir más radiantemente su belleza.

Recordó que: originalmente había vivido en el sector de Castillito, donde compartían con otros coterráneos.

Luego al mudarse a la Urbanización Mendoza, calle Caripe casa número 6, frente de donde hoy está el supermercado Santa María, dio inicio a su primera peluquería, luego se mudó a Villa Alianza, en la calle Nicaragua y por último, ya formalmente, se ubicó en un pequeño local alrededor del estadio de la Orinoco Mining Company, en lo que es el centro de la ciudad, lugar donde de inmediato empezaron a llegar un mundo de clientes que recuerdan con mucho cariño las manos milagrosas de Clarita.

Transcurre el tiempo, se suman al núcleo familiar dos hijos (ambos varones) quienes a medida de su crecimiento comienzan sus estudios en el conocido Colegio Loyola Gumilla, que aparte de ser construido por la Corporación Venezolana de Guayana, bajo la presidencia del General Rafael Alfonzo Ravard y fundado por el recordado sacerdote Gonzalo Palacios de Borao, el mismo que había llegado desde la India donde era rector de la Universidad de Bombay, iniciando en el sector Los Monos de Castillito una pequeña escuela para 130 niños en edad escolar, luego fue mudado para el centro de Puerto Ordaz hasta la culminación de las instalaciones en el año 1967 de esa casa de estudios donde han salido una gran cantidad de excelentes profesionales de diferentes áreas, médicos, ingenieros, abogados, militares, políticos etc.

Corren rápidamente los años y salen graduados de bachiller los hermanos, el mayor Johnny Sans y el conocido Chiquito, (Johnny nacido en Caracas y Chiquito en el Hospital de la empresa Orinoco Mining Company, hoy Américo Babó) van a la universidad, donde logran obtener buenas calificaciones y graduarse en Caracas en la universidad Simón Bolívar el mayor de los dos en artes culinarias, alimentos y bebidas y Chiquito en Estados Unidos de Administrador.

Pero… cuando regresan a esta ciudad el espíritu comercial de los europeos los llama y tras lo consejos y recomendación de sus padres, Clarita de Sans y Juan Sans, se lanzan a la aventura de instalar un restaurant, que de inmediato se transforma en referencia gastronómica, estamos hablando de “La Posada de Chiquito” donde se presentan platos internacionales, muchos de ellos comida española, destacándose el famoso “arroz negro” y “la suculenta y atractiva paella”.

Esta posada crece de manera increíble y es lugar de encuentro de muchas personalidades de la ciudad y muchos turistas que nos visitaban y ya venían dateados, pero aun así estos hermanos siguen creciendo y en un corto tiempo se lanzan a la aventura de inaugurar Panadería y Pastelería Chiquito, muy cercana a la Posada y de la misma manera, aparte de generar empleo a un numeroso grupo de personas, logran cautivar a la clientela con un servicio óptimo de cafetería y desayunos, pero el fuerte es la pastelería fabricada por manos expertas, de diferentes gustos y tamaños y en los últimos meses del año fabrican el mejor pan de jamón, del cual me atrevo a decir: el mejor pan de jamón de nuestro país.

Lamentablemente, cuando menos se esperaba, el señor Juan Sanz pilar fundamental de la familia fallece, pero esto no fue motivo para no continuar adelante y luego años más tarde también nos deja Johnny, el hermano mayor, ahora con más bríos “Chiquito y su señora madre, la famosa peluquera de Puerto Ordaz, acompañados con un buen número de excelentes trabajadores, de los cuales destaco a la señora Yolanda que se ha convertido a través del tiempo como mano derecha, mantienen tanto la Posada como la Panadería, viento en popa, lo cual sirve como ejemplo a nuestra juventud de relevo, demostrando que solo el trabajo organizado y bien gerenciado es los que nos deja la manera de vivir algo mas cómodo y nos permite crear un buen hogar acompañado con su esposa (o), hijos y demás familiares.

Ya este pasado jueves 2 de septiembre se cumplieron 33 años de haber abierto sus puertas a un público exigente, y la pastelería en el mes de noviembre cumple 22 años brindando lo mejor de lo mejor.

Clarita, nombre con que todos los que la conocemos y cariñosamente identificamos; se mantiene alerta desde muy temprano “cumpliendo horario de trabajo” alerta para que todo salga a pedir de boca y exigencia de la clientela, como símbolo viviente de una mujer trabajadora y muy conversadora, que Dios le siga brindando años de vida y mucha salud.

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