Cuenta La Leyenda: Un legado que se apropió de la sonrisa del tachirense
Toda ciudad, pueblo, barrio, tiene sus personajes emblemáticos, icónicos, celebridades, los que siempre están presentes, tales como el bodeguero, el barbero, el chichero, el panadero, el limpia botas y cualquier otra persona dedicada a algún oficio, personas que se hacen famosas y gozan del aprecio y cariño de toda una comunidad, dentro de estos oficios no podía faltar el personaje que eterniza las imágenes familiares y la historia, quiero decir “EL FOTÓGRAFO” esta persona es solicitada por sus conocimientos profesionales, éticos, responsables y que cada trabajo es digno de admiración.
En nuestra capital, Caracas, a raíz del famoso “Viernes Negro” nos dimos cita una serie de fotógrafos, este grupo estaba liderado por el francés Jacques Latouf, quien tenía su establecimiento en la Gran Avenida, en Sabana Grande, con la idea de importar nosotros mismos el material necesario para los trabajos en el laboratorio (químicos, papel, rollos, placas y otros insumos) ya que cada día se hacía más difícil obtenerlos aquí en nuestro país, por razones ya conocidas ampliamente, de esta manera pudimos conocernos y compartir ideas y conocimientos con muchos fotógrafos tanto de Caracas como de otros estados.
Luego dio pie a formar legalmente una Asociación, que serviría no solo para la adquisición del material requerido sino para fundar una escuela, llamada Avecofa, (Asociación Venezolana de la Comunidad Fotográfica y Afines) ya está cerca de 50 años, formando nuevos profesionales y mejorando las técnicas y calidad de muchos y de esta manera cumpliendo una cantidad de requisitos formarse como MAESTRO Avecofa (título muy digno), también en los estados más importantes de Venezuela, se tiene directores regionales, quienes hacen posible que cada interesado mejore sus conocimientos.
El caso es que: esta historia la provoca mi amigo el Abg. Gustavo Caro, quien me pregunta si conozco TREVISI, una empresa fotográfica ubicada en el Estado Táchira, avenida Francisco García de Hervia, (5ta avenida) de verdad que me llamo mucho la atención y de veras son historias que hay que difundir, su slogan es: “UN LEGADO QUE SE APROPIÓ DE LA SONRISA TACHIRENSE”.
No existe un recuerdo fotográfico en Táchira, que no esté firmado por el apellido que hace 60 años, mantiene una huella indeleble, lo mismo que una TRADE MARK, un legado que a pesar de los años se sigue construyendo y que sus funciones es no olvidar la historia de esta bella tierra de la cual se apropiaron y atesoran en sus venas, el latir del corazón y en su cerebro.
TREVISI, es sinónimo de la historia tachirense, no existe quien en su hogar no posea una imagen con su identificable sello, entre su clientela se encuentran: la mayoría de los políticos de la región, cantantes, deportistas, reinas de belleza, todo lo concerniente a la gran Feria de San Sebastián, la fiesta taurina.
Al igual que muchos estudios fotográficos en Venezuela, Foto Trevisi ha inmortalizado a muchos personajes quienes buscan la perfección de una sonrisa, el matiz de los labios de una linda mujer, el color de sus ojos, la linda cabellera de una joven, las arrugas testimonio de los años vividos de una abuela, la inocente risa de un bebé a quien prepara para su bautizo, a las quinceañeras y los graduandos, aquí es donde repito, se demuestra el profesionalismo el conocimiento de sus equipos y saber utilizarlos, con seriedad, responsabilidad, ética y el sentir y el arraigo de esa gran ciudad conocida como San Cristóbal del Táchira.
La Historia de los Trevisi como empresa nace de acuerdo a Manuel Antonio Trevisi Mogollón, uno de los tres hijos el patriarca: Antonio Trevirsi Forcellini, “en el mes de abril de 1948, mi papá instauró el negocio, mis hermanos y yo mientras tanto disfrutábamos observando como asfaltaban las calles y avenidas, las arterias principales”.
Trevisi Mogollón toma aliento y continúa su recorrido mental diciendo que su abuelo, piloto italiano participó en la segunda guerra mundial, razón por la cual buscó una especie de refugio, tranquilidad, seguridad y lugar apacible, para poder olvidar tanto terror, viajó a América, llegando a Bucaramanga, departamento Santander, Colombia.
Pero con la muerte de Eliezer Gaitán, el 9 de abril de 1948 en Bogotá, ya es suficiente para seguir buscando algo idóneo, estableciéndose en San Cristóbal. El abuelo era orfebre y mi papá un gran aficionado al invento de Daguerre y Niepce, es cuando piensa que esto podía ser su futuro, se inició de inmediato formalmente, registrando en blanco y negro, años más adelante al color y esta actividad donde el recuerdo es el mayor ingrediente de una instantánea representaba la primicia.
Y fue así: como nació, creció y se ha mantenido una empresa pujante de la nación.
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