Cuenta la Leyenda: Un hombre con las botas bien puestas
De la misma manera, como llegaron antes, millares de inmigrantes europeos, desde Italia nos llegó este personaje con la misma idea de buscar a través de su trabajo lograr labrar un futuro mejor tras los estragos que habían dejado la II guerra mundial en su tierra natal. Walter Padovani nació el día 22 de agosto del año 1941 en Roma, Italia.
Los padres de nuestro biografiado son de origen friulano razón por la cual es inscrito en la Escuela en Bassaro de Grapa obteniendo el título de Perito Técnico, lo cual, aunado a su conocido espíritu inquieto, lo dirigió al puerto a embarcarse para llegar a Venezuela por el puerto de La Guaira en el año 1958, año en el cual nuestro país cambiaba rotundamente el gobierno de una dictadura a una democracia.
Walter averiguó con sus paisanos, quienes le informaron que existía una ciudad donde se construía una siderúrgica, Walter, afrontando algunos problemas, no lo pensó dos veces y decidió llegar a Puerto Ordaz, donde se inició como mesonero en los comedores de INOCCENTI, una empresa constructora de la referida industria.
Algo debía hacer para subsistir, pero lógicamente no estaba satisfecho, la intención de cambiar su posición social y económica decidió el cambio que lo llevó a conocer a Humberto Cecconiello y abrieron una lavandería industrial, aquí empezó la carrera ascendente, dicha lavandería se llamó Tintorería y Lavandería CEPA S. A. (desaparecida recientemente); ya para esa fecha, va encaminado a donde él quería llegar y continuando con su inquietud decidió desligarse y ceder su parte a los hermano Tranquilo y Humberto Cecconello.
Siendo un hombre conocido en un país donde las costumbres son diferentes y la manera de pensar son totalmente diversas, compartió con sus paisanos, donde conoció a Averardo Marzerioli y en el año 1964 se asociaron para comprar una fábrica de calzado, la cual originalmente se había fundado en 1960 y los propietarios, por razones de salud, decidieron vender a Calzados Fion, donde se necesitaba una nueva organización y ahí estaba la persona indicada.
Para la fecha Walter estaba montado en sus buenas botas de seguridad, decidió afianzar su estado civil y contraer matrimonio el día 4 de septiembre de 1965, con la señora Gracia Pío, de dicho matrimonio nacieron cinco hijos: David Walter, Marco César, Ricardo Ernesto, Sara Cristina y Paulo; hoy en día todos son profesionales en diferentes áreas.
Esta maravillosa familia lo motivó a seguir adelante y en el año 1968 anexó una fábrica llamada GUANTEINDUSTRIA, produciendo guantes para la industria.
Siempre guiado por la familia, con justicia y autoridad, Walter Padovani, sin quejas ni lamentos siguió trabajando sin horario establecido; fue transcurriendo el tiempo y en el año 1976 adquirió un espacio de terreno en el sector conocido como Castillito y construyó su propia sede, dándole oportunidad a una cantidad de personas de trabajo estable y bien remunerado, satisfaciendo así la demanda requerida en las empresas básicas y otras adicionales.
Con esto demostró que con esfuerzo, constancia, tenacidad, responsabilidad y mucho amor por lo que cree, sueña y ejecuta, se logra un liderazgo con atención, honestidad y su exclusiva fuerza laboral a sus trabajadores clientes y proveedores.
Walter viajó e hizo presencia en exposiciones, ferias, congresos, relacionados con su empresa, donde cada día siguió adquiriendo conocimientos de lo último en cueros y maquinarias fortaleciendo así a la marca Calzados Fion.
Walter se siente muy satisfecho y su trayectoria ha sido reconocida por instituciones civiles y militares, entre ellas reconocimiento del antiguo Ministerio de la Defensa, también fue miembro y directivo del Rotary Club Puerto Ordaz, de la misma manera en la Cámara de Comercio del municipio Caroní ocupando espacio en la junta directiva.
En el deporte practicó en el Polígono de Tiro obteniendo medallas de plata, participó en torneos de golf en casi todos los campos de Venezuela, y en alguna ocasión también pateó el balón de futbol
Ha llegado el momento de reposar y disfrutar a plenitud con su esposa todo lo que ha hecho, no dejando de seguir dirigiendo desde lejos a su hijo Paulo, que de la misma manera lleva el control de la empresa, aparte de ser una persona bastante joven, pero con disciplina que le ha valido ser nombrado honoríficamente vicecónsul de Italia en la zona de Guayana.
De Walter hay que decir como dijo el famoso poeta del siglo XIV, Petrarca: ”seré quien fui, viviré como yo viví, continuando con mi suspiro.”
Que Dios le siga dando sana y larga vida, manteniendo esa tenaz estirpe friulana, de fuerte e irreductible temple y en tus hijos y tus amigos siempre será recordado como digno ejemplo de luchador incansable.
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