Opinión

Cuenta La Leyenda: Siguiendo los pasos de mi colega Karl Weiman qepd (parte final)

En el Cerro Bolívar, de color ferruginoso, grúas inmensas colman a los camiones con capacidad para 50 toneladas de mineral de hierro.
sábado, 21 octubre 2023

En un estrechamiento con el Orinoco, próxima a Ciudad Guayana, está situada Ciudad Bolívar, done el Libertador se instaló durante las vicisitudes de la guerra de la Independencia, declarando a ésta ciudad capital de Venezuela.

Aquí fue donde Simón Bolívar escribió su famoso Discurso de Angostura, en el cual dio a conocer sus ideas sobre la organización política sudamericana y aquí también fue impreso el primer periódico patriota, “El Correo del Orinoco”

Posteriormente, como un homenaje al Libertador, la ciudad cambio su nombre por el actual Ciudad Bolívar es una representación del pasado mientras que el desarrollo de Ciudad Guayana se proyecta hacia el futuro de Venezuela.

Las antiguas arcadas de Ciudad Bolívar a orillas del gran río son lugar de paseo para los habitantes aferrados a la tradición en medio de los cambios que han traído los tiempos modernos.

Mientras contemplan el Orinoco que sigue su curso invariables hace siglos, que delimitara todavía por mucho tiempo esa inmensa región de aventura e incertidumbre, la legendaria Guayana venezolana, de selvas y ríos, rememoran las viejas historia y relatos emocionantes, como el del brasilero Pedro Joaquín Aires, cuyo hallazgo en 1850 desencadenó una “fiebre de oro” y la del venezolano Lucas Fernández Peña, quien dio origen en 1930 a la “fiebre de diamantes”, que todavía no ha cesado.

En el sur de Venezuela está el futuro económico del país. Aquí se encuentran los tesoros que algún día deberán sustituir a la riqueza del petróleo.

Hace ya tiempo que los gobiernos han emprendido planes para poblar y desarrollar el sur, y se emplean los medios modernos y la técnica para mejorar las dificultades naturales que ofrece la zona selvática.

Un “El Dorado” comparado con el cual los tesoros legendarios de la ciudad dorada lucen pobres, espera ser aprovechado. Los tesoros de Venezuela en esta zona se llaman hierro, manganeso, bauxita, y fuerza hidráulica.

En los últimos años han adquirido más y más importancia para la economía del país.

A pocos kilómetros del Orinoco se encuentra varias mesetas cuyas rocas contienen hasta 64 % de hierro. Se estima que los yacimientos de hierro rendirán 400 millones de toneladas.

En el Cerro Bolívar, de color ferruginoso, grúas inmensas colman a los camiones con capacidad para 50 toneladas de mineral de hierro.

Estas cargas son transportadas después, por tren, a las riberas del Orinoco y embarcadas para ultramar. Pero no todo el mineral de hierro es exportado.

La industria siderúrgica, utiliza cantidades considerables para la fabricación, entre otros productos de tubos para los oleoductos de Venezuela, además de la obtención e industrialización del hierro, es de mucha importancia la fábrica de aluminio de Ciudad Guayana, la cual obteniendo la energía eléctrica de la represa de Guri, (Represa Raúl Leoni) la cual a su vez aprovecha la fuerza hidráulica del Caroní.

La vista sobre la planta de esta represa, la tercera del mundo en tamaño, es tan emocionante como la que ofrecen los tres saltos del Caroní, llamados “La Llovizna” las aguas caen con tanta fuerza, que sus inmediaciones se hallan siempre envueltas en una densa neblina.

Donde las azules aguas del Caroní desembocan en el Orinoco, están las zonas industriales de Ciudad Guayana. Aquí se ha venido deforestando la selva para dar lugar a una ciudad creciente (tiempo pasado) que puede tener una importancia decisiva para el futuro económico de Venezuela.

Esta empresa pionera de técnicas modernas (así eran) y desarrollo económico se expande en una zona rodeada por densas selvas, cuyas riquezas están siendo conquistadas por el hombre.

Entre la ciudad de San Fernando de Apure, y uno de los afluentes más largos del Orinoco, el Apure, en el sur, y San Juan de los Morros en los ramales de la Cordillera de la Costa en el norte, se extienden los Llanos, las Pampas venezolanas.

Las vastas extensiones de los Llanos que parecen ser infinitas, solamente pueden compararse con las extensiones selváticas de la Guayana.

“En la estación de las lluvias, un mar de hierba” escribió Alejandro de Humboldt. Pero durante la sequía el paisaje, reseco luce marrón-gris con áreas negras debido a los grandes incendios de los pastizales.

Todavía hoy las quemas son producidas por el hombre siguiendo la creencia tradicional de que la ceniza fertiliza al suelo y para que, al caer las primeras lluvias, crezca rápidamente pasto nuevo, que provee de alimento al ganado que al final de la estación seca suele estar hambriento.

La principal fuente de ingreso de los llaneros, los habitantes de los llanos, ha sido siempre la ganadería. Pero desde que se inició la Reforma Agraria, el gobierno viene fomentando el cultivo del tabaco y también ha construido sistemas de regadío que posibilitan la siembra de arroz.

Pero toda esa inmensidad no ha cambiado mucho la tradición llanera.

La labor del llanero es dura especialmente en la estación de las lluvias, cuando se realiza el rodeo. Es entonces cuando se hierran los animales jóvenes y se separan los destinados al matadero.

Al terminar la faena, después de bañar los caballos y de llevarlos a pastar, es la hora del descanso. Al caer la noche los hombres se reúnen ante sus cabañas y relatan los acontecimientos del día. Sucede que un toro joven ataca a un jinete y hiere con sus cuernos al caballo y al llanero.

Otro comenta como tuvo que esquivar al toro, otro como pudo alcanzarlo con el lazo. Las mujeres ya han prendido un fuego y de la parrilla surge el olor estimulante de la ternera cuya carne se sazona con guasacaca, sala preparada con aguacate, ají y ajo, todos se sientan cerca del fuego y empiezan a comer.

El apetito es grande, ya que, fuera del desayuno, temprano en la mañana, los hombres no han comido nada.

Después de la cena hay música, un arpa, un cuatro e instrumentos de percusión tocan un joropo, baile típico, que goza de mucha popularidad en toda Venezuela.

También cantan la “copla”. En estos cantos improvisados se expresa el carácter vivaz y comunicativo del llanero.

Los versos de la copla se parecen a sus cantantes: Una mezcla de la alegría del andaluz, del fatalismo del esclavo africano sometido y de la protesta latente del indio.

Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/HhDb57leEAO0m8hOGND6U4

También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí: https://t.me/diarioprimicia

error: