Opinión

Cuenta La Leyenda: Primer ingeniero metalúrgico de Venezuela

Ya en el año 1914 se descubre el yacimiento petrolero Zumaque en el estado Zulia y en el año 1922 el llamado: Reventón.
sábado, 21 agosto 2021

En la pequeña y humilde población, tierra habitada por buenas y generosas personas, honestas y trabajadoras, llamada San Juan Bautista, en la “Isla de las Perlas”, estado Nueva Esparta, el día 9 de abril del año 1927, la señora, doña Virginia Marcano de Gamboa estaba, como se dice coloquialmente: “alumbrando” un nuevo hijo, ya en años anteriores había nacido el hijo mayor llamado Vicente, a este segundo hijo se le reconoció como Argenis Gamboa Marcano.

Doña Virginia Marcano, era la maestra del pueblo y debía lidiar con alumnos de los diversos grados de educación primaria, que, a veces coincidían en una misma aula.

Argenis tiene el privilegio de ser hijo de la maestra, quien le imparte una doble dosis de disciplina, comportamiento, responsabilidad y de educación, con la contradicción de que el pueblo al estar alejado de la capital no ofrecía mejores o mayores ventajas, por lo tanto un bachillerato era solo una ilusión, mucho más una carrera universitaria (era una posibilidad remotísima).

Ya en el año 1914 se descubre el yacimiento petrolero Zumaque en el estado Zulia y en el año 1922 el llamado: Reventón.

Explota en el pozo Los Barrosos, asumiendo así en la economía venezolana un gran poder y su hermano Vicente, como muchos margariteños se fueron de la isla buscando contratos en las compañías norteamericanas disfrutando el auge del filón mineral del oro negro, y es esta la historia de cómo Argenis sale de la isla de la mano de su hermano mayor, ya Vicente se había trasladado al Zulia convirtiéndose en dirigente sindical, cuando Vicente, en una oportunidad se traslada al su pueblo natal en el año de 1939, encuentra a Argenis al final de su quinto grado de estudios primarios, decidiendo traerlo a la ciudad de Caracas dejándolo a cuidados de su hermana Margarita, que vivía muy cercano al Puerto de La Guaira, allí concluye su sexto grado.

No teniendo más expectativas que el mercado laboral, pero la suerte toca su puerta, cuando él ve por primera vez en su vida una comunicación telefónica de su hermana Margarita con la otra hermana que vivía en Caracas , llamada Imelda, esposa del profesor Pedro Salazar Gamboa, quien impartía clases en el conocido liceo Fermín Toro, solicitando urgentemente la presencia de Argenis,

Argenis, presenta en Caracas el examen de admisión en el referido liceo Fermín Toro, iniciando así sus estudios en el año 1.940, después en el año 1.941 por decisión del Ministerio de Educación, se cambia la fórmula del llamado bachillerato francés, de 4 a 5 años, luego concluye su secundaria en el liceo Aplicación, único en Caracas y el único en Venezuela que dictaba el quinto año final de bachillerato y gradúa a bachilleres, era de suponer que el liceo albergaba en ese último año a estudiantes provincianos, procedentes de todos los rincones del país, entre otros de San Juan Bautista, estado Nueva Esparta.

Argenis, tras su suerte, mantiene el apoyo en su formación por sus hermanos mayores quienes reconocían su excelente récord como estudiante, hoy día diríamos que era un tremendo “puñal” y siendo un poco más estirados diríamos que fue un tremendo “nerd” siendo un gran amante de las matemáticas y que era lo que quería ver en su futuro, siendo la única posibilidad la Escuela de Ingeniería en la Universidad Central de Venezuela (U.C.V.).

Nuestro biografiado decide por Ingeniería Civil, aun no se había dado inicio a la Escuela de Metalurgia, ya estamos en el año 1.946, cuando el ejercicio de la Junta de Gobierno sucede a Isaías Medina Angarita, se crea la Corporación Venezolana de Fomento (C.V.F.) y Argenis siempre está en el lugar, el momento apropiado y oportuno, y detrás de él, su ángel protector, cuando ya avanzaba su segundo año de ingeniería, la compañía petrolera Shell de Venezuela con capital británico y holandés, programa un concurso y Argenis sale beneficiado con una beca de estudios en Inglaterra, pero luego la alegría duró muy poco por el estado crítico de la economía post-guerra, se había cerrado el paso a los estudiantes provenientes de otras latitudes.

Argenis, resignado aprovecha una nueva oportunidad cuando la recién creada Corporación Venezolana de Fomento ( C.V.F.) ofrece becas de trabajo para estudiantes que aspiraran al recién creado Departamento del Hierro, siendo esta la primera aproximación al proyecto del estado Venezolano para la construcción de una Siderúrgica en el país, siendo esto un furtivo amor entre un joven aspirante a Ingeniero y la Industria Siderúrgica Venezolana.

No se puede negar de Argenis Gamboa, su vocación por desarrollar su profesión para más adelante convertirse en pionero y en actor promotor y participante del proyecto de desarrollo y consolidación de la industria siderúrgica venezolana.

En el año 1947, ya estaba cursando el tercer año de ingeniería en la U.C.V. no pudiendo concluir por razones políticas, pero antes había recibido un aviso de la Universidad de Pittsburgh obligándolo a presentarse en ese mismo mes de septiembre para el inicio de las clases de metalurgia, cuya inscripción ya había sido tramitada por la Corporación Venezolana de Fomento, iniciándose a si una nueva etapa en la vida estudiantil, donde reconocen los créditos previos en Caracas, de igual manera le exigen aprobar dos años y le conceden el grado de Ingeniero (BACHELLOR OF SCIENCE IN METALLURG ENGINEERING) otorgado en el año 1951.

Ya graduado y la obligación con la CVF con la que se había comprometido, regresa a Venezuela, pero sin antes cumplir con otro compromiso muy personal, su matrimonio con una joven norteamericana de origen italiano: Livia Liberati en cuya unión nacieron sus hijos Roberto y Gabriela.

Ya a este nivel de la narrativa de la historia del primer ingeniero metalúrgico venezolano, de hace difícil por el espacio, ya que son innumerables los estudios realizados y las responsabilidades exitosas obtenidas en los diversos lugares donde dejó imborrables huellas.

Entre ellas recuerdo fue profesor universitario, fue uno de los primeros directores del Instituto Venezolano del Hierro y del Acero I.V.H.A, fue gerente en la fábrica de tubos sin costura en Sidor, presidente de Ilafa, creador del Plan IV de Sidor donde ascendería la producción a 4,8 millones de toneladas anuales, la capacidad de la planta Siderúrgica del Orinoco y que incorporaría novedades tecnológicas como la peletización, la reducción directa, la acería eléctrica y la coladas continuas de laminación, lo cual dejó sorprendidos a los mismos técnicos alemanes ya que ellos solo habían llegado a los 3 millones de toneladas.

El Ingeniero Argenis Gamboa fue presidente de Sidor, desde el mes de abril del año 1966, donde se mantuvo por espacio durante 8 años ininterrumpidos hasta 1974, fecha cuando designan al General Rafael Alfonzo Ravard presidente de Petróleos de Venezuela y es Argenis Gamboa la persona más idónea.

Cuando el presidente de la República de Venezuela señor Carlos Andrés Pérez lo llama para que lo acompañe en la tarea para llevar a cabo y por buen rumbo la labor ya iniciada por su antecesor, (la presidencia de la Corporación Venezolana de Guayana) en otras palabras donde Argenis también logró realizar una muy buena y loable gestión, ya después de entregar la presidencia, memoria y cuenta, se dedica a actividades privadas, donde también fue presidente de una industria automotriz de una reconocida marca estadounidense de vehículos lujosos, ensamblados en Venezuela, seres como este es que se necesitan en Venezuela, honestos, trabajadores, conocedores de su profesión y con mucha vocación y disciplina.

Sigo recordando una frase que acuñé hace algunos años y continuaré repitiendo, ya que esta bella y linda ciudad que hoy día está tan maltratada, obra de grandes hombres y en la actualidad muy pocos recordados, son ellos el ingeniero geólogo: norteamericano Clayton Mc Lake, descubridor del cerro La Parida (Cerro Bolívar) y luego primer presidente de la Orinoco Mining Company industria extractora del hierro, quien dio vida y trabajo a muchísimas personas, luego el trío conformado por Rafael Alfonzo Ravard, (fue quien aró la tierra,) Argenis Gamboa, (lanzó la semilla) y Leopoldo Sucre Figarella ( la regó y cosechó) nuestro señor creador, el gran arquitecto del universo debe tenerlos en el mejor sitial que merecen estar en el cielo.

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