Cuenta La Leyenda: ¿Por qué la ciudad del hierro?
Me llamó la atención, cuando aún no conocía esta bella región, cuando confundía Ciudad Bolívar con Puerto Ordaz, como también no sabía que existía en el estado más grande geográficamente de Venezuela y así mismo nunca me imaginé venir a vivir y a pasar los últimos años de mi vida en “LA ZONA DEL HIERRO”.
Nos convertimos en novios, siete hijos, siete nietos, y más de sesenta años de haber llegado, donde un 9 de febrero del año 1952 en el lugar, que he titulado DONDE COMENZO TODO, si, ahí, en el Centro Cívico, el Teniente Coronel Luis Felipe Llovera Páez, hombre nacido en la capital de este estado, Militar, Ingeniero, miembro de la Junta de Gobierno del entonces general Marcos Evangelista Pérez Jiménez, dio inicio a las palabras con las cuales se fundaba la ciudad y paralelamente a distancia se fundaba la ciudad gemela: Ciudad Piar.
Han transcurridos muchos años, cuando el Ingeniero Geólogo norteamericano acompañado de otros geólogos descubría el Cerro la Parida, conocido luego como Cerro Bolívar, y es aquí, donde realmente comienza la verdadera historia.
Entre los elementos que existen sobre la tierra, el hierro es el segundo en abundancia, en muy rara ocasión se encuentra en estado nativo, y cuando esto sucede, regularmente es producto de meteoritos, por lo tanto, en enormes piedras y es parte constituyente de centenares de minerales. También se puede lograr ver en el agua, las plantas y la sangre.
Este hierro en los meteoritos, fue utilizado por los primitivos para la construcción su armamento y muchos otros objetos. Su metalurgia se cree haber sido desarrollada en Asia Oriental en el segundo milenio antes de Jesucristo y por siglos, su obtención se fue transmitiendo hacia occidente.
Los Asirios y los Egipcios, lo utilizaron y hasta lo apreciaron más que el oro.
En el libro del Genesis, del Antiguo Testamento, se refieren a Tubalcaín, hijo de Jafet, tercer hijo de Noe, como instructor en hierro de los trabajadores de ciertos metales.
Sin duda fueron mas adelantados que los seres involucrados en la mezcla de cobre con el estaño para la obtención del bronce, esta aleación tiene múltiples usos, pero las proporciones de ambas produce diferentes materiales mas o menos duros y con menos resistencia.
Los Griegos obtenían el hierro de la costa sur del Mar Negro, y los Romanos de la Península Ibérica.
La mayor parte de estas herramientas, que fueron fabricadas, mucho antes de nuestra era, se han mantenido debido a la oxidación, pudiendo ser, sin embargo, el largo tiempo de la fundición del hierro es evidente en una de las Pirámides de Egipto, se encontró una enorme espada de hierro, la cual indudablemente por la sequedad especial que impera dentro de las pirámides del desierto.
Las Forjas Catalanas.
Los métodos primitivos de la fundición existieron en Guayana durante la Colonia. Muchos restos de lingotes se encontraron en el sector conocido, como Mundo Nuevo, a 23 kilómetros al Sureste de Ciudad Bolívar.
Los Capuchinos Catalanes crearon una economía de producción y consumo al establecer hatos, cultivos y forjas.
Estos misioneros agruparon a los indígenas y construyeron muchos caminos de recuas y empedrados entre las minas y las forjas, y entre los cultivos y los centros de consumo como la Antigua Angostura, conocida antes como Santo Tomas de Guayana, centro político y administrativo de la región. De estos caminos quedan algunas, ya que fueron transformados con el tiempo
Estos asentamientos de hace varios siglos se estabilizaron cerca del año 1784 después de haber tenido cuatro fracasos. En las misiones de Cupapui. Comisaría de San Lorenzo, lo que hoy se conoce como Serranía de Santa Rosa, al suroeste de Upata, se han encontrado vestigios de trabajos mineros en las conocidas “Minas Frailescas”, también en Santa María y hacía, el Norte en la Carata, hoy conocido como Las Grullas. Esto se mantuvo hasta que los “misioneros desaparecieron dramáticamente del paisaje” durante las campañas por la independencia.
Este método primitivo de fundir mineral de hierro en Guayana consistía, probablemente, en escoger trozos del mejor mineral contenidos en las cuarcitas ferruginosas, nombre con el cual hoy se conocen y no tiene mas de 45 % de hierro.
Este mineral escogido era mezclado con carbón de leña y calentado intensamente con adición de más carbón y con fuertes inyecciones de aire por medio de un fuelle. Este mineral se convertía en una esponja metálica incandescente.
Luego se añadía minerales de arcilla con una arena blanca conocida como “caolín” los cuales se mezclaban con el oxido de hierro y las cenizas del carbón. El metal, al rojo vivo, se iba al fondo y era protegido por aquella mezcla que constituía una escoria.
A su debido tiempo se rompía el horno y se sacaba el metal en una masa semisólida que, aun caliente, se martillaba vigorosamente para expeler parte de la escoria, y al mismo tiempo, para soldar las partículas de metal en una masa coherente.
El acero que pudiera haberse producido en aquellos viejos tiempos era meramente accidental y es posible que usaran un método parecido al imperante en Europa en el siglo XIV y que consistía en introducir el hierro forjado en vasijas de barro cocido junto con arcilla y carbón calentado durante varios días hasta que el hierro absorbía suficiente calor del carbón, donde se obtenía una especie de acero duro y resistente necesario para la fabricación de armas y herramientas.
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