Cuenta La Leyenda: Los juegos y diversiones que vivimos en un pasado
Cuando me refiero a un pasado, estoy retrocediendo a los años 40-50-60, cuando no existían toda esta gran cantidad de juguetes modernos electrónicos de los cuales disfrutan los pequeños de hoy día, las tables los teléfonos celulares y una infinidad de equipos que aparte de modernos son muy costosos, pero desde el punto de vista en que yo me baso es que no han tenido la oportunidad de desarrollar su ingenio en la fabricación de los antes mencionados, utilizando una cantidad de material de desecho.
Ej: de los mas sencillos, jugar al escondido, cuantas veces me encontraron a mí, debajo de una cama, dentro de un armario, de la misma manera cuando jugábamos béisbol en la calle del barrio, como lo disfrutábamos, pero, los equipos que se conformaban, fabricábamos, de un listón de madera un bate, buscábamos en los lugares donde existían carros en desecho, sacábamos parte de del forro de los cojines y hacíamos los guantes, mascotas, mascotines, con papel periódico y unas medias en desecho.
Más una metra o una piedra, mucho pabilo y teipe se hacían las pelotas, las bases del cuadrilátero eran cartones de cajas que se pedían a los señores que tenían una bodega y luego se formaban los dos equipos, recuerdo que en Maracaibo, lugar donde me crié, más de un reconocido pelotero profesional salió del barrio a jugar profesionalmente y llegar las Grandes Ligas siendo reconocido en el mundo.
Vamos ahora, cuando buscábamos en los talleres las rolineras y en los basureros buscábamos las maderas para hacer carritos los cuales servían para competir y divertirse y en otro caso cargar a las señoras, los mercados, las compras realizadas y de esa manera nos ganábamos la propina la cual servía para la economía del hogar.
Otro juguete que tiene varios nombres de acuerdo a la ciudad o pueblo venezolano las perinolas, emboque, se buscaba un envase pequeño, una cabuya o guaral más un palito y de ahí, a divertirse y competir con los amigos.
El gurrufío, para esto se utilizaba un botón grande o una chapita de refresco, uno la aplanaba con un martillo, en el centro le hacia dos pequeños orificios, donde se insertaba una trenza, la cual con ambas manos se manipulaba, este ocasionaba un ronco sonido y muchas veces a las chapas de metal de le sacaba filo para cortar las trenzas de algún competidor.
En semana santa se practicaba la pelea de cocos, cada quien tenia su “gallito” se golpeaba en las manos uno contra otro tratando de romper las cascaras, al estar roto uno de los dos, el liquido se iba guardando en un envase y al final nos refrescábamos con el líquido sabroso y la pulpa se le entregaba a alguna señora con lo cual se hacen conservas de coco, arroz con, coco, comidas en salsa de coco y una infinidad de inventos culinarios. Hasta un poema existe que dice así: “Al coco de Juan Palomo no se le gana pelea”.
El juego de metras o bolitas, el cual se realizaba en el piso, se preparaba el rayo, a jugar rebuleo, o sea, se agarra todas las metras, tanto las de uno, como las de los otros participantes y salir corriendo haciendo uso indebido de la propiedad ajena; el vuelo de los papagayos, cometas, volantines, fugas, petacas, aquí existían una enorme variedad de tamaños, colores, era una gran diversión y tenia que hacer un laborioso trabajo, para lo cual se necesita caña brava o verada, papel, cabuya, engrudo (almidón preparado con agua caliente y sirve para pegar.
También se utilizaba la miel que produce el árbol del caujaro, se le hacía un largo rabo de tela que servía para nivelar el peso mientras está en el aire, todos ellos con unos frenillos, el más sencillo era una especie de rombo se llamado picúa (muy fácil en su fabricación) y unos de los más hermosos y grandes, era la fuga, al cual se le anexaba un elemento el cual sonaba mientras se desplazaba en el horizonte y era el más difícil para su fábrica estos servían para mandar carticas de amor a las noviecitas y como siempre también aquí se efectuaban competencias y muchas veces salió más de uno lastimado al tratar de recuperar su juguete.
A a todas estas, mientras los niños varones jugaban y hacia sus travesuras, las hembras hacían dulces, fabricaban muñecas y sus respectivos trajes, pero en los días festivos, se llegó a jugar a la familia ( se hacía una parodia de una boda) y alguno hacia el papel de sacerdote y se efectuaba un bautizo, quedado y respetando el compadrazgo, quedan muchos otros juegos en el recuerdo de acuerdo al estado en los cuatro puntos cardinales de nuestro querido país, la tecnología nos llevó a otros lugares y nuestros pequeños hijos o nietos pasan la mayor parte del tiempo en esa cantidad de equipos y juguetes que nos envían de otros países, para cerrar, y decir hasta la próxima entrega, recuerdo que jugué mucho “caman” esto era con una pistola o revolver de juguete de material plástico, unas se cargaba de agua, para mojar al contricante, otras utilizaba una especie de balines y jugábamos a los vaqueros.
Solo nos queda la nostalgia de un momento vivido sanamente, donde se encierran en un celular obviando a sus padres, familiares y amistades, cuando uno observa en un lugar, sentados alrededor de la mesa y cada quien buscando ¿Qué hay de nuevo?
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