Cuenta La Leyenda: Historiando y explorando
Al hacer un recorrido a lo largo del espacio y el tiempo a través de Guayana, resulta que nos encontramos con seis épocas, que dan fundamento a la personalidad de la región: el descubrimiento, el mito de El Dorado, y sus efectos, la conquista, la colonización, la gesta de independencia y la industrialización, tanto material como turística.
La primera referencia a Guayana en los anales literarios lo encontramos en Cristóbal Colón. El Almirante, como sabemos en su tercer viaje a las Indias Occidentales en 1498, navegó alrededor de la Isla de Trinidad y pasó por la Boca de Serpiente, ubicada frente al Delta del Orinoco, continuando después hacia el Norte a través del Golfo de Paria, para luego llegar a Macuro y así se constituye el primer encuentro del descubridor con el continente suramericano.
En ese entonces es cuando le llama la atención que había agua dulce en el mar, cuya presencia se la atribuía a un gran río, con un enorme caudal y no logra avistarlo. Luego otros exploradores son los que lo identifican como el Orinoco. (En el idioma Guarao quiere decir: Nuestro Lugar).
En el año 1500, Juan de la Cosa se encarga de elaborar el primer mapamundi en el cual incluye el continente americano, en cuyo norte designa una bahía con el nombre de Venezuela, topónimo que fue creado por Américo Vespucio y posteriormente aplicado a toda la región. En dicho mapa aparecen indicaciones como “Mar de agua dulce” las aguas las cuales había referido Cristóbal Colón.
Esta confluencia entre el río y el mar, constituye el punto de inicio de una serie de actividades exploratorias motivadas por el ansia de riqueza. Debemos estar claros, que las únicas vías de penetración para esa época, finales del siglo XV, eran el mar y en menor grado los ríos.
El descubrimiento, la conquista, la evangelización la colonización se inicia en las costas. Un río de la envergadura del Orinoco no tardaron en despertar las expectativas de los buscadores de fortunas, estimulados por descubrimiento de las riquezas de México y el Perú, cuyo equivalente querían encontrar a toda costa al penetrar por el río.
Todo el mérito del descubrimiento del Orinoco corresponde a Don Diego de Ordaz (1480-1532), quien en 1.531 navegó hasta el río Meta y dio nombre Guayana a la región, denominada así por los habitantes locales.
Walter Raleigh (1554-1618) emprende en 1545 su viaje por el caño Manamo Delta del Orinoco y llega hasta la desembocadura del río Caroní en busca del Dorado. Destruye todo lo que se encuentra a su paso y a falta del hallazgo, da rienda suelta a su fantasía vertiéndola en un libro, provisto de dilatado título.
El Descubrimiento de Vasto, Rico y Hermoso Imperio de Guayana un relato de la poderosa y Dorada ciudad de Maroa (la que los españoles llamaron El Dorado) Raleigh transcribe la leyenda de la época, según la cual el oro manaba entre el Orinoco y el Amazona o que constituyó un fuerte incentivo a la mayoría de los exploradores de la época.
Guayana ha tenido varios status jurídicos, límite y dependencias administrativas. Dependió de Santo Domingo, de Santa Fe de Bogotá y, a partir de 1777, con la creación de la Capitanía General de Venezuela, de Caracas; simultáneamente de las dos primera según se tratara de competencia jurídica o administrativa. En 1593 fue instituida como Provincia y Gobernación de Trinidad y Guayana por Antonio de Berrío.
Sus linderos eran, por el Norte la ribera del Sur del Orinoco, por el Oeste el alto Orinoco, el Casiquiare y el rio Negro, por el Sur el Amazonas y por el Este el Océano Atlántico hasta las posesiones francesas y holandesas del río Esequibo.
En la actualidad, la región denominada Guayana abarca el estado Bolívar, el estado Delta Amacuro y parte del estado Amazonas y con una superficie de 448.000 kilómetros cuadrados ocupa cerca de la mitad del territorio nacional.
Guayana y, especialmente el Orinoco, han contado con amplia repercusión en la literatura mundial. Partiendo de las citas de Colón, pasando por las afirmaciones de Raleigh, se publica alrededor de 1737 el libro “El Orinoco Ilustrado” de la autoría del sacerdote jesuita, misionero e historiador José Gumilla, que causa gran impacto y polémica en el mundo europeo.
Sin embargo, la primera obra literaria de nivel científico que se ocupa de Guayana procede de la prolija pluma de Alexander von Humboldt (1769-1859) quien hace una descripción tanto geográfica como científica del Orinoco.
El sabio alemán, quien domina la geología, la astronomía y la botánica, dedica 120 de un total de 420 páginas de la edición alemana de su libro “Viaje por las Regiones Equinocciales del Nuevo Continente” a Guayana.
En forma incansable relata lo que su vista alcanza a ver y lo que sus instrumentos logran medir, en un recorrido, realizado en 1800, a lo largo de los ríos Apure, Orinoco, Atabapo, y Casiquiare.
Humboldt quería comprobar que el Casiquiare comunicaba con el Orinoco con el Amazonas. El libro de Humboldt dio a conocer no solo a Guayana sino a toda Venezuela ante la opinión mundial. Julio Verne (1828-1905) hace un aporte importante a la novelística mundial, al publicar, en 1898, el libro “El Soberano Orinoco” de amplia lectura hasta la presente fecha.
(Esto continúa la próxima semana)
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