Opinión

Cuenta La Leyenda: Ganando indulgencia con escapulario ajeno

Me llamó la atención ya que hace pocos meses a la obra le hicieron mantenimiento y su color original, azul celeste fue cambiado por color rojo, le colocaron una placa donde dice que fue recuperada por el Alcalde Tito Oviedo.
sábado, 10 septiembre 2022

Al comienzo de la avenida Paseo Caroní, específicamente frente a la Catedral Juan Pablo II, en la redoma adyacente se encuentra una obra artística, una escultura, llamada por su autor el arquitecto: Valmore Rojas, “Monumento a la Madre”, es poco vista y detallada por encontrarse en una vía rápida, pero recomiendo visitarla y captar el mensaje que en ella encierra.

Ante de continuar, debo hacer saber que Valmore Rojas es un guayanés nacido en Caripito, estado Monagas y criado en Palúa, estado Bolívar, de padres que trabajaron en los inicios de la ciudad en la compañía extractora de mineral de hierro Iron Mines, realizó sus estudios primarios en la escuelita americana en Palúa.

El bachillerato, en la Salle (El Manguito) ubicada en la UD104 y terminó 4to y 5to año en Caracas, desde ahí va a la U.C.V. ingresa a la escuela de arquitectura, luego finaliza, graduándose de arquitecto en la (U.L.A.) Universidad de Merida; regresó a Ciudad Guayana, donde trabajó en los inicios del Plan IV de Sidor desde el año 1975, hasta el año 1982, o sea por espacio de 8 años.

Luego trabajó en la Uneg en el diseño de la Planta Física y luego se dedicó al ejercicio libre.

Continúo: la obra a la cual me refiero, fue diseño de Valmore, esta fue construida por la Empresa Larbaco, ubicada en la Zona Industrial Matanzas, cuyo propietario es Donato De Angelis y la idea, fue iniciativa del Rotary Club Caroní, en la presidencia del señor Fernando Sayalero y representa a una madre con dos de sus hijos frente a ella y otro cargado en los brazos, todo esto en ausencia del padre.

Recientemente, me llamó la atención ya que hace pocos meses a la obra le hicieron mantenimiento y su color original, azul celeste fue cambiado por color rojo, le colocaron una placa donde dice que fue recuperada por el Alcalde Tito Oviedo, entiendo que todas las obras de la ciudad deben permanecer en buen estado, pero en su estado original, porque si no, pierde su valor artístico lo cual es tarea del gerente de la ciudad, pero se debe tener cuidado en los créditos, lo cual crea confusión, aplaudo la idea del mantenimiento y hago un llamado a recuperar el resto que existen en Ciudad Guayana, las mismas que están en total abandono; en la redoma llamada “ la Redoma de Makro”, hace unas semanas atrás fui de visita y pude observar el abandono y la utilidad que le han dado personas sin escrúpulos, utilizándola como sala para efectuar sus necesidades fisiológicas.

La obra de Alejandro Otero que se encuentra en la entrada de Sidor está abandonada, tiempo sin hacerle mantenimiento. La fuente de la plaza Benvenuto Barsanti, (mal llamada Plaza de los Tubos) en AltaVista, al lado del Seniat, años sin funcionar y la plaza, en las noches totalmente a oscuras.

Las bellas fuentes en la Plaza de Aguas, donde se encuentra el Ecomuseo, las mismas que inauguró Clemente Scotto cuando ocupó la presidencia de la Corporación Venezolana de Guayana, pasaron a la historia, más nunca abrieron el suministro de agua ni encendieron las luces que daba un efecto magnifico en las horas nocturnas.

El busto de nuestro libertador Simón Bolívar, que se encontraba en los jardines de la Escuela Diego de Ordaz No. 1, desapareció, no se sabe cómo, ni quién fue, pero nunca fue sustituido, ahí se encuentra el pedestal, como testigo mudo, esperando a ver quién se ocupa de colocar la imagen representativa del genio de América, este busto era el único existente en el perímetro de la ciudad.

En nuestro aeropuerto internacional, Manuel Carlos Piar, antes de su remodelación se encontraba una pintura de un tamaño aproximado a dos metros y medio de alto, por un metro y medio de ancho, representando a nuestro Salto Ángel, (el salto de agua, más alto del universo) realizado magistralmente por el recordado Indio Vargas, desapareció como por arte de magia.

De igual manera se encontraba un perfil de Simón Bolívar, de un tamaño aproximado a un metro elaborado en bronce y obsequiado a la ciudad por el artista Gustavo Pernarella (fallecido recientemente) también desapareció.

La colonia Italiana en Puerto Ordaz, antes de la visita del Papa Juan Pablo II, también manifestó su amor por esta ciudad, colocando una enorme figura, llamado La Paternidad, obra del artista Aldo Macor, fabricado en bronce puro, de ahí, de ese lugar, primero se llevaron el niño que suspendía en los brazos y manos del padre, luego, días más tarde, vinieron por la totalidad de la enorme mole de bronce, o sea el cuerpo completo; eso es de imaginar que no fueron delincuentes comunes, ni indigentes, porque en una carretilla era imposible movilizarlo, para eso se debió utilizar un montacargas y una gandola para su traslado, desapareció y nadie dijo ni “pío”.

Caso contrario está sucediendo en la Sala de Arte de Sidor, ubicada en la calle Aro, cruce con carrera Nekuima, edificio Aro, responsablemente el licenciado José Lanz y su asistente Ronel Martínez, están realizando un magnífico trabajo, todos los días se realizan varios eventos, conversatorios de diferentes temas, bailes típicos, obras teatrales, gaitas, se merecen un aplauso y el total apoyo de la comunidad, aquí también fueron recuperadas las dos obras que están colocadas en la acera, fuera de la sala una de ellas del recordado artista Alexis Sequini y la otra obra del artista guayanés Ramón Morales Rossi, este es un ejemplo a seguir para continuar humanizando la ciudad.

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