Opinión

Cuenta La Leyenda: Freddy, el auténtico Guayacucho

Lo cierto es que estando en Caracas, le sugieren viajar a la ciudad del hierro, específicamente al municipio Piar, El Pao.
sábado, 27 febrero 2021

En la calle derecha o si le suena mejor la calle Ciencias, la que va derechito desde la Plaza Baralt de Maracaibo, hasta la basílica de Nuestra Señora de la Chiquinquirá (La Chinita) en el conocido y renombrado Saladillo, este nombre se originó por su ubicación de un par de salinas llamadas salina ancha y salina angosta, salinas que iban desde el frente del malecón (puerto de Maracaibo) hasta Puente España en la misma ciudad.

En ese mismo sector, vivían felizmente una pareja excepcional y ejemplar, se trata de la señora Doña Hilda Arria Durand, (de profesión, educadora) y Don Juan Paulino Luzardo, quien trabajó durante mucho tiempo en la conocida Caribeam (compañía petrolera) que después pasó a ser la Compañía Shell de Venezuela.

Paulino también era locutor y trabajó en el área de publicidad en la conocida y recordada Tiuna Films, ellos, quienes en unión matrimonial procrearon seis hijos, siendo el primogénito nuestro biografiado en el día de hoy: Freddy, así se le llama cariñosamente en la tierra del sol amado a los llamados Federico, por lo tanto nos referimos al doctor Federico Luzardo Arria, nacido en el Hospital Urquinaona, Casa de Beneficencia Central, también era conocido como Hospital Central el día 6 del mes de diciembre del año 1942, estos felices padres comienzan a dar un crecimiento y educación ejemplar a su hijo.

Este comienza sus estudios primarios en el Colegio Gonzaga y donde continúa con los secundarios, este instituto de enseñanza estaba situado en las Delicias, ya con esto se daba garantía de haber realizado unos buenos estudios, era requisito exigido por las autoridades escolares, al igual que los Maristas y otros centros de instrucción, transcurre el tiempo (aparentemente muy rápido) el bachiller Federico, realiza las diligencias pertinentes y logra estudiar medicina en LUZ donde egresa en el mes de noviembre de 1.966 como médico cirujano, viene una interrogación y se pregunta para sus adentros y ahora cual será mi especialidad.

Lo cierto es que estando en Caracas, le sugieren viajar a la ciudad del hierro, específicamente al municipio Piar, El Pao para traer una encomienda, como era fin de semana le pareció bien la idea ya que eso le facilitaría conocer algo más de nuestro país, bien, cumple con la tarea encomendada y al cabo de quince días, 23 de febrero del año 1967, se embarca en el aeropuerto de Maiquetía en una aeronave de una conocida empresa, la misma que realizaría su primer aterrizaje en Barcelona, luego Maturín, posteriormente Ciudad Bolívar y por último ver posar el tren delantero en la pista de aquel casi improvisado aeropuerto de Puerto Ordaz, donde lo esperan y lo trasladan a la población de El Pao, ya para esa fecha en la empresa del hierro llamada Iron Minning trabajaba el Ing. Giliberti, pariente de Freddy, quien había llegado mucho antes, en una conversación escucha que hay un médico que se retira, razón existente llenar ese vacío, le hacen el ofrecimiento y no lo piensa dos veces, existe una anécdota muy bonita, me comenta el Dr. Luzardo: Evelio, cuando Juan Paulino, mi padre se enteró, me dijo: hijo mucho cuidado ese pueblo no aparece en el mapa, busqué y los que hay son unos dibujitos de monte, culebras, aguas y hierro, así que cuídese.

Comienza su carrera profesional en el Hospital del Pao, perteneciente a la empresa explotadora del mineral del hierro denominada: Iron Mining, luego lo transfieren a Palúa, la empresa le concede una beca en la ciudad de Milán, Italia, especializándose en Otorrinolaringología, para esta fecha ya está casado con _Irenia Pérez Negrón_y nace en la ciudad referida su hijo varón llamado también Federico.

Regresa a la ciudad de Puerto Ordaz, se presenta ante de las autoridades del hospital y con el tiempo, después de haber sido nacionalizada la industria del hierro es enviado al Hospital Ordaz, el cual lleva hoy el honroso nombre del Dr. Américo Babó, la disciplina y el conocimiento profesional del Dr. Federico Luzardo Arria, lo hace acreedor a ser Director del Hospital en el año 1984 y en el año 2001 ejerció el cargo de gerente.

Más adelante y sin renunciar a sus servicios como médico, su simpatía con el partido Copei y con amistades dentro de la secretaría del referido partido a través de una elección interna es nombrado Presidente del Concejo Municipal del Distrito Caroní , cuando termina su periodo y ha demostrado una limpia y buena administración es reelegido en el cargo donde estuvo entre una y otras, tres años más y entregó el concejo sin maculas y sin sombras, dejando una buena estela de honestidad, reconocido por todos los partidos que hacían vida en el Concejo Municipal, como buen maracucho, es amante del deporte y recordando los juegos callejeros de béisbol en la ciudad que lo vio nacer, se reúne con personas influyentes.

Muchos de ellos italianos y logran fundar el equipo de fútbol Mineros de Guayana, donde fue fundador y se estrena como presidente del mismo durante cierto tiempo, sin embargo pasan los años y dice que aun puede “patear” un balón y siguiendo hablando de maracuchos, que sabemos que son muy regionalistas, lo que siempre ha dado buenos frutos a su región, también hay que recordar que incursionó gremialmente, realizó un buen trabajo en el Colegio de Médicos del Estado Bolívar, donde ocupó varios cargos, incluso la vicepresidencia; en la parte musical se une a un grupo de gaiteros de la Ferrominera Orinoco, llamado el Tren Gaitero.

De la misma manera participa en la Coral de la Ferrominera dirigida por el maestro Proto López. También formó parte en la Junta Directiva del Consejo Regional de la Fundación La Salle, Fundador de Fundaeduca y muchas otras obras realizadas en esta ciudad que lo acogió.

Pregunto ¿Dr. Federico, usted ha pensado en retirarse?; responde: trabajé 40 años en la industria y seguiré trabajando en mi clínica hasta que Papa Dios decida otra cosa, me siento muy bien de salud y como soy médico quiero seguir procurando con mi juramento hipocrático brindar salud a quien así lo necesite.

Orgullosamente disfruta de una cantidad de reconocimientos, diplomas y placas, entre los cuales puedo decir que tengo del Ministerio del Trabajo en primera y segunda clase Honor Merito al Trabajo y la Octava Estrella otorgada por la Guardia Nacional, cuando el Comandante del Core 8 era un excelentísimo señor, en el año 1984 el General de Brigada Amenodoro Díaz Cárdenas, fue quien me la otorgó.

Mientras tanto, dice: en la actualidad disfruto mucho acompañado con mi señora esposa (maracucha también) a mis cuatro hijos un varón y tres hembras más mis 10 nietos algunos de ellos fuera del país donde fueron a continuar sus conocimientos y a instalar carpa. En cortas palabras me considero una persona realizada, gracias a Papa Dios, a mis padres, esposa, hijos, demás familiares y a todos los maracuchos y guayaneses. El único lamento que me preocupa en algo, es el no poder viajar como antes se hacía anteriormente hacia el occidente del país, para compartir con mis familiares y amistades del pasado.

Gracias.

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