Cuenta la Leyenda: El titiritero de la ciudad

El 9 de noviembre de 1941, en Punta de Piedra, estado Nueva Esparta, vino al mundo un niño, que nunca ha dejado de serlo, se llama Eddy Salazar, y dice que ser titiretero, para él es simplemente ser. Es estar en perenne contacto con la vida de los niños, que para él “es la más pura, la creativa y la mayor vivencia.

Así titulaba un diario local el día 18 de diciembre del año 1994 la historia de un “hombre-niño” que manipulaba alegría. Jamás llegue a verlo triste, siempre se presentaba con una inseparable bandana en la cabeza, collares, pulseras vestido de manera estrafalaria pero muy simpática, representado la reminiscencia de su niñez y los sueños de los muñecos.

Comentaba que practicar el oficio no es fácil, que es muy exigente, requiriendo de mucha vocación, dedicación y fuerza de voluntad.

Eddy decía que llegó a Guayana en el año 1977, vino a montar unos talleres en la Casa de la Cultura y se quedó, al igual que muchos que esta excelente ciudad los ha atraído y dado un enamoramiento, obligándolo a instalar su carpa.

Pero antes de llegar, fue formado en la Escuela de Arte “Armando Reverón” de Barcelona en el estado Anzoátegui, donde recibió la iniciación sobre las Artes Plásticas, asistiendo también a la Escuela de Teatro “Teófilo Leal” y su formación de Arte Escénico se fortaleció en México, lugar donde se residenció por espacio de cuatro años, apenas tenía 25 años de edad y estudió además arte dramático, cursando incluso todos los talleres de Expresión Corporal, llenándose de historia del arte, siendo para él un tiempo bien aprovechado por su inclinación cultural.

Cuando Eddy considera, vuelve a Puerto La Cruz, desarrollando una intensa actividad relacionada con los títeres y es ese el momento cuando tocó sus puertas la invitación para dictar los talleres en San Félix, ciudad que nunca más abandonó.

La Corporación Venezolana de Guayana (CVG , abrigando siempre en aquel entonces a las personas que persistían en una actividad creadora, entre ellos Eddy Salazar y como muchos otros para quienes la CVG fue, terreno fértil donde florecieron que apuntaban hacia el arte, la cultura, recreación y deporte.

En el año 1980 ya está contratado por la CVG, aprovecha para desarrollar unos talleres de Creatividad Infantil en San Félix, en dos escuelas: Primero de Mayo y Vista al Sol, después conoce y hace amistad con el profesor José Rojas Ron, persona que lo animó con mucho entusiasmo, decía que el profesor Rojas Ron tenía un poder de persuasión extraordinario, por lo cual se rindió y es así como en el año 1981 pasó a ser empleado fijo, adscrito a desarrollo Social.

Entre otras cosas, Eddy se sentía feliz, ya que la mayoría de los niños que asistían a los talleres pertenecían a familias de clases menos favorecidas, niños, cuyos padres con recursos económicos muy limitados no podían brindar mayores oportunidades para desarrollar sus capacidades intelectuales, también decía Eddy que se sentía realizado cuando observaba como niños de corta edad aprendían a fabricar de cosas que han sido usadas y abandonadas por las personas, como por ejemplo de una cafetera se podía fabricar un robot, un carrito, un tren, guiando esa sensibilidad y potencial del niño hacia lo creativo y hacia el cambio, siempre repitiendo “estos contactos me han permitido nutrirme de la esencia de lo necesario para vivir alegre” también tenía una frase muy repetitiva que decía: “si vuelvo a nacer, escogería esta actividad, no hay para mi otra forma de captar la verdadera dimensión de lo que es vivir”.

Después de haber realizado varios viajes al exterior, participando entre otras en el Festival Mundial de Marionetas en California EE. UU., fundó el Grupo de Títeres “Tienda de Muñecos” también estuvo al frente de la dirección artística de la sala para imaginar: “Ventana al Universo los Niños”, de igual manera la permanencia de la Sala Estable con una producción permanente de producciones infantiles y talleres.

Ya solo queda el recuerdo entre los que lo conocimos y quedó en nuestro pensamiento aquel hombre con cara, gestos y actividades infantiles, Dios lo tenga en la gloria, este artista aprovechó con una mirada al cielo y entre tantos hilos, tomo uno de ellos y trepó hasta donde papa Dios, quien le cedió un lugar asignado jugando marionetas con los angelitos.

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