Cuenta La Leyenda: El hombre que hizo temblar económicamente a todos los casinos del área del Caribe
FÉLIX VARGAS CHACÓN, fue un venezolano que nació en Caigüire, Cumaná, estado Sucre, el día 3 de abril de 1916.
Se convirtió en un Tahúr internacional, un timador que, en los casinos y salas de juego, con su ingenio, simpatía y picardía no había quien le ganara. Fue un personaje con condiciones innatas, pintoresco de una memoria prodigiosa, pícaro que poseía una habilidad extraordinaria con sus manos y sus dedos, que hacía que lo dados, la baraja y el naipe fueran sus grandes aliados para la ventaja en el juego.
Del gentilicio de su tierra natal tomo el nombre que lo dieron a conocer en el mundo del “hampa”.
En esos 40 años delictuales, ganó en el póker. Baccarat, la ruleta, en los mas famosos casinos y casas de juego, pero… en ese recorrido no todo fue color de rosa, así como disfrutó los lujos y los placeres, también le tocó sufrir cárceles y penurias en diferentes países donde fue encarcelado por estafas y juegos, Curazao, Cuba, Santo Domingo, Puerto Rico, México, en Venezuela también llevo sus carcelazos.
Era tal su destreza y su sutileza con las manos, que: su paisano y amigo, poeta, escritor y político Andrés Eloy Blanco, en uno de sus poemas al referirse a el, dice: “Pícaro delincuente de guante blanco”, “manos de mago”
La última jugada la hizo Felix Vargas Chacón, en el año 1975, cuando decidió regenerarse convertirse en un hombre de bien, dedicándose a escribir un libro sobre su vida cual titulo “40 años en el delito” “Memorias del Cumanés” el cual tuvo muy buena aceptación y se sintió obligado a escribir un segundo libro “Adiós al Delito”.
“Después de la Tormenta” en el año 1991, el escritor Alexis Blanco, al comentar las memorias de El Cumanés, dijo: sin ser una joya literaria, conduce los términos de una sensacional vida. El Cumanés fue un “outsider” uno de esos individuos que merece estar en el pabellón de los inmortales, hasta Fidel Castro, pidió conocer y pudo codearse pana a pana con este personaje, así era el señor hijo de una humilde vendedora de pescado, ganó y derrochó su propia vida entre las burbujas efervescentes de una Venezuela, de la que ni siquiera queda la nostalgia.
Se regeneró y se reivindicó, vivió en el centro de Caracas, en la esquina de Altagracia, era consecuente habitué del Gran Café en Sabana Grande, en las tardes se le veía en amena conversación con Fausto Maso, José Luis Gómez, Frank Tovar, Hugo Salazar entre otros, departiendo y enriqueciendo su léxico en la manera de hablar (lo cual hacia muy bien) también visitaba el Restaurant “Da Guido” en la avenida Francisco Solano, todo un personaje elegantemente vestido y calzado, perfumado, sobre los 80 años todavía vibraba (como decía Oscar Yánez) El Cumanés falleció en el mes de Enero del 1914, a la edad de 98 años.
Ya sabemos que nació en Caigüiré, Cumaná, pueblo de pescadores, y desde niño siempre fue muy avispado cerca de su casa aun esta una capillita de la Virgen del Valle, donde muchas personas depositaban algo de dinero, Félix, agarraba dos o tres bolívares y con gran reverencia decía “querida virgencita del Valle, esto es un préstamo” (nunca se le vio cancelar la deuda) para esta fecha ya Félix era aficionado al billar, un día empeño el bolso escolar, para echar un partida de tacos, en la fuente de soda Sports, en ese momento, en ese entonces era un perdedor, perdía lo que lograba birlar a su madre y los prestamos a la virgen, su amigo de la infancia, Moisés Blanco, atrás, le decía: Félix, la Virgen te está castigando.
A los 14 años Félix, trabajaba capitaneando una goleta (pequeña embarcación, para viajes cortos) llevando pasajeros y turistas desde Guanta hasta Margarita, a esa temprana edad se le había despertado el vicio , le había tomado el gusto a los juegos de azar, se comenta que en una oportunidad en la década de los 40 a los 50, dejo sin un centavo a más de un pasajero, con quienes viajó en un vapor desde Guanta hasta la Guaira, perdieron el dinero para comprar los boletos del ferrocarril que los llevaría hasta Caracas.
Cuando apenas tiene 18 años de edad, decide trasladarse a Caracas, en la gran ciudad fue donde desarrollo sus habilidades, se convierte rápidamente en el gran encantador de personas y su habilidad con las barajas, es cuando de igual manera empieza a decir que el aplicaba “la medicina” y decía Félix, fue donde comenzó a tejer lo que el mismo calificó como “una desordenada vida”.
El 29 de julio de 1949, va por primera vez a México, con el producto de una estafa aplicada al administrador del Centro Medico de Caracas, esta persona había utilizado el sueldo de todo el personal, con intenciones de multiplicarlo, no se imaginaba con quien estaba jugándose su suerte. Ya conociendo la capital mexicana es cuando decide y tuvo la oportunidad de ser propietario de dos cabaret: “El Pichi” y “Los Mariachis”, frecuentados ambos por la alta sociedad, ahí comparte con luminarias del cine, cantantes, políticos locales y algunos en exilio, se puede recordar Jorge Negrete, Agustín Lara, María Félix, Sarita Montiel, Graciela Olmos, Andrés Eloy Blanco.
Se puede decir en otras palabras con la crema y nata. A propósito, en una conversación sostenida con Félix, comenta que llego a tener una limosina marca Cadillac de color rojo, igual a la de Frank Sinatra y mas nueva y lujosa que la de María Félix, paseando en una ocasión por el Paseo La Reforma, observa a una eminencia venezolana, el político y maestro Don Rómulo Gallegos, iba acompañado con su secretario Arturo Briceño, detiene su vehículo e invita transportaros hasta su residencia, luego dice: “que orgullo sentí el de saludarlo estrechando sus manos y embarcarlo, de igual manera sufrí una gran vergüenza, sentarlo en un lugar producto de unas ganancias ilícitas”.
Este hombre, a quien también se conocí como “Cumbele” apodo de la infancia, pasó 40 años dándose la gran vida, quedan los casinos y las salas de juego, lugares donde impera la ley del timo y del más hábil e inteligente con los dados, la ruleta, los naipes, y todos los vicios que derivan del ambiente…
No quiero cerrar la leyenda sin recordar que: la persona que lo mandó por vez primera tras las rejas de la penitenciaria de “”El Dorado” en el Estado Bolívar, fue su paisano, jefe máximo de la Seguridad Nacional en la época del presidente General Marcos Evangelista Pérez Jiménez, Pedro Estrada “El Chacal de Güiria”.
Félix, apreciado amigo, descansa en paz, siempre serás recordado, como jugador, estafador y como Robin Hood, aunque se diga lo contrario fuiste un “Hombre de Honor” tu te titulaste estafador, de igual manera el que osaba retarte, también era estafador, pero no podía ganar a “la medicina” que tu aplicabas.
Te imagino en el cielo, con tu sonrisa bondadosa, leyendo este escrito en tu honor. Quedan muchísimas cosas, muchas historias pendientes.
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