Cuenta La Leyenda: El cumanés, famoso tahúr venezolano, un gánster de fama internacional
… En el año 1.969, publican un libro de 725 páginas, llamado “Papillón” de inmediato en pocas semanas se sitúa en uno de los libros más leídos, donde narran las andanzas de Henri Charriere, un hombre nacido en Francia, con una enorme carrera de MALA VIDA, logrando escapar de las cárceles de mayor seguridad a nivel mundial, al lograr la libertad, vivió en muchos lugares, entre ellos Caracas, donde se dice tuvo negocios de gastronomía, también vivió mucho tiempo en Maracaibo y Puerto Ordaz, no fue la excepción, en las tardes ocupaba un espacio, en el Restaurant Don Quijote, en la carrera Upata, edificio Falcón, muy cómodo sentado en un banco, de frente a la entrada y a la espera de que alguien (una víctima) le iba a brindar un 18 años y una suculenta cena, a cambio de alargar el brazo y con las manos dar un saludo; de verdad era un espectáculo, y hasta un privilegio, yo personalmente fui uno de los que me sentí como satisfecho de haberlo conocido y conversar con él y oír parte de todas sus travesuras y como había hecho para logras las escapatorias; repito, valía la pena escucharlo y entre algunas verdades y muchas mentiras fuimos muchos los que tuvimos esa oportunidad hasta el momento que partió y más nunca volvió a esta ciudad. Compré el libro, lo leí muchas veces y aun lo tengo en mi poder.
Es de aclarar que la palabra Papillón en francés quiere decir “Mariposa” o sea libertad.
Al poco tiempo, calculo al final de los 70 comienzo de los 80 (no tengo exactitud) sale un nuevo libro, sobre el cual se decía así, “entre los años 1.950 y 1.960, un solo hombre hizo temblar las finanzas de los Casinos del Caribe, tahúr de profesión, amasó fortunas con la misma velocidad con las que fueron dilapidados en una vida de Play Boy y festejos, que lo llevó a ser inquilino de no menos de seis cárceles en diferentes países, más nuestra cárcel de El Dorado” cuando me enteré de este libro (del que se tuvo que hacer tres ediciones) yo al principio lo critiqué, me dije; “un payaso, buscando la fama que logró el otro” sin saber, ni imaginar lo que sucedería en un futuro.
El nombre del libro; 40 AÑOS EN EL DELITO, la historia de Félix Vargas Chacón, “El Cumanés”, persona nacida en Caiguire, Cumaná , estado Sucre, el día 3 de abril del año 1.916, este libro donde narra gran parte de su vida y luego edita otro llamado “Después de la Tormenta ADIÓS AL DELITO” y para hablar en pocas líneas ya que su vida fue muy intensa y azarosa, no es posible resumir en una columna todo este trajinar, pero la presentación del libro dice así; “Me place y me satisface, haber vivido en el pasado como pillo en una sociedad de honestos, para finalizar como honesto en una sociedad de pillos, sin precedentes en la historia de los desfalcadores pillos del tesoro de nuestra patria” firma Félix Vargas Chacón, Caracas, 4 de marzo de 1991., Con esta perlita, él se presenta ante sus lectores y admiradores.
Pero antes de continuar debo decir como lo conocí y como llegué a apreciarlo, presentarlo a la familia y quererlo y hasta consentirlo como tal, en una ocasión cuando mi persona presidía el Rotary Club San Félix (Año 1.987) un buen amigo (hoy desaparecido) me pidió el favor si podía invitar a su amigo (Félix Vargas) a una reunión, lo que fue permitido y al mismo tiempo recomendó llevar un juego de barajas, nuevas, sin abrir para hacer unas demostraciones, donde nos dejaba atónitos con la facilidad tan rápida como descubría las cartas que tenían sus opositores (todo esto, después de haberse retirado y dedicar la vida a sus amistades).
Félix Vargas, un venezolano, nacido en Caigüire, Cumaná, estado Sucre el día 3 de abril de 1916, convirtiéndose en u tahúr internacional, un timador, que en los casinos y las salas de juego con su ingenio y picardía les ganó a todos, demostraba ser un hombre culto, de buenos modales, muy elegante en el vestir, siempre oloroso a buenos perfumes de origen francés, calzados de marca y siempre bien lustrosos, nunca faltaba el pañuelo en el bolsillo del paltó y un sombrero borsalino que debía combinar con su traje, fue huésped de las cárceles de El Dorado, Aruba, Puerto Rico, Cuba, Costa Rica, Curazao, República Dominicana las fechorías por el cometidas era ganarle a sus oponentes con las trampas bien conocidas por él, su paisano, nuestro querido y recordado poeta cumanés Andrés Eloy Blanco, quien también fue su amigo personal, lo definió en un poema como “manos de mago” por la destreza con los dados y las barajas, se vanagloriaba de haberse iniciado en el delito desde la infancia, en Caiguire tenía como tarea ordeñar las cabras de la familia, se levantaba más temprano que todos y ordeñaba las mejores ubres y salía bien temprano a la venta del producto y se quedaba con las ganancias, hasta que su tía descubrió que (según contaba Félix) las cabras a medida que tenían las ubres más grandes y más llenas producían menos leche y era que ya, este personaje había negociado la leche a escondidas de su familia.
El cumanés, fue el primer delincuente enviado por el “chacal de Guiria”, Pedro Estrada, al penal de las colonias móviles del Dorado en el Estado Bolívar, se cuenta que por lo menos seis veces fue encarcelado por estafas en casinos de diferentes países.
En una reunión le comenté de tal manera, pero… bueno mi hermano tan estafador es usted, como el que esta apostando en su contra, no veo la razón, si, lo que sucede que yo le aplico “la medicina” un truco que solo el sabia, entonces tengo gran ventaja y razón por la que siempre fui el perseguido y más adelante le voy a explicar otros trucos por mi aplicado,. Gracias a Dios, a mí nunca me llamó la atención los juegos de azahar.
Con el producto obtenido en el juego, logró comprar dos casinos en México, en esa época hizo contactos con grandes artistas, se ufanaba de ser amigo personal del compositor Agustín Lara y otras estrellas del cine, también le fascinaba decir que poseía un carro marca Cadillac, de color rojo, similar al de Frank Sinatra y mucho más nuevo y lujoso que el de María Félix, en una ocasión en este mismo vehículo en momentos diferentes auxilió a dos venezolanos ejemplares como fueron Don Rómulo Gallegos y al mismo Andrés Eloy Blanco al verlos caminando y en situación económica muy difícil donde estaban exiliados, y luego comentó que le daba vergüenza haber embarcado en su vehículo obtenido por producto de la vergonzosa estafa a estas honorables personas, tenía una facilidad increíble de cosechar amistad con grandes luminarias y políticos de altura, como fueron Don Rómulo Betancourt, Rafael Caldera, Jóvito Villalba, Jaime Lusinchi y muchos más, los cuales confirma con fotografías compartiendo en diferentes lugares, también se codeaba con empresarios artísticos y deportivos, en una ocasión, en una famosa pelea que se realizó en el Hotel Meliá Puerto La Cruz, estando al lado del conocido empresario Rafito Cedeño, después de finalizado el evento se fueron de juerga al bar-restaurant del hotel, degustaron un sabroso banquete y libaron algunas copas de alcohol, cuando deciden retirarse, cuenta Félix que; el empresario le dice; “Félix, firma la cuenta” y este le contestó “Rafito, se te olvidó que los estafadores famosos no firmamos, sino que colocamos el número de la habitación”.
De esta misma manera, a mí, en lo personal me sucedieron algunos pequeños detalles, nos comunicábamos telefónicamente cada cierto tiempo (ya en sus últimos años) y casi siempre una llamada de él era un grito de auxilio, yo lo disfrutaba por el cariño que le prodigué, me dice una tarde, “mi hermano, lo voy a invitar a que me acompañe con su esposa a una boda en Puerto Ordaz” en realidad él tiene familia en esta ciudad en la urbanización de la ferrominera y se casaba una sobrina, le respondo, “como no, cuenta conmigo” me responde nuevamente y en esta ocasión me dice, “mi hermano, pero necesito los pasajes aéreos, porque si no, no puedo hacer presencia” de inmediato le realicé una transferencia, al recibirla, me vuelve a llamar y me dice de nuevo “bueno, mi hermano y usted cree que me voy a ir caminando con maleta y todo para el aeropuerto de Maiquetía” tuve que enviar los pasajes para el transporte Caracas-Maiquetía, en cada viajen que lograba por un motivo u otro, traía consigo varias cajas de libros, se instalaba en la sala de espera de mi estudio fotográfico y a cada cliente que llegaba le entraba a “muelas” convenciéndolo para vender su producto, en una de estas ocasiones, le pido me venda dos libros, pero autografiados, uno para mi hermano Alexis otro para otra persona, después de hacerlo, le cancelo 1.500,oo bolívares a razón de 750,oo cada uno, en el transcurso del día como cosa curiosa entro a una librería y veo los libros en exhibición, pregunto el valor y me responden bolívares 500,oo cada uno, al regreso a mi negocio, sin ninguna molestia le digo; ¡ ¡!hermano, usted, no ha dejado de delinquir, me vendió los dos libros por 1500,oo y en la librería están a 500,!! La respuesta fue la siguiente: si mi hermano lo sé, pero los de la librería no tienen la dedicatoria, ni mi firma, nos abrazamos y reímos, como para celebrar la estafa, ese era él.
Otra historia del pasado: En su estadía en la tierra del morocho del abasto, Carlos Gardel, enamora una joven a quien se le presenta como exitoso ingeniero petrolero en Venezuela, la mujer le responde a creencia de lo que él le ha ofrecido, se casan se vienen a Venezuela y es cuando ella detecta la verdad, esa mujer llamada Lucía Marta Gómez de Chacón que aún está viva, fue su feliz esposa durante el resto de la vida, vivieron siempre en la esquina de Altagracia, frente a la placita, detrás del Banco Central de Venezuela, con la que siempre compartió las buenas y algunas malas.
Entre tantas anécdotas, hay algunas de humor; montado en un autobús de lujo en una ciudad del caribe, se sienta a su lado una religiosa, a la cual la ve linda y hermosa, pero esta no se había dado cuenta que una parte de la pierna se le veía y a él la morbosidad lo invadía, deja caer la mano sobre el muslo y ella le increpa diciendo “salmo X de la biblia?” se repite la escena y vuelve repetir el salmo, Félix, apenado pide bajarse en una esquina de la ciudad, busca una librería pide prestada una biblia, busca el salmo y decía así “hermano, seguí, que vas por buen camino”.
En una ocasión el gobernador de la Isla del Encanto, de apellido Colón, realiza una visita de cortesía a Venezuela, ante el presidente de turno; Jaime Lusinchi, en la casa amarilla en el centro de Caracas, para Félix no había dificultad para asistir, fuera o no invitado y como mantenía amistad con la mayoría de los políticos, entre ellos el presidente, en una conversación amistosa entre el gobernador de Puerto Rico y Jaime Lusinchi, se coleó y saludó con mucha confianza al invitado, preguntando, ¿Usted se recuerda de mí? Yo soy El Cumanés, el que se escapó de la cárcel más segura de Puerto Rico, la respuesta fue la siguiente; claro, el tiempo ha pasado, pero el recuerdo perdura, se viven otros momentos, lo invito vaya de nuevo y le dispenso una buena atención para el disfrute la isla del coquí, Félix comentaba que lo pensó dos veces y dijo, mejor no voy, no será una trampa que me está montando para terminar pagando la deuda judicial que aún debe permanecer vigente.
Después de este periplo y con 98 años de edad (en los que hizo, lo que le dio la gana) vivir como un play boy, como un Robin Hood, como un ciudadano de bien, como un amigo, a la única que no se le pudo escapar fue a la muerte, falleció el día 4 de enero del año 2.014. Descansa en Paz, viejo zorro, caro amigo, te recordaré siempre.
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