Cuenta La Leyenda: Día del Árbol

Es muy difícil poder olvidar aquellos momentos, cuando nuestros primeros educadores en el salón de clases nos enseñaban el respeto hacia los símbolos de la patria, el Himno Nacional, la Bandera, el Escudo, el Himno del Estado en el cual vivíamos, también el Himno a las Américas y el Himno al Árbol, el cual decía:

Al árbol debemos solicito amor,
Jamás olvidemos, que obra de Dios, etc etc

Letra de Alfredo Pietri.

Música de Miguel Ángel Granado.

Mucho de esto se ha olvidado, este 29 de mayo se cumplieron 75 años de aquel momento cuando en la presidencia de Don Rómulo Gallegos, fue declarado “Árbol de Venezuela” el Araguaney (Tebehuia Chrisantha) el nombre de este árbol proviene de la especie de Crisantha, una palabra compuesta de dos vocablos griegos que significan “Flor de Oro” su nombre científico Tebehuia es de origen indígena.

Aquí en nuestro país, existen una gran variedad de frondosos árboles, tales como el Bucare, el Apamate, la Acacia-Josefina-Flamboyán y muchos más, los cuales florecen adornando nuestras calles, carreteras, colinas, bosques, después de las benditas aguas del mes de mayo, pero con una duración muy efímera de pocos días.

Y existen arboles emblemáticos en diferentes lugares, uno de los más antiguos y vistos es la Ceiba de San Francisco, ubicado en la avenida Universidad, frente a la iglesia del mismo nombre y de la Asamblea Nacional, el Samán de Catuche, enorme árbol en las inmediaciones del Panteón Nacional.

El Samán de Guere, declarado monumento Nacional en 1933, situado en la avenida Intercomunal Santiago Mariño en el Estado Aragua; en Ciudad Bolívar, en la Casa de San Isidro estuvo El Tamarindo donde nuestro libertador Simón Bolívar, amarraba su corcel para que reposara bajo la sombra, este árbol desapareció y en el Comando Regional 8, fue sembrado en el año 1985 por el General José Rafael Orsoni en su gestión como comandante de ese cuartel un nieto de ese Tamarindo, traído desde la capital del estado, en la calle Orinoco de San Félix, adyacente al Rio Orinoco, frente a la dirección de Turismo, está una enorme Ceiba que data de muchísimos años es el árbol con el tallo más grueso que he visto en la ciudad, en la avenida que pasa frente a la UCAB también está sembrada una enorme Ceiba, por la cual se vio en la necesidad de hacer una manifestación masiva en el momento que iban a talarla para construir la avenida.

En el Centro Cívico existe un Aceite cercano a la iglesia Nuestra Sra. de Fátima, que data de más de 70 años, y frente al Hotel Rasil, otro Aceite, estos dos últimos referidos, se deja ver que nadie los sembró, pero tampoco nadie los maltrató, la avenida Monseñor Zabaleta está sembrada , casi en su totalidad de los llamados “Sangre de Drago”, cuando florecen algunas personas se confunden por la flor similar al Araguaney, en el Parque Cachamay, existe una extensa variedad de árboles de diferentes especies y hay un lugar donde el Rotary Club San Félix sembró una hectárea de Araguaney, subiendo por la avenida Las Américas hacia Alta Vista, en el centro de la Isla frente a la estación de servicio, existe un bello árbol que esta verde todo el año, está identificado en la base con una placa que dice haber sido sembrado por la señora Katty Phells a nombre de la Asociación de Boy Scout de Venezuela, y en el Parque La Llovizna es donde se encuentra más variedad de árboles; los cuales traen a la memoria el recuerdo del arquitecto Rafael Mendoza; que fue quien dirigió la siembra y el cuidado de ellos.

Pero no puedo dejar de reseñar o recordar a J. J. Cabrera Malo, quien sembró centenares de hectáreas de Pinos Caribe en Uverito, estado Monagas y simbólicamente en la sede principal de la Corporación Venezolana de Guayana, fueron sembrados una gran cantidad, todo esto ha desaparecido y nadie explica el por qué, como también desapareció Hato Gil, que por muchos años fue el gran vivero que suministraba las plantas para la ornamentación de la ciudad.

Donde se realizó el injerto de la famosa mandarina Diana, hoy por hoy uno de los cítricos más sabrosos que podemos saborear.

Para cerrar, les comento que el árbol y ser viviente más grande del mundo, su altura asciende a los 115,85 metros está ubicado en el Parque Nacional Redwood del Estado de California EE.UU. a unos 500 kilómetros al norte de San Francisco, fue descubierto en el año 2006, por dos excursionistas, Chris Atinks y Mitchell Taylor.

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