Cuenta La Leyenda: Corrían los años 60
…Hablar de la historia, de cómo comenzó San Félix, cómo comenzó Puerto Ordaz, como fue la unión o fusión de estas dos emblemáticas ciudades, para convertirse en una sola, llamada Ciudad Guayana; para mí se ha convertido en una pasión.
En esta oportunidad, quiero recordar, ya que siempre se ha hablado, de que: Habían tres urbanizaciones (Los Olivos, Villa Colombia y Villa Brasil) hay que retornar al pasado y aclarar que: antes, se habían construido los campos de la Orinoco Mining Company, Campo A1, Campo A2, Campo A3, Campo C, los cuales tenían las características de los campos norteamericanos, casas bien construidas, de las cuales quedan muchas, con los servicios de aguas blancas y aguas negras en buenas condiciones, además existían la Urbanización Mendoza y la Benarroch y la gran Urbanización poco recordada, donde los apartamentos son tan grandes, cómodos y bien distribuidos, son comparables con una quinta, se trata de Los Peregrinos, situados en el centro de la ciudad, adyacente a la Avenida Las Américas, lugar donde funcionó por vez primera, los Tribunales de Justicia.
Ya hoy, después de 62 años de fundada Ciudad Guayana, existen cantidad de urbanizaciones, hacia ambos extremos de la ciudad, de las cuales muchas no conocemos, ni sabemos que existen.
Había la oportunidad de adquirir algún terreno y construir a su antojo y es aquí donde voy a recordar a un odontólogo de origen zuliano, quien llegó, como siempre digo, buscando un mejor futuro, tuvo un contacto con el presidente de la empresa Orinoco Mining Company, y se quedó para siempre, me refiero al Doctor, (coronel asimilado) Orestes Siciliano, al final de los sesenta construyó en la esquina que conforman la carrera Argentina, cruce con la vía Ciudad Bolívar, la quinta más atractiva de Puerto Ordaz, varios niveles, piscina, jardines, entrada por ambos lados y un símbolo increíble, a la entrada estaba colocada una enorme campana de bronce, la cual los madrugadores (echadores de broma) la hacían sonar en horas nocturnas.
Esa quinta fue tan bella y emblemática, tan atractiva que en una ocasión en una visita del mejor comunicador televisivo que tuvo Venezuela, Renny Ottolina, la sobrevoló en helicóptero para obtener unas buenas tomas y luego presentar en un video que se puede localizar en las redes, luego, el doctor vendió la quinta al señor Hugo Yllarramendy y este instalo lo que se llamó Serenos Metropolitanos (compañía de seguridad) y luego se convirtió en el Colegio Metropolitano (propiedad del hijo de Hugo Yllarramandy).
A todas estas el doctor Siciliano había comprado los terrenos que estaban al lado y construyo el Edificio Amaral, de varios niveles y cinco locales comerciales mientras al otro lado estaba el señor Enzo Paniz, había adquirido el terreno donde construyó para vivir con su familia, también una hermosa casa de una sola planta, muy bien diseñada, con muchos espacios para los jardines donde fueron sembradas varios árboles de mango, con el tiempo, no se sabe porque, decidió irse a vivir en el edifico Riviera y alquiló la quinta a un tapicero, a un radiotécnico y a un vendedor de vehículos usados, transcurre los años y decide eliminar la quinta y construir un edificio de 7 pisos, dos apartamentos en cada piso, ascensor a la puerta de cada uno de ellos, pasaron varios años y el edificio no se habitaba, hasta que llegó la época de las invasiones, el señor Paniz en vista de no poder rescatarlo, decidió irse a Estados Unidos a vivir y de vez en cuando al país que lo vio nacer, Italia.
No puedo dejar de recordar que: En la vía Caracas, detrás del mercadito municipal de Puerto Ordaz, adyacente al edifico Riviera, hace ya bastantes años, existe una comunidad indígena, de origen warao, pero de tal manera que afea a la ciudad, yo hago un llamado a las autoridades competentes, para que sea tomado en cuenta, organizarlos, con charlas, videos, etc.
Construirles residencias óptimas acorde con su hábitat y que sean dignos ciudadanos, convirtiendo el lugar como sitio turístico, poder mostrar a las personas que nos visitan cuales fueron nuestros ancestros, de la misma manera, tomar en cuenta el sector llamado Cambalache, que disfruta de las bondades del río y donde existen varios buenos restaurantes y no olvidar que donde se puede desarrollar un parque temático y tiene todas las facilidades para hacerlo, la llamada Isla de Fajardo, trasladar a los turistas en botes, desde el Club Náutico o el muelle de San Félix, y a los habitantes darles cursos de turismo, gastronomía, artesanía etc.
A propósito, recientemente la señora Cándida Ángel, propietaria de la posada La Sapoara, termina de registrar legalmente la Cámara de Gastronomía, primera en el país, después de México, Francia, Colombia y Chile y algunos otros países; ya de otros estados venezolanos hay personas interesadas en la idea, los que nos hace ser los propulsores y primeros en la formación de esta Cámara que hace tiempo hacía falta, gracias Cándida, deseamos éxitos, los cuales están asegurados.
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