Opinión

Cuenta La Leyenda: Correos de Venezuela

Cursar una invitación abierta para visitar la nueva sede de PRIMICIA, en la mezzanina de la Torre Empresarial Atlantis, carrera Guri, AltaVista, desde este día lunes 22 de agosto una exposición permanente de cámaras fotográficas y fotografías del recuerdo de la colección de Evelio Lucero Castillo.
sábado, 20 agosto 2022

¿Cómo nos hemos comunicado nosotros los humanos durante la creación del hombre a través de los siglos?

Esta pregunta la he realizado últimamente a muchos jóvenes, entre ellos estudiantes de comunicación social de la Ucab. Y ninguno me ha dado una respuesta positiva y a otra pregunta que he realizado es ¿sabe usted qué fue lo que se llamó “Correos de Venezuela”? la repuesta ha sido la misma.

Esto me recordó a las películas de vaqueros que veía en mi infancia en el Cine del Barrio donde vivía, esas películas que mostraban como llevaban el correo de un pueblo a otro, en carretas tiradas por caballos donde también transportaban pasajeros y oro, mineral que normalmente era el motivo principal de la trama del celuloide, en la actualidad se realiza lo mismo pero en aviones ensamblados para tal fin.

Los humanos nos hemos comunicado por señales de humo, señales de toques de tambor y tengo entendido en la Isla La Gomera en las Islas Canarias los habitantes se comunican por silbidos cuando se encuentran trabajando en la montaña.

En Venezuela se instauró el Correo de Venezuela en el año 1850, por medio de vapores desde Maracaibo hasta Ciudad Bolívar, en 1859, se pusieron en circulación las primeras estampillas de correo.

La pregunta puntual ha sido ¿Qué era el “Correos de Venezuela”, muy sencillo, en todas las ciudades y pueblos del país existía un oficina que dependía de Ministerio de Comunicaciones, todavía en la actualidad existen (no sé si funcionan) con el nombre de Ipostel, esa manía que siempre han tenido nuestros gobernantes, de cambiar los nombres sin ninguna necesidad y ocasionar enormes gastos en lo que es papelería, logo y todo a lo que esto conlleva.

En nuestra capital, Caracas, las oficinas principales de los correos siempre han estado en la esquina de Carmelitas, en la ciudad de Maracaibo se encontraba en el centro, en el sector llamado La Ciega, aquí en Puerto Ordaz, al comienzo estuvo en el Centro Cívico, después en la parte baja del Centro Comercial Altamira y por último en Villa Bolivia, Edificio Nazareth P.B. frente a Villa Colombia.

En San Félix estaba situado en la calle Cedeño, (calle 3) se utilizaba para poder comunicarnos con otras ciudades, pueblos o países y funcionaba cuando la persona escribía una carta comercial o romántica en una hoja de papel tamaño carta (de ahí donde se desprende este nombre) se doblaba en tres partes para poder introducirla en un sobre que estaba diseñado con unas barras de color azul y rojo y decía “Air Mail” se cerraba con una pega que ya venía adherida, en la parte superior izquierda se colocaba en letras bien legible el nombre y dirección del remitente y en el centro de igual manera nombre y dirección del destinatario, en las oficinas estaban personas de ambos sexos atendiendo a los usuarios, se entregaba el sobre y lo colocaban en una pequeña balanza, de acuerdo al peso, era el valor a pagar, lo cual se hacía por medio de estampillas (luego explicaré que era lo de estampillas) por muy pesado que fuese no pasaba de 0,90 céntimos el valor, estas estampillas se pegaban al sobre y se podía estar seguro de que llegaba a su destino, por muy retirado que fuera.

Pero si la persona tenía prisa o necesidad de que llegara antes de lo normal que era una semana aproximadamente, entonces escribía sobre el la palabra “Expresa” debía de pagar 0,25 céntimos más y si quería plena seguridad de que fuese entregada a su destino, exigía “Certificada” pagando también unos céntimos extras y el que recibía la carta debía firmar en una libreta como recibida conforme, esas cartas o correspondencias eran sagradas y era delito abrir una carta ajena, si hubo ocasiones donde por circunstancias ajenas se extraviaba una carta, cuando esto sucedía uno podía ver los “berrinches” que el remitente armaba en la oficinas correspondientes.

De aquí se desprende el nombre del oficio de cartero, personas serias, uniformadas, honestas y responsables, bien pagadas y quienes tenían que caminar por calles, avenidas, barrios, urbanizaciones bajo un sol inclemente, fríos y hasta lluvias para poder cumplir con el trabajo asignado, pero esa correspondencia tenía que llegar con seguridad a su destino.

Voy a aprovechar este medio: Cuenta La Leyenda, como Correo Inmediato, Para cursar una invitación abierta y compartir un café a todos los lectores de la columna y los que no son lectores también, visitar la nueva sede de PRIMICIA, en la mezzanina de la Torre Empresarial Atlantis, carrera Guri, AltaVista, parte de atrás de la clínica Razzeti, al lado de la Cámara de la Construcción, donde podrán observar desde este día lunes 22 de agosto una exposición permanente de cámaras fotográficas y fotografías del recuerdo de la colección de Evelio Lucero Castillo.

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