Opinión
Cuenta la leyenda: Brasil era pequeñito
Hoy reconocemos que Brasil, con sus 8.5 millones de kilómetros cuadrados, es el gigante de América del Sur.
El Tratado de Tordesillas. Orellana el Aventurero.
El Tirano Aguirre. Los Bandeirantes.
Los portuguesas captan a un Jesuita en el Orinoco.
La comisión de límites. La soberanía no se negocia.
Hoy reconocemos que Brasil, con sus 8.5 millones de kilómetros cuadrados, es el gigante de América del Sur. Pero no siempre fue así. Hace 300 años era menor que nuestra gobernación de Trinidad y Guayana, que abarcaba, según los papeles, el espacio entre el Orinoco y el Amazonas hasta el Atlántico, y que llegaba a las cercanías de Santa Fe de Bogotá por Occidente. Lo que nosotros perdimos por el Sur, ellos lo ganaron por el Norte.
𝐋𝐚 𝐛𝐫𝐨𝐦𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐭𝐫𝐚𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐓𝐨𝐫𝐝𝐞𝐬𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬
Los reyes de España y de Portugal, escarmentados por haber tenido que pagar demasiado oro al santísimo Padre y a sus piadosísimos cardenales para conseguir ventajas en materia de límites, decidieron en 1494 olvidarse de las Bulas Pontificias y negociar entre ellos como personas adultas. El resultado fue el Tratado de Tordesillas, por el que Portugal podría llegar hasta 370 leguas al occidente de Cabo Verde. Y Castilla descubriría y poseería lo que estuviese mas allá. Por lo tanto, el límite quedaría en el meridiano de 47 grados con 31. O sea, dese la boca oriental del Amazonas hasta un poco más al sur que Sao Paulo. Todo el río Amazonas quedaba en la parte de Castilla.
𝐃𝐞𝐬𝐜𝐮𝐛𝐫𝐢𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐦𝐚𝐥𝐚 𝐠𝐚𝐧𝐚
Vicente Yáñez Pinzón, fue el primer español que llegó al Brasil. Reconoció las principales bocas del Amazonas y le pareció que allí encontraría mucha agua y poco oro. En 1500, un vecino del pueblo de Palos, llamado Diego Lepe, llegó de nuevo al Amazonas, comprobó que el río era inmenso, pero de cosas sin valor alguno (¿) y se regresó a España pasando por Paria. Ese mismo año, el portugués Pedro Álvarez Cabral, que debía ir a la India por el cabo de Nueva Esperanza, queriendo o sin querer llegó a la parte de Brasil que correspondía a su país, y tomó posesión en nombre de su rey. Pero no encontró nada interesante entre los 18 y 20 grados de latitud Sur y siguió su viaje a la India. Al parecer, había llegado arrastrado por una tempestad. Y lo peor fue que otra tempestad le hundió cuatro naves antes de llegar al sur de África, se puede decir que fueron descubridores de “mala gana”.
𝐎𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚𝐧𝐚, “𝐄𝐥 𝐀𝐯𝐞𝐧𝐭𝐮𝐫𝐞𝐫𝐨”
Francisco de Orellana, tenía 16 años cuando andaba en búsqueda de aventureros por América Central. Buscaba un paso hacia el océano Pacifico, no lo encontró. pero le dijeron que las mejores aventuras estaban en Perú, y ahí se fue a los 22 años para reforzar las huestes de Pizarro. Y a los 27 años funda Santiago de Guayaquil. Se aburre como nunca en aquella paz y sosiego. Cuando se entera de que Gonzalo de Pizarro va a descubrir El Dorado y las tierras de la canela hacia el Oriente, se ofrece para acompañarle en 1541, cuando tenía 30 años de edad y 14 de aventuras. Recuerden que para esa época no existían mapas ni guías turísticas. Nadie sabía que encontraría en el otro lado de la cordillera de los Andes. Pero averiguaron muy pronto que no había comida, – aquellos hombres eran resistentes y atrevidos como nadie. Pero necesitaban comer de vez en cuando. Eran 300 bocas hambrientas de aventureros desesperados. En los primeros afluentes del Amazonas construyeron un bergantín para que un destacamento explorara 40 leguas. Allí iba Orellana como jefe. Si el no encontraba comida la expedición había fracasado.
𝐋𝐚 𝐠𝐫𝐚𝐧 𝐚𝐯𝐞𝐧𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐀𝐦𝐚𝐳𝐨𝐧𝐚𝐬
Resultaba muy fácil el navegar río abajo. Bastaba dejarse llevar por la rápida corriente del Napo. Pero tres días ms tarde se dieron cuenta necesitarían un año para regresar por el río al punto de partida. Así lo escribió fray Gaspar de Carvajal, el fraile que iba en el grupo. Y no tenían escribió fray Gaspar de Carvajal, el fraile que iba en el grupo. Y no tenían nada para comer. Los demás compañeros le dijeron que no volverían atrás por nada del mundo. Y, pasando del Napo al Amazonas, se lanzaron a la aventura de navegar 1.800 leguas por un río desconocido, el mas caudaloso del mundo. Era el año 1.542.
Su pelea con los omaguas fue terrible. Pero casi nadie se acuerda de ella. En cambio, se hizo famosa la pequeña pelea con unas tribus en las que también combatían mujeres. El mundo entero quedó asombrado: se habían vuelto a descubrir <<las amazonas>>, olvidadas desde los mitos griegos. Aunque al principio se llamó <<de Orellana>>, el nombre de Amazonas resultó más pintoresco, y ahí quedó por 400 años.
𝐄𝐥 𝐭𝐢𝐫𝐚𝐧𝐨 𝐀𝐠𝐮𝐢𝐫𝐫𝐞
En 1560, el gobernador del Perú, marques de Cañete, envió a Pedro de Ursúa a tomar posesión del río Orellana, o río de las Amazonas. Uno de los objetivos era descubrir sus riquezas. Otro sacar de Perú a tantos aventureros y soldados sin oficio que congestionaban la ciudad en espera de que alguien los contratase para una conquista. Aunque la expedición era numerosa y muy bien preparada, los barcos que construyeron en el río Huallaga no fueron adecuados para la navegación fluvial. Muy pronto quedaron sin comida. Y, para colmo de males, Pedro de Ursúa dio un cargo cualquiera al brutal Lope de Aguirre, detestado y temido por la mayoría, que había sido desterrado de todos los pueblos y tenia fama de sanguinario. Le llamaban “el Loco”.
El resto ya se sabe. El Tirano Aguirre mató a los jefes, a los mejores compañeros y a cuantos pudiesen enfrentarle. Y siguió por el Amazonas río abajo. Unos dicen que pasó del río Negro al brazo de Casiquiare para entrar al Orinoco. Pero es mas probable que siguiera por el Amazonas hasta el Atlántico y luego a Margarita y a Barquisimeto, para seguir asesinando y martirizando a quienes no eran de su gusto.
¿Y los portugueses?
Al parecer, no tuvieron el menor interés en la cuenca del Amazonas en esa época temprana de la conquista. En cambio, entre 1514 y 1554 se establecieron en Rio de la Plata. En 1554 fundaron Sao Paulo. Resulta extraño el que los portugueses no prestaran atención al territorio que les correspondía. Pero hay varias causas: no era tierra buena para el cultivo, la población era escasa y no había un río como el Amazonas para entra por él. ¿Solución? Muy sencilla. Hicieron unos mapas en los que el Amazonas venia del Sur, por territorio del Brasil, y no del Oeste, que correspondería a España. Así tendrían un buen río navegable.
𝐋𝐨𝐬 𝐁𝐚𝐧𝐝𝐞𝐢𝐫𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐏𝐚𝐮𝐥𝐢𝐬𝐭𝐚𝐬
Aunque parezca extraño, los primeros portugueses que navegaron por el Amazonas, incluso hasta llegar por el a Perú y Ecuador, fueron los de Sao Paulo. Para capturar esclavos, habían organizado unos verdaderos ejércitos, llamados “Bandeiras”, que arrasaban los poblados indígenas para llevarlos. La bandeira mas devastadora fue la de Manuel Prieto, que contaba con 900 paulistas y 2000 indios cargadores. Este grupo remonto el Pará y navegó por el Amazonas con Antonio Raposo Tabares como capitán mayor. La “cosecha” de palo de Brasil y de indios esclavos fue extraordinaria.
Francisco Caldeira Castelo-Branco, había fundado Pará en 1616, su piloto mayor, Antonio Vicente Cochado trazó un itinerario de entrada al Amazonas desde el mar. Encontraron cerca de la desembocadura establecimientos de ingleses y holandeses, y, los barrieron. Vasconcelos remontó 400 leguas del río. Pedro Texeira remontó el Amazonas hasta el Tapajoz. Llevaba 60 soldados portugueses, 1.200 indios y 2.500 acompañantes entre mujeres y niños. Llegó a Quito donde los habitantes le recibieron con gran sorpresa, pus no se imaginaban que los portugueses se atrevieran a navegar por un río de España. Poco después, Antonio Raposo Tavares, remontó de nuevo el Amazonas, asoló la región de Itarín y capturó a mas e 2.000 esclavos. Llegó a los Andes y exploró unos cuantos afluentes en territorio peruano, ecuatoriano y colombiano. En su testimonio hay un dato importante: no encontraron ni a un solo español en todo el viaje.
¿𝐘 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐚𝐧̃𝐨𝐥𝐞𝐬?
Unos 500 habitantes estaban acurrucados en Santo Tomé de Guayana, en el Orinoco, y otros 500 en San José de Oruña, en Trinidad, su preocupación mayor era la llegada de los piratas, que tomaban vacaciones asaltando y quemando esos dos miseros poblados. ¿y la escuadra de España? Luchaba a favor de los portugueses en la costa de Brasil. Especialmente la colonia de Bahía de todos los Santos (ahora Salvador) que fue testigo de tres batallas en que los españoles y portugueses se enfrentaron a los holandeses, porque Portugal era un reino e la corona de España desde 1.581 hasta 1.640.
𝐋𝐨𝐬 𝐩𝐨𝐫𝐭𝐮𝐠𝐮𝐞𝐬𝐞𝐬 𝐜𝐚𝐩𝐭𝐮𝐫𝐚𝐧 𝐚 𝐮𝐧 𝐣𝐞𝐬𝐮𝐢𝐭𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐎𝐫𝐢𝐧𝐨𝐜𝐨
Los portugueses, por su red de autopistas fluviales, descubrieron que se podía pasar del Río Negro al Orinoco por el brazo Casiquiare. En una expedición de esclavistas tropezaron e 1.744 con el P. Román, superior de las misiones Jesuitas que navegaban en el alto Orinoco. La sorpresa fue mutua. Se lo llevaron preso como “invitado” lo trataros bien y lo dejaron regresar a los ocho meses. Fue la primera vez que los guayaneses tuvieron conciencia de que los portugueses habían ocupado la cuenca del Amazonas, subiendo por sus afluentes, hasta adentrarse en territorio que creíamos nuestro, pero no habíamos ocupado. Dominaban hasta sus fuentes el Parú, Maicurú, Cúmina, Trombetas, Mapuera, Uatuma, Rio Branco, Catrimani, Demini, Aracá, Padauri, Rio Negro y Caquetá (o Japurá) y habían llegado a los lugares que ahora conocemos como San Carlos de Rio Negro, Sa Fernando de Atabapo, y la Esmeralda.
𝐋𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐢𝐬𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐢́𝐦𝐢𝐭𝐞𝐬
El rey de España protestó diplomáticamente en 1.750 se firmó en Madrid un tratado hispano-portugués para resolver el problema de fronteras. Y ahí empezó la tragicomedia de los comisionados y sus comisiones: el secretario de Estado y el ministro de Hacienda tardaron dos años para ponerse de acuerdo sobre el nombramiento de comisarios. Por fin en 1752 designaron a Eugenio de Alvarado y Antonio Urrutia como consejero geográfico quedó José Solano, que fue mas tarde gobernador de Caracas. Un año después incluyeron a José de Iturriaga, que era jefe de Escuadra y al botánico Pedro Loefling, que murió en la expedición. En 1.754 llegaron a Cumaná, donde el gobernador Gual puso muchas objeciones y les retiro el apoyo necesario, para dirigirse al Orinoco. Van saliendo poco a poco entre 1.755 y 1.756: Iturriaga, que ya era un anciano, va a Guayana, donde se enferma. Solano a las Misiones del Caroní y después a los raudales de Atures. Alvarado, que había organizado la expulsión de los jesuitas de Paraguay, se pelea con los misioneros. Iturriaga lo complica todo al ordenar el arresto de Alvarado. Solano se va por el Meta a Santa Fe de Bogotá para conseguir ayuda económica. Regresa un año después cuando la expedición, que no había salido de los poblados de los misioneros, había fracasado en lo fundamental establecer los límites de la Guayana nuestra. Menos mal que entre 1.758 y 1.760 Iturriaga, Solano, Francisco Bobadilla y Apolinar Diaz se lanzaron , casi por su cuenta a explorar el Alto Orinoco y la zona de Rio Negro. Un modesto cabo (bien poca cosa al lado de aquellos almirantes, coroneles y validos de la corte), se atrevió a pasar a la cuenca Amazónica, navegó por el Cotinga o Curicuriari y fundó las aldeas españolas de San Juan Bautista de Cadacada y Santa Rosa, en los afluentes del río Blanco. Eran las primeras y únicas fundaciones españolas en esa cuenca. Pero no lo premiaron, ni elogiaron, ni apoyaron. ¿Cómo se va a atrever un simple cabo a fundar poblaciones sin la real orden ni la aquiescencia de los ilustres comisionados? Los portugueses las arrasaron en 1.776 y aquí nadie derramo una lagrima. La infeliz Comisión de Limites quedo desautorizada cuando llegaron ordenes perentorias desde Madrid: España y Portugal habían establecido un nuevo tratado, sin tener en cuenta lo que hubiera determinado esa comisión.
𝐋𝐚 𝐬𝐨𝐛𝐞𝐫𝐚𝐧í𝐚 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐧𝐞𝐠𝐨𝐜𝐢𝐚: 𝐬𝐞 𝐞𝐣𝐞𝐫𝐜𝐞
El Brasil “tomó” del territorio que iba a ser nuestra Guayana algo más de un millón y medio de kilómetros cuadrados, no tuvo que discutir sobre límites y fronteras: simplemente remontó esos ríos y tomó posesión de las tierras sin hacer preguntas ni contestarlas. Es territorio brasileño lo que ocuparon los portugueses en el siglo XVIII porque lo dejaron abandonados los españoles de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay. Así pasaron 2 millones de kilómetros cuadrados a más de 8,5 millones.
Podemos recordar las palabras de un jefe mariquitare, que llegaba al Alto Erebato después de haber pasado unos años en territorio brasileño: “¿POR QUE TENGO YO QUE SER VENEZOLANO SI POR AQUÍ NO HAY VENEZOLANOS?”
Ten la información al instante en tu celular. Únete al grupo de Diario Primicia en WhatsApp a través del siguiente link: https://chat.whatsapp.com/
También estamos en Telegram como @DiarioPrimicia, únete aquí:https://t.me/
Lea También:
