Opinión

Cuenta La Leyenda: …Aló, ¿Quién llama?

Doña Angelina, (mi abuela) que era una de la pocas personas en cuya casa se había hecho instalar un teléfono.
sábado, 14 enero 2023

…Allá, hace muchos años, muy aproximado al 1883, quedó instalado en Caracas el servicio telefónico por la “Ínter-Continental Telephone Company” que después pasó a “The Venezuela Telephone and Electric Apliances Company. En el año de 1.909 la ciudad de Caracas tenía unos 1.750 teléfonos y unos 800 repartidos entre La Victoria, Maracay y Valencia.

–Los primeros teléfonos que conocieron los caraqueños fueron unos aparatos muy grandes que llevaban una manilla a la derecha para hacer funcionar un magneto, que producía la corriente de suficiente intensidad para la señal en el tablero de la compañía.

–Después de estos aparatos, hoy joyas de museo, vinieron los teléfonos sin manilla, lo cual significó un adelanto muy grande, solo había que descolgar el auricular o bocina y la voz muy modulada de una joven, preguntaba: ¡Numero?
–Las telefonistas fueron de las primeras mujeres que salieron a trabajar en la calle. Entraban a las siete de la mañana y las seis de la tarde eran sustituidas por hombres, porque una muchacha después de esa hora no podía andar sola por la calle sin despertar suspicacias.

–A veces cuando había exceso de trabajo en la central, se demoraba muchísimo en responder y los suscriptores se impacientaban y le daban al gancho de la bocina desesperadamente hasta que la telefonista atendía, no sin llamarle la atención al suscriptor, eso después descomponía el teléfono.

–Doña Angelina, (mi abuela) que era una de la pocas personas en cuya casa se había hecho instalar un teléfono, llamaba constantemente a sus amigas para aprovechar aquel invento extraordinario y, mantenía largas conversaciones. Eso que se llaman hoy “Las visitas por teléfono”.

–Se sentaba frente al aparato que estaba fijado a la pared en el “para que de la casa”, descolgaba el auricular y esperaba. Como era de suponerse, la pregunta de ¿Numero? Demoraba mucho y Doña Angelina se impacientaba. Le daba al gancho y comenzaba a protestar en voz alta como si al otro extremo de la línea la telefonista la estuviera escuchando:

–Señorita, por el amor de Dios, deje la conversadera con la que tiene al lado y me comunica que estoy apurada. ¿Usted como que se figura que en esta casa no se paga el teléfono? Pues se paga a presentación del recibo–volvía a darle al gancho—Señorita, por la Virgen del Carmen, atiéndame que tengo media hora esperando—su hija, que la sentía protestando, se acercaba.

–¿Qué te pasa, mamá, con quien estabas peleando?

–Con la señorita del teléfono que no hay manera que me conteste.

–Mamá, será que tiene mucho trabajo. Habrá muchas llamadas.

–Que llamadas de mis tormentos. Es que está conversando con la otra y uno aquí con los nervios de punta. ¡Señorita, por Dios!—volvía a darle al gancho–¡Señorita!… ¡Ah, por fin me atiende! ¿Cómo dice?… ¿Qué no le dé al gancho? ¿Y a que quiere usted que le dé? Tengo más de media hora como una pánfila esperando que usted me responda… Está usted muy equivocada, yo no le estoy diciendo ninguna grosería, yo estoy reclamando porque en esta casa se paga el teléfono puntualmente. Claro que tengo que darle al gancho…Deme el 1971.

¿Qué te dijo?

–Que yo era una grosera y si rompía el teléfono, tenía que pagar la reparación. Es que son…

–No te pongas brava, ya te están comunicando.

–Yo siento que están repicando, pero como no cogen la bocina.

–Habrán salido, mamá.

–No van a salir todas juntas. Alguien tiene que haber. Seguramente me lo están haciendo a propósito; pero voy a hablar de eso con tu papá. Hay que poner una queja. ¿Cómo dice? ¿Qué no contestan? Pues es muy raro… Está bien, llamaré después. Colgaba el teléfono disgustadísima y se levantaba.

–Es la receta que iba a pedirle a Susanita para la torta de berenjena que le gusta tanto tu papá: pero basta que uno necesite del teléfono para que este perol le haga coger rabietas a uno ¿Tú vas a llamar?

–No mamá, yo vine porque creía que estaba pasando algo.

–Se iba molesta para afuera, renegando del teléfono. Hoy, con los teléfonos automáticos pasa algo parecido, discamos un número y no hemos llegado al tercer dígito cuando ya suena ocupado. Logramos la comunicación y del otro lado no toman el teléfono porque no repica. Estamos hablando y a la mitad de la conversación se interrumpe la conversación, o aparece una voz extraña que comienza a molestarnos y es que el teléfono se ha ligado con otro, y al final de mes nos ponemos las manos en cabeza cuando llega el recibo y el número de impulsos extras que tenemos que pagar.

–El teléfono sigue siendo nuestra diaria pesadilla, pero ya no podemos prescindir de él. Es el servicio de comunicación directa mas extraordinario, como los automóviles, dan muchos dolores de cabeza pero compensan los malos ratos por su gran utilidad.

–aquí en nuestra Ciudad Guayana, hasta el año 1968 los únicos teléfonos eran los que se utilizaban en la Orinoco Mining Company, con una central propia y solo altos ejecutivos disfrutaban de este beneficio, luego en la parte baja del edificio donde está el Hotel Dos Ríos (antes Cunucunuma) fue el lugar donde CANTV, dio inicio a sus operaciones, colocando tres cabinas y varias operadoras (tres cabinas para toda la población) donde se iba se solicitaba la llamada y luego esperar, muchas veces hasta varias horas para conectarse con otra ciudad, recuerdo en el año 1967, cuando el terremoto de Caracas (27 de julio) a las nueve de la noche se hicieron largas colas para tratar de saber que pudo haber sucedido con los familiares, ya para el año 1968 CANTV se muda para sede propia, donde se ha mantenido en la avenida Las Américas, y para los habitantes fue una gran noticia al saber que ya podíamos contar con un teléfono en nuestra residencia y en la oficina más de uno, y de esta manera conectarnos con la capital, otros estados y otros países.

–para ese entonces relataba un amigo, que: en una ocasión, que: había salido a realizar unas diligencias con su señora esposa; al regresar encontró a la señora que trabajaba con ellos, a cierta distancia le respondía al teléfono ubicado en la sala de la casa, el cual estaba repicando, sin tocarlo y con cierto temor le decía: <<ellos no están aquí, ya se lo dije más de una vez, no insista, no insista, no siga llamando, ellos no están aquí, llame después>> hasta el momento aún había personas que desconocían como y para que se utilizaba es maravilloso invento.
–luego, otro amigo, a principio de los años 80s, me sorprendió con un teléfono móvil que funcionaba con un pequeño receptor en la maleta del vehículo, cuando aun ni se soñaba que íbamos a utilizar lo que hoy día, se llama un teléfono celular, que utilizandolo como es correcto se puede hacer cualquier tipo de diligencia, transacción y comunicarnos con el otro lado del planeta…

Para cerrar, una pregunta muy importante; si alguien tiene la respuesta por favor hacérmela llegar: ¿Qué va a venir o suceder, después de todo esto? Ya que estos aparatos cada día vienen modelos más sofisticados, nos manejan a su antojo y nos indican que es lo que hay que hacer, que sucedió en el pasado y que va suceder en el futuro.

Si estuviese vivo ALEJANDRO GRAHAM BELL, que diría al respecto.

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