Cuenta La Leyenda
En todas las ciudades y pueblos, siempre se ha visto la presencia de alguno que otro personaje que ha marcado historia en la misma, bien sea por su apariencia física, profesión, condición, trato, entre otra características.
En Venezuela es normal, sobre todos en nuestros llanos, islas o pueblos, por recordar, en Maracaibo, se suele recordar y hablar de “Roñoquero” y “Mamblea”, la Isla de Margarita (los pescadores con grandes historias y las mujeres tejiendo chinchorros, sombreros y preparando las sabrosas empanadas), al igual que Barquisimeto (los músicos, cantantes y narradores de misteriosos episodios) y sin pensar mucho en nuestra capital, a cuantos personajes que se le ha brindado tributo, al amolador, al mielero, al chichero, al cochero, al manisero, por medio de canciones alegóricas.
En Ciudad Bolívar, los juglares y músicos, pero nuestra joven Puerto Ordaz, que apenas tiene 69 años y Ciudad Guayana con 60 años, así como San Félix, mantienen una buena cantidad de personajes de los cuales, a medida de que me vaya acordando, voy a ir mencionando.
Antes quiero agradecer a un buen amigo, quien me sugirió que hablase de este tema que le pareció interesante; es una manera más de seguir queriendo esta tierra que nos acogió y sembramos nuestras raíces, al hablar de “Azulejo” o el hombre del grano de maíz, ya estamos identificando a San Félix, recordar a Luis Figueroa “Rompiraja” el primer hippie, o uno de los primeros motorizados de Puerto Ordaz.
Cédric Neman Ley
Llegó a Puerto Ordaz en el año 1968, venía de Caracas, fue mi vecino en la Urbanización Villa Brasil, hicimos amistad de inmediato, era muy locuaz, amigo de los amigos, siempre de buen carácter.
Su primer trabajo fue de vendedor en la General Electric, acompañado con Luisa Cañas de Alvarado, Víctor Reinales, Carlo Carli, Toni Valdemir, José Fossi, Osiris Martínez y el gerente de tienda era el señor Carlos Gil; por su manera de actuar, trabajar, más su simpatía, logró ser un vendedor excelente.
Se casó con una bella mujer que había sido Miss Aragua, la señora Judith de Neman; con el tiempo decidió independizarse, se fue de la empresa e instaló un local en la carrera Guasipati, frente al Mercado Municipal, su asistente fue la señora Jeselba Rivero León de Colina. En sus tiempos libres atendía una pequeña finca ubicada en la carretera que conduce a Upata.
En esa época, Cédric se paseaba por la ciudad elegantemente vestido de vaquero y con un llamativo sombrero borsalino, montando alguno de los varios caballos que tenía, acompañado de otros caballeros como lo era el doctor Orestes Siciliano, el doctor Van Der Dis, los “amigos” le sobraban y muchos de ellos colaboraron en su bondad y de esta manera se fue a la bancarrota.
En los últimos tiempos de su vida, se iba a Alta Vista, frecuentaba los alrededores del Centro Comercial Zulia, se le veía solo, parecía ser que le había atacado un ACV (accidente cerebrovascular), pero siempre con una sonrisa, la cual ya en esas condiciones se le veía ingenua.
Hasta que la muerte lo sorprendió, hay que recordarlo como un gran hombre, un gran amigo, un excelente esposo y padre. Dios lo tenga en la gloria.
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