Cuenta la leyenda

Fortunato Grilli: Cuando los europeos decidieron venir a nuestro país, la mayoría de ellos (no todos) buscando nuevos horizontes, tratando de cambiar lo que había quedado después de la segunda guerra mundial, para ofrecer mejor calidad de vida a su núcleo familiar, ya Venezuela era un punto de referencia mundial como lugar a venir a demostrar sus actitudes, oficios y profesiones, motivado a sus riquezas (se veía en otros países carteles ofreciendo a Venezuela como un país de desarrollo y el mejor destino), que se puede decir aún estaban vírgenes y en pleno boom del oro negro (petróleo) nuestros gobernantes de turno ofrecían las bondades a todos los emigrantes que venían dispuestos, y el venezolano siempre caracterizado por ser buen anfitrión los recibíamos con los brazos abiertos, (tal vez, muchos venezolanos orgullosos de tener un amigo extranjero, un musiú un gringo, un portu, etc con quien compartir y hasta aprender un nuevo idioma) de la mayoría de estas personas fue mucho lo que aprendimos, entre otras cosas: amor al trabajo, el ahorro, la puntualidad, el respeto, como también saber batir un saco de cemento, pegar un ladrillo, reparar un calzado, cocinar un buen plato de spaguettis, etc. y no hay que dejar de reconocer que… Las bodegas, pulperías, chozas, nombres que se le dieron a los pequeños comercios en los barrios, fueron cambiados al final de los años cincuenta, comienzo de los sesenta por lujosos abastos y centros comerciales. En más de una ocasión llegamos a burlarnos y decir: ese italiano, << lo que almuerza es un pan y un refresco,>> (cierto, pero… sabía lo que estaba haciendo) de estos millones de extranjeros, llegó el personaje al cual me voy a referir, el Sr. Fortunato Grilli, cuando yo llegué a Puerto Ordaz en el año 1964, ya estaba instalado en la carrera Upata, parte baja del Hotel Tepuy, con su conocida Joyería Tiuna, donde ofrecía reconocidas marcas de relojes, prendas de oro para obsequiar a las madres, novias y seres queridos, visitada por personas no solo de la ciudad, en una ocasión me llamó la atención ver comprando en esta joyería al tenor favorito de Venezuela Alfredo Sadel, aquello se convirtió en un festín para quienes lo conocíamos, ver a Sadel adquiriendo, tal vez un reloj. A través del tiempo, Fortunato cambió de ramo y decidió regentar un billar en el Edificio Yocoima, para finalmente retirarse de la vida mundana por lo que se fue a vivir a orillas del rio Caroni, específicamente en el sector llamado Toro Muerto, lugar donde abrió al público un espacio turístico con un restaurant al cual llamó Frontipis. donde expendía comidas criollas e italianas, siendo muy visitados por personas que disfrutaban de un buen baño de playa de río con sus familiares los días sábados y domingos. BIOGRAFIA: Fortunato, nació en la ciudad de Cervaro, Frosinone, Italia, el día 23 de junio de 1.937, estudió relojería, llegó a Venezuela vía marítima por el puerto de la Guaira, e instaló su primer taller de reparación de relojes en Caracas, luego se trasladó a Guiria, donde instaló su primera joyería y se casó con la señora Olimpia Rodriguez, venezolana, con quien tuvo cuatro hijos, dos hembras y dos varones, para mudarse por breve tiempo a Carúpano, como paso previo a la inauguración de la Joyería Tiuna, en Puerto Ordaz. En el transcurrir de los años fue miembro del Club de Leones de Ciudad Guayana y cuando le correspondió ser presidente, quizás su obra más importante fue materializar la colocación de un busto de Simón Bolívar (el único que existe en Puerto Ordaz) en la iglesia Virgen del Valle y que todavía hoy se encuentra manera vigilante, el mismo que colocó Fortunato Grilli hace casi 50 años.
Hoy queda el recuerdo y sus hijos todos profesionales, entre ellos Antonio, abogado y profesor de derecho en la UCAB Guayana; María Luisa también docente del Liceo Oscar Luis Perfetti; Jose Felix, comerciante y transportista actualmente residenciado en Nueva York, y Gabriela quien se dedica actualmente al negocio de los relojes en Santiago de Chile.
FORTUNATO, quienes te conocimos y tus familiares te recordamos con gran cariño. DESCANSA EN PAZ.

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