Conoce el arte de expresarte con respeto y confianza: La Asertividad

Conversar con otros, familiares, amigos, socios, pareja, hijos o hermanos y gozar de bienestar emocional y buenas relaciones interpersonales, requiere de una habilidad que se aprende y desarrolla mediante un proceso de consciencia y conexión intrapersonal: la asertividad.
En palabras sencillas, la asertividad es esa habilidad que nos permite expresar nuestros pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara, respetuosa y honesta. Sin pisotear los derechos de los demás, pero tampoco permitiendo que nos pisoteen a nosotros. Es encontrar ese punto de equilibrio donde podemos defender lo que es importante para nosotros, al mismo tiempo que valoramos y consideramos a las personas que nos rodean.
Sé que, para muchos, la asertividad puede sonar como algo lejano o incluso intimidante. Quizás no estamos acostumbrados a poner límites, a decir “no” cuando es necesario, o a expresar nuestras opiniones de forma directa pero amable. Es posible que, al principio, intentar ser asertivo genere cierta incomodidad, culpa e incluso un poco de dolor. Después de todo, estamos rompiendo patrones de comportamiento arraigados, quizás de complacencia excesiva, de evitación de conflictos o de explosiones emocionales.
La asertividad se aprende y se practica día a día
Es importante tener en cuenta que ser asertivos es un proceso que se aprende en cada interacción, en cada conversación que se da en la convivencia con otros. Que nuestro modelo de comunicación ha estado signado por los patrones de quienes nos enseñaron, con quienes crecimos y que, si de ellos no aprendimos a ser asertivos, difícilmente podremos serlo en la adultez, a menos que nos hagamos conscientes que podemos cambiar para lograr relaciones más significativas y estables o dejar relaciones que nos perjudican o maltratan emocional y mentalmente. Identificar estos patrones es crucial.
A ser asertivos también se aprende cuando logramos ser conscientes de las consecuencias de nuestros comportamientos no asertivos. Quizás nos sentimos resentidos, frustrados, agotados o incomprendidos. Tal vez nuestras relaciones se ven afectadas por la falta de comunicación clara o por la acumulación de resentimientos.
Es importante recordar que ser asertivo no es ser agresivo. La agresividad implica imponer nuestras necesidades sin considerar los derechos de los demás, a menudo de forma hostil o amenazante. La asertividad, en cambio, busca el respeto mutuo y la solución constructiva de los conflictos. Tampoco se trata de ser pasivo, de dejar que los demás nos manipulen o ignoren nuestras necesidades. La pasividad nos lleva a la frustración y al resentimiento.
Ser asertivos paso a paso
La asertividad se logra con práctica, paciencia y herramientas adecuadas, las cuales nos permitirán construir relaciones más auténticas y saludables, basadas en el respeto mutuo y la comunicación abierta. Nos ayuda a sentirnos más seguros de nosotros mismos, a aumentar nuestra autoestima y a disminuir el estrés y la ansiedad que genera el no expresar lo que sentimos o necesitamos. Al poner límites claros, protegemos nuestro tiempo y nuestra energía, lo que nos permite enfocarnos en lo que realmente importa para nosotros.
Y ¿sabes qué? Estas herramientas están a nuestro alcance, dentro de nosotros mismos y a través del conocimiento psicológico. De manera que si quieres aprender a ser asertiva (o):
- Tu primer paso es la autoconciencia. Necesitas tomarte un momento para reflexionar y reconocer en qué situaciones no estás siendo asertiva (o):
- ¿Callas cuando algo te molesta por miedo a la confrontación?
- ¿Asumes responsabilidades que no te corresponden por no saber decir “no”?
- ¿Reaccionas impulsivamente con rabia o frustración en lugar de comunicar tus necesidades con calma?
- ¿Te sientes juzgada (o) o culpable por priorizar tus necesidades?
Si respondes estas preguntas comprenderás que la asertividad se encuentra en ese punto medio, donde puedes defender tus derechos y expresar tus opiniones con firmeza y gentileza. Implica escuchar activamente a los demás, validar sus sentimientos y buscar soluciones que sean justas para todos. Por lo cual, a partir de ahora comprométete a:
- Expresar el “Yo Siento… A mí me gustaría… Necesito…”:Esta es una fórmula poderosa para expresar tus sentimientos y necesidades de manera clara y sin culpar al otro. Se centra en tus propias emociones y en el impacto del comportamiento de la otra persona en ti. Por ello, en lugar de decir “Siempre me interrumpes y me haces sentir ignorada”, podrías decir “Yo siento frustración cuando me interrumpes mientras estoy hablando, y necesito que me permitas terminar mis ideas antes de que respondas”. Esta estructura facilita que la otra persona entienda tu perspectiva sin sentirse atacada (o).
- Decir “No”: Muchas veces evitamos decir “no” por miedo a decepcionar, a generar conflicto o a sentirnos culpables. Sin embargo, decir “sí” cuando realmente queremos decir “no” nos lleva al agotamiento y al resentimiento. Practica decir “no” de manera respetuosa, clara y concisa. No necesitas dar explicaciones largas ni excusarte en exceso. Un “No, gracias” o “Agradezco la oferta, pero no puedo comprometerme con eso ahora” suele ser suficiente. Tienes derecho a priorizar tu tiempo y tus energías.
Recuerda, la asertividad es un camino de crecimiento personal, un desafío que puede resultar difícil al principio, así que no te desanimes. Sé paciente contigo misma (o), celebra cada pequeño avance y ¡no te desanimes!