Opinión

Cómo salir de una relación cargada de violencia y maltratos

¿Y si cambio?
Yamilet PINTO
sábado, 21 septiembre 2019

La frecuencia con la que se da la violencia de género en la población joven, mujeres entre 20 a 30 años es más alta de lo que cualquiera de nosotros podría imaginar. Lo paradójico de esta realidad es que sucede en medio de una época en la que la información sobre las señales, los síntomas, las consecuencias y los tipos de maltratos han sido tan difundidos.

El punto acá es revisar de qué manera se podría poner fin a este flagelo que, según las estimaciones mundiales publicadas por la OMS indican que alrededor de una de cada tres (35%) mujeres en el mundo han sufrido violencia física y/o sexual de pareja o violencia sexual por terceros en algún momento de su vida.

Conócete a ti misma
Uno de los primeros pasos para sanar las heridas del maltrato es el autonocimiento, principio filosófico de vida de donde parte todo aprendizaje. Conocerse a sí misma implica, entre otras cosas:

· Identificar nuestras necesidades humanas. Por ejemplo, nuestra necesidad de afecto, amor y conexión, si no es conscientemente canalizada y gestionada, podría llevarnos a la codependencia de una pareja que no nos ama ni valora, ya que buscamos en ella el afecto, el cariño y el amor que sentimos no hemos recibido desde la infancia. Por supuesto, esto es inconsciente, ya que de seguro nuestros padres dirán que nos dieron todo, lo cual es muy cierto, nos dieron todo lo que ellos tenían, pero nosotros, en muchos casos, aún no hemos comprendido eso y lo que percibimos es que nos “abandonaron” en casa de la abuela, los tíos o la madrina, por lo cual no nos sentimos parte del núcleo familiar. De allí que sintamos una imperiosa necesidad de pertenecer a algo, un grupo, una familia, una relación.

·Manejar las huellas que han dejado las profundas heridas vividas en la infancia. La cultura machista latinoamericana nos ha llevado por el camino del machismo, donde “el hombre” es quien manda y ese constructo ha quedado marcado en la población femenina que, aunque no quiera seguir ese patrón, lo repite inesperadamente. Si crecimos en medio de un hogar, donde mamá, por amor a sus hijos, soportó cualquier tipo de maltrato, y vimos un papá imponiendo su carácter, su autoridad y su dominio, la creencia de que esa forma de vida es “normal” hará, obviamente, que experimente la misma experiencia sólo por una “inconsciente solidaridad”

·Desarrollar la autoconciencia que nos permitirá reconocer cómo y cuánto nos afectan nuestras emociones, dejando de etiquetarlas como buenas o como malas. La tristeza, la frustración e impotencia comenzarán a desaparecer al momento que reconozcamos que definitivamente las sentimos y que pertenecen a lo vivido en el pasado.

·Aceptar la vida tal cual es. Reconociendo que el pasado no lo podemos cambiar y que sí podemos actuar, vivir, pensar y sentir de manera diferente, lo cual nos permitirá comenzar un nuevo camino, con nuevas esperanzas y con nuevas estrategias y herramientas de vida.

Atrévete a cambiar
Luego de iniciar el proceso de autoconocimiento y autoconciencia, le toca el turno a la liberación y el perdón.

La liberación comprende reconocernos como un ser humano que cuenta con recursos suficientes para salir adelante frente a las circunstancias que nos haya tocado vivir. Soltar todo apego a viejas e inútiles creencias que lo único que han hecho es impedir nuestra felicidad y con determinación re-crear nuevas formas de ver el mundo. Asumir que somos dueñas de nuestra vida y tenemos la capacidad de decidir y elegir comenzar de nuevo. Que el pasado no determina nuestro presente y mucho menos nuestro futuro. Sanar es una decisión y juntos podemos transitar ese camino lleno de luz y bendiciones.

Perdonar es la llave de la plenitud. Perdonar es el acto que cierra el ciclo y yo diría que cuando se comprende toda nuestra situación, podemos entender que no hay nada que perdonar, que somos copartícipes de lo que hemos vivido y que no somos culpables, realmente nadie lo es. Sólo necesitamos darnos cuenta, despertar y entender la vida tal cual es; y si eso cuesta hacerlo, pues contamos con el perdón como la llave que abre las puertas de la prisión del sufrimiento y que con sólo utilizarla, podemos salir y disfrutar plenamente de la felicidad, el amor y la paz que de seguro nos llevara a nuevas, conscientes y plenas relaciones.

Pero como seres humanos, hemos hecho del perdón una herramienta de libertad (para mí es la ¡Atrévete a ser feliz! @yamiletpinto

 

 

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