Chapare: ¿Nueva amenaza epidémica viral?
Este 17 de noviembre de 2020, se cumplía un año de la aparición del primer caso de coronavirus, Covid-19; oportunidad cuando el presunto paciente cero hacia su debut en la ciudad China de Wuhan, punto de partida de la pandemia que ha cobrado más de 1,3 millones de muertes y que aún mantiene en zozobra al planeta.
Pero como si se tratara de una obra de Alfred Hitchcock, justamente ese mismo día, posterior a reunión anual de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene (ASTMH), comienza a tomar pública relevancia la alarmante noticia de una nueva amenaza, la presencia de un virus mortal detectado en Bolivia, con síntomas similares al Ébola y la posibilidad de potenciales brotes a futuro.
Se trata del virus Chapare mammarenavirus, de la familia Arenaviridae, identificado inicialmente en 2003, brote ocurrido en el pueblo Samuzabety, de la Provincia Chapare, del Departamento de Cochabamba, Bolivia; con saldo de un caso letal y un segundo brote en 2019 en la Provincia de Caranavi, Departamento de La Paz, Bolivia, que reportó cinco casos confirmados, de los cuales tres fueron mortales (un paciente y dos médicos), lo que supone una alta tasa de letalidad.
Los virus pertenecientes a la familia Arenaviridae incluyen patógenos peligrosos como el virus Lassa que causa anualmente muchas muertes en el oeste de África y el virus Machupo, que causó brotes mortales en Bolivia.
Es posible que algunos pacientes infectados pudieran haber sido diagnosticados erróneamente con dengue, lo que hace suponer la circulación del virus con anterioridad.
Aunque existe evidencia preliminar respecto a la especie de roedor que porta y puede transmitir el virus Chapare, los arenavirus similares transmiten a las personas u otros animales, típicamente por contacto directo o indirecto a través de la orina, saliva y los excrementos de roedores infectados.
Durante el transcurso del presente mes, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC), determinó que la enfermedad es transmisible de una persona infectada a otra persona a través del contacto con los fluidos corporales (saliva, orina, semen, secreciones respiratorias y sangre).
El período de incubación o el tiempo entre la exposición inicial y el desarrollo de los síntomas varía de 4 a 21 días para los arenavirus.
Los pacientes que se recuperan de infecciones por arenavirus pueden continuar diseminando virus en sangre, saliva, orina o semen, durante meses después de ya no presentar síntomas, lo que sin lugar a dudas es un punto adverso para contener su propagación.
Se describen signos y síntomas documentados del primer y segundo brote del virus Chapare, que incluyen los siguientes:
1) Fiebre.
2) Dolores de cabeza, articular, muscular, retro-ocular, abdominal.
3) Vómitos y diarrea.
4) Sangrado de las encías y nasal.
5) Erupción cutánea.
6) Irritabilidad.
7) Hemorragias en fase avanzada.
La fiebre hemorrágica Chapare aunado a graves efectos en varios órganos del cuerpo, implica en un paciente una condición de lucha entre la vida y la muerte; escenario que ha puesto en alerta a las autoridades del Ministerio de Salud de Bolivia, así como a expertos e investigadores de los CDC y diversas organizaciones de salud como la OPS.
En los actuales momentos se cuenta con muy poca información sobre las posibles complicaciones a largo plazo o la inmunidad protectora después de la infección por el virus Chapare.
De igual forma se desconoce si el virus se puede transmitir de madre a hijo; sin embargo, se ha documentado que otros arenavirus causan infección en el útero, lo que hace presumir que la infección durante el embarazo pueda causar complicaciones, incluido el aborto espontáneo o la muerte de la madre o el recién nacido.
El análisis genómico completo del virus Chapare, facilitó el desarrollo de una prueba de detección molecular específica, de polimerasa de transcripción inversa RT-PCR.
Atendiendo a la zona geográfica o región y al cuadro clínico-epidemiológico del paciente, los diagnósticos diferenciales pueden incluir: fiebre hemorrágica boliviana (virus Machupo) u otros arenavirus, dengue, leptospirosis, fiebre amarilla, hantavirus y otros.
Como medida de prevención general y de saneamiento ambiental se deben reforzar los hábitos de consumo de agua potable, lavar los alimentos antes de consumir, fundamentalmente frutas-vegetales, así como mejorar el control de los roedores alrededor de las casas-edificios, utilizar guantes y botas de goma para realizar tareas de desratización, desmalezado o limpieza de baldíos; mantener los patios-terrenos libres de basura, escombros y todo lo que pueda ser refugio de roedores, principales agentes de contagio de muchas enfermedades.
Dra. Fanny Quevedo
Médico Ocupacional
Especialista en Gerencia en Salud.
qcfanny@hotmail.com
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