Opinión

Bitácora Industrial

La hiperinflación puede determinar que si un trabajador pudiera guardar su salario por dos o tres semanas, el poder de compra de ese dinero habrá disminuido, y como los precios crecen a mayor velocidad que los salarios, cada día su trabajo valdrá menos.
viernes, 02 abril 2021

El papel moneda
A propósito de la pandemia del Covid 19, varios economistas de renombre internacional están proponiendo cambios radicales en la economía del mundo, incluyendo una revisión de la manera en que cada país emite moneda, cuyo valor es muy variable e injusto como medio para pagar el esfuerzo de los trabajadores.

En muchos países, el valor de un billete puede ser menor que su costo de impresión. Coloquialmente, el público se refiere a ello diciendo que un billete vale menos de lo que cuesta, producto generalmente de la devaluación de la moneda, sobre todo del papel moneda. El caso de las monedas metálicas es distinto, porque el metal tiene un valor por sí mismo.

En algunas oportunidades, una moneda vale más que un billete de mayor valor, cuando la devaluación es elevada. Puede ocurrir que una moneda metálica, de fracción de unidad monetaria, valga más que un billete de varias unidades monetarias. Los billetes aumentan o disminuyen su valor y su poder de compra, en función de la solidez o debilidad de la economía del país que lo emite.

La hiperinflación puede determinar que si un trabajador pudiera guardar su salario por dos o tres semanas, el poder de compra de ese dinero habrá disminuido, y como los precios crecen a mayor velocidad que los salarios, cada día su trabajo valdrá menos.

Hasta 1971, el dólar estaba respaldado por el oro que guarda la Reserva Federal, que es el banco central de Estados Unidos. Desde esa fecha, hace 40 años, la moneda más importante del mundo tiene un respaldo fiduciario, por cuanto su estabilidad, o valor, depende de la confianza que el mundo tenga en la solidez de la economía norteamericana.

Muchos países tienen sus reservas en dólares, lo que significa que confían en la estabilidad del dólar y en la economía de Estados Unidos. Esa confianza también implica un manejo racional y responsable de la impresión de papel moneda, porque un exceso en la emisión puede provocar una pérdida del valor monetario.

En Venezuela, hace unos años atrás, un billete de cien bolívares servía para hacer un mercado, mientras que ahora un billete de un millón no alcanza ni para un kilo de carne. Algunos economistas marxistas han planteado la vuelta al trueque, como un elemento contra el capitalismo, aduciendo precisamente que el papel moneda no paga bien el trabajo e impide el ahorro.

Pero hay una gran parte de la población, que no produce elementos intercambiables, a quienes se les paga su trabajo con papel moneda, que a su vez les sirve para pagar sus necesidades. Todo eso significa que no es fácil eliminar el papel moneda, o dinero físico, para sustituirlo por dinero electrónico, y mucho menos por las criptomonedas.

Los expertos dicen que se podrá ampliar el uso de dinero electrónico en la mayoría de los países, pero conservando la moneda, tanto metálica como en billetes. Uno de los temores de quienes se oponen a que todo el dinero sea electrónico, es el peligro de los hackers, que en algún momento pueden desaparecer los archivos y las cuentas de un banco, lo que haría desaparecer el dinero que había en ellas.

El otro problema es que no todos los países cuentan con plataformas y equipos necesarios para que su población pueda pagar con dinero electrónico. En otros, la economía es débil y no tiene capacidad para que los bancos, los comercios y el público, paguen lo que cuesta un sistema de pagos electrónicos.

Gasolina
Con la gasolina está ocurriendo lo mismo que en otros aspectos en el país: unos están a favor de que se les dé solución a algunos problemas, mientras otros desean que se agraven, convencidos de que ello provocaría el estallido social que, según algunos, determinaría el fin de este gobierno.

Así, mientras algunos compatriotas desean que las refinerías se puedan mantener activas, por lo menos para cubrir las necesidades del mercado interno, otros se alegran con cada avería, convencidos de que si no hay gasolina, el gobierno colapsa.

Pero las cifras determinan que por muy poco que estén produciendo, debería bastar para cubrir el consumo nacional, sobre todo con la reducción del tránsito automotor provocado por la pandemia.

Según algunos extécnicos de Pdvsa, el consumo del país tiene que estar bastante por debajo de 100 mil barriles de gasolina diarios, debido a que, aparte del efecto de la pandemia, el parque automotor ya se había reducido en un 30 por ciento, producto de la escasez de repuestos y de dinero para la reparación.

Algunos expertos dicen que el consumo real estaría alrededor de 50.000 barriles diarios, para una capacidad instalada de refinación superior a 1,3 millones de barriles. Según esos mismos expertos, aún operando a un 10 por ciento de su capacidad original, nuestras refinerías deberían estar abasteciendo el consumo, siempre que no haya envíos al exterior.

Desde hace varias semanas, Pdvsa no reporta la llegada de buques petroleros desde Irán, lo que pudiera significar que se estaría estabilizando cierta producción en nuestras refinerías.

Fedecámaras busca acuerdo productivo
Fedecámaras está proponiendo un diálogo con el gobierno, para tratar de llegar a acuerdos que permitan la reactivación del aparato productivo privado, que contribuya a mejorar el estado al que ha llegado la economía del país.

Dirigentes de los gremios empresariales dicen que el sector privado está listo para iniciar esa reactivación, para lo cual lo único que hace falta es una decisión política del gobierno, que la facilite, creando condiciones favorables para que las industrias puedan operar sin trabas.

Varios de los más importantes empresarios han dicho igualmente que han tramitado créditos en el exterior, con la finalidad de financiar sus proyectos, pero están a la espera de la decisión que pueda tomar el gobierno, en el sentido de permitir que, una vez reiniciada la producción, puedan tener acceso libre y poder expatriar los dólares necesarios para la amortización de esos préstamos.

Algunos agregan la necesidad de que el gobierno salde las cuentas que tiene pendientes con el sector privado, para que ese dinero pueda ser reinvertido en la reactivación del aparato productivo del país.

Según cifras de expertos nacionales, la producción industrial del país está en el 30 por ciento de su capacidad instalada y requiere de una inversión de por lo menos 10.000 millones de dólares, y dos años, para llevarla a su tope técnico, o máxima capacidad operativa posible.

Precios internacionales
Solo como referencia y en US$/TM.
Aluminio (2.205) 2.212
Al. Prem. 2.212 + 415
Al. Alloy (2.193) 2.041
Alúmina (295) 290
Al. Chat. (980) 980
Oro onza (1.727) 1.714
Plata onz.(25,10) 24,48
Platino oz (1.173)1.174
Cobre (9.016) 8.850
Zinc (2.841) 2.795
Níquel (16.126) 16.098
Plomo (1.949) 1.956
Estaño (28.015) 27.180
Cemento Bra. (60) 60
Café Qt. 128
Cacao 2.217
Azúcar 441
Arroz 557
Maíz 216
Trigo 233
Avena 246
Sorgo 240
Soya 520
Acero
USA (1.293) 1.295
China (723) 725
Cabillas U.S. (627) 628
Chatarra (430) 436
Hierro (167,01) 166,90
Briquetas (325) 325
Petróleo (barril)
Vzla. (25,04) 25,04
Opep (63,22) 62,86
West T. (60,39) 60,70
Brent (63,43) 64,13
Gasolina (196) 199
Gasoil (80) 81
Gas1.000p. (2,53) 2,62

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