Bitácora Industrial

Gazprombank cerró cuentas a Pdvsa

En términos bancarios no es lo mismo cerrar cuentas que congelar sus fondos, o bloquearlos. Por eso habrá que esperar para saber exactamente qué fue lo que hizo el banco ruso Gazprombank con las cuentas de Pdvsa, como consecuencia directa de las sanciones de Estados Unidos contra esa petrolera y el gobierno de Maduro. La agencia noticiosa internacional Reuters, especializada en asuntos económicos, dice que la entidad rusa “congeló las cuentas de Pdvsa”, lo que significaría que los recursos allí depositados quedan bloqueados y el dueño de la cuenta no los puede movilizar. Eso los deja expuestos a embargos y otras acciones por parte de los numerosos acreedores tanto de Pdvsa como del país. Pero también puede ser que ese banco haya decidido cerrar las cuentas de Pdvsa, por lo cual el dueño de los fondos debe decidir a dónde quiere que esos depósitos sean trasladados. Acerca del motivo de la medida hay dos posibilidades. La primera, que es la de la mayoría de los analistas internacionales, es que Gazprombank haya decidido no desafiar las sanciones de Estados Unidos contra Maduro y Pdvsa, debido a que tiene negocios muy importantes con los norteamericanos y numerosos clientes internacionales que a su vez están muy relacionados con ellos. Desafiar esas sanciones pudiera exponer a Gazprombank a perder importantes sumas de depósitos, mientras los movimientos de Pdvsa son cada vez menores. Pero también se dice que esta decisión del banco ruso puede estar orientada a congelarle fondos a Pdvsa, de manera de proteger los intereses de la petrolera rusa Rosneft, luego que Estados Unidos reconociera a Guaidó como presidente encargado y su derecho a designar la directiva de Citgo, que le debe a esa empresa rusa. Existe la posibilidad de que un nuevo gobierno de Venezuela no reconozca esa deuda de Citgo y la única manera de recuperar algo de ese préstamo sería esta medida de Gazprombank, reteniéndole fondos a Pdvsa y a la espera de probables acciones legales contra ellos. Por eso habrá que esperar a que en los próximos días se aclare bien qué fue lo que decidió ese banco ruso con las cuentas de Pdvsa. A principios de febrero el vicepresidente de finanzas de Pdvsa comunicó por escrito a sus socias privadas nacionales y extranjeras que a partir de ese momento debían realizar sus operaciones a través de “nuevas cuentas” abiertas para ese fin en Gazprombank, aunque al adoptar la medida de cierre esa entidad afirmó que Pdvsa no ha abierto ninguna cuenta nueva y que las cerradas son cuentas que la petrolera venezolana tenía desde hace años, seguramente confiando en que las buenas relaciones entre Maduro y Putin serían una garantía, cosa que por lo visto no fue así.

Una decisión política

Pero es obvio que la directiva de Gazprombank, antes de adoptar esta decisión, tiene que haberla analizado muy bien y que probablemente la consultó con el presidente ruso Vladimir Putin, por la alta trascendencia política que tiene en el ámbito internacional. Rusia, como se sabe, es uno de los últimos grandes aliados que le quedan al gobierno de Maduro y esta decisión de uno de los principales bancos rusos pudiera estar indicando que ese apoyo está titubeando y que pesan más los intereses comerciales que las alianzas ideológicas o políticas. Pdvsa puede mudar sus operaciones financieras a otro banco chino, indio, turco o árabe, pero no va a ser fácil conseguir un apoyo tan importante como el ruso, si esta decisión del Gazprombank significa que lo termina perdiendo. El otro aspecto que queda de relieve con el cierre de estas cuentas de Pdvsa, es que las sanciones de Estados Unidos contra el gobierno de Maduro tienen un largo alcance y una fuerza tan importante que obligan a uno de los principales bancos rusos a acatarlas y que el paraguas protector de Putin no es lo suficientemente fuerte como para garantizarle que estará a salvo de medidas en su contra si las viola. Según los analistas, casi un 60 por ciento del comercio mundial pasa por instituciones norteamericanas o que tienen una relación directa con ellas, lo que significa que para Pdvsa y el gobierno de Maduro se va a hacer sumamente complicado poder realizar sus operaciones financieras y petroleras, porque van a ser cada vez menos las instituciones que se van a arriesgar a hacerlas, corriendo el riesgo de ser sancionadas por Trump.

La producción de Pdvsa

Agencias internacionales de inteligencia comercial y expertos de la Opep están estimando que el 60 por ciento de la producción de Venezuela es extraída por los taladros operados por empresas privadas mixtas, nacionales y extranjeras, y solo el 40 por ciento por Pdvsa. Hace unos 10 años, Pdvsa exigió a sus socios privados que buscaran financiamiento por cuenta propia, porque ella no tenía recursos para invertir en los nuevos proyectos de explotación, sobre todo en los yacimientos de la Faja del Orinoco. Como contrapartida, Pdvsa aceptó mejorar la participación de sus socios en el reparto de utilidades en la extracción de crudo, aunque no modificó la composición accionaria de las empresas, conservando mayoría en todas ellas. Pero en la actualidad Pdvsa atraviesa una situación financiera muy difícil por el monto de su deuda externa ya vencida y la carencia total de recursos para inversión. Algunos expertos internacionales estiman que Pdvsa necesitaría alrededor de 160 mil millones de dólares para llevar su producción a 2,5 millones de barriles y sanear su situación financiera actual. Como no tiene recursos propios y su crédito internacional está muy comprometido, la única vía que le queda es abrirse a la inversión privada extranjera. Pero para ello requiere garantizar esas inversiones, lo que a su vez pasa por una profunda reforma legal que tendría que superar la barrera ideológica de quienes en el chavismo lo consideran una cesión al capitalismo que tanto critican. Muchos analistas internacionales consideran que va a ser difícil que empresas extranjeras se arriesguen a inversiones de esa dimensión, con el peligro de que una asamblea constituyente en cualquier momento cambie las reglas de juego y se quedan sin garantía, como pasó con las expropiaciones de los proyectos de la Faja, que ahora están siendo dirimidos en tribunales internacionales. Un experto, citado por varias agencias, dijo la semana pasada que antes de hablar de eventuales nuevas inversiones, el gobierno de Maduro tendría que pagar todas las expropiaciones ordenadas por Chávez y Pdvsa tendría que pagar todos los bonos vencidos.

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