Bitácora Industrial
El costo ecológico
En la misma medida que crece la preocupación mundial por el deterioro ambiental del planeta, aumenta el costo de eliminar los elementos que contaminan la tierra, el aire y los océanos. Los científicos plantean que es urgente reducir el calentamiento global, producto de los altos niveles de contaminación de la atmósfera, pero los economistas dicen que eso tendrá un costo elevado para la industria mundial, que tendrán que pagar los consumidores porque muchos gobiernos, si tuvieran que asumir esa inversión, terminarían estableciendo nuevos impuestos a la población. De manera que al final es la población mundial la que va a terminar pagando el costo de limpiar el planeta de toda la contaminación acumulada durante siglos. Grandes corporaciones industriales que durante años han vertido contaminantes a ríos, mares y al aire, en muchos casos valen menos que la inversión que habría que hacer para revertir la contaminación que han provocado. Y si esos costos fuera posible trasladarlo al precio de lo que producen, los consumidores tendrían que pagar incrementos entre el 30 y el cien por ciento de lo que pagan ahora. Por eso muchos economistas no son tan entusiastas como las masivas movilizaciones que están ocurriendo en estos días en el mundo entero para exigir medidas ambientales urgentes que frenen la contaminación.
Los expertos plantean que las medidas que se adopten tendrán que ser graduales, para permitir que el sector industrial pueda repartir en varios años las grandes inversiones que tendría que hacer para modificar sus patrones de producción, que en algunos casos implica un cambio total en la manera cómo han estado trabajando desde hace varias décadas.
Eliminar el plástico
Hay un clamor mundial de los ecologistas para eliminar el plástico, al que consideran uno de los elementos más agresivos en la contaminación del planeta. Pero los expertos plantean que en muchos casos el sustituto del plástico resultaría más contaminante, y mucho más costoso en términos económicos. Un estudio hecho por la Universidad de California determinó que en ese estado, medidas ambientalistas redujeron las bolsas de plástico en 20 mil toneladas anuales pero en cambio aumentó en 40 mil toneladas el consumo de bolsas de papel. Ese mismo estudio reveló que la misma cantidad de bolsas de plástico que se redujo en los supermercados, aumentó en bolsas para la basura en los hogares, lo que indicó que las bolsas de las compras estaban siendo recicladas en los hogares. De igual manera científicos de varias universidades aseguran que una planta de papel es más contaminante que una fábrica de bolsas de plástico, y que para producir una tonelada de pulpa para papel se tienen que talar por lo menos 20 árboles grandes. Cada año van a los mares y océanos millones de toneladas de bolsas y envases de plástico, que tardan más de cien años en degradarse.
Estudios recientes de ONG ambientalistas establecieron que la mitad del plástico que llega a los mares proviene de China, Indonesia, Filipinas y Vietnam. Aunque China aplicó medidas para reducir la producción y uso de bolsas plásticas, y estableció altos impuestos a otros envases de ese material, se estima que por lo menos el 27 por ciento del plástico que llega a los mares procede de esa nación.
Las bolsas de supermercado
Generalmente se cree que uno de los elementos que más contamina el planeta es una bolsa de plástico, de las que usamos en los supermercados, aunque estudios de varias universidades están demostrando que eso no siempre es así. El Ministerio del Ambiente de Dinamarca realizó un estudio el año pasado y determinó que además del impacto ambiental para producir los materiales que se utilizan y el proceso de su fabricación, una bolsa de tela de algodón debe utilizarse varios miles de veces para igualar el impacto ambiental de una bolsa de plástico. Igualmente determinó que una simple bolsa de papel debe utilizarse por lo menos 43 veces para igualar el impacto ambiental de una de plástico. Hace unos años Irlanda estableció un impuesto a cada bolsa plástica y logró reducirlas de 328 per cápita anual, a solo 21, porque los irlandeses se acostumbraron a ir al supermercado llevando sus bolsas usadas. Pero no todo el plástico que llega a los mares es de bolsas y envases, porque la misma universidad de California estableció en 2017 que 70 por ciento del plástico que flota en los océanos son objetos de pesca industrial. Solo en el Océano Pacífico se estima que cada año se agregan 190.000 toneladas de objetos de plástico provenientes de la pesca a gran escala. Los expertos teorizan sobre cuánto costaría recoger todos los objetos que la pesca industrial ha dejado en los océanos durante más de un siglo y que de ser posible tendría que pagado por las grandes corporaciones de pesca, que a su vez lo cargarían al precio del pescado. Según esas estimaciones, el precio del pescado tendría que ser incrementado por lo menos en un 150 por ciento para poder pagar lo que costaría limpiar los mares de lo que la pesca los ha contaminado.
Para los ecologistas, la situación es más simple: los seres humanos han contaminado el planeta y ahora todos tienen que asumir el costo de limpiarlo. Este costo es proporcional al estándar de vida de cada grupo humano, de manera que quienes viven en los países llamados desarrollados, tendrán una carga mayor que los que viven en los países más pobres, porque los primeros generan más desechos contaminantes. La premura de esos grupos ecologistas para que se adopten medidas urgentes para limpiar el planeta es porque muchos científicos se están preguntando si no se habrá agotado el tiempo para poder hacerlo. Según esa teoría, el daño ecológico que se le ha hecho al planeta ya sería irrecuperable y llegará el momento, más adelante, en el que se hará complicado que los seres humanos puedan vivir en la Tierra tal como han podido hacer hasta ahora.
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