Opinión

Bitácora Industrial

Eliminada la ventaja del dólar Dicom, los industriales quedan a merced del mercado paralelo.
viernes, 01 febrero 2019

Dicom igual al paralelo
El Banco Central y el gobierno colocaron la tasa del Dicom por encima del valor del dólar paralelo, eliminando la ventaja que tenían los industriales al poder comprar divisas a un precio preferencial, como un estímulo para aumentar su producción y por esa vía reducir las importaciones. Al desaparecer la diferencia entre el Dicom y el paralelo, el gobierno desata las amarras de los precios, que ahora se podrán fijar libremente a partir del precio en dólares de los artículos y alimentos en el exterior. En la práctica se dolarizan los precios, aunque el gobierno no dolariza formalmente la economía, entre otras cosas porque no tiene los dólares necesarios para hacerlo. Pero para los industriales, y para la población en general, los precios quedan dolarizados mientras los salarios se siguen pagando en bolívares. Como no es posible detener la escalada del precio del dólar en el mercado libre, la tasa Dicom tendrá que seguirlo, con la consecuente alza permanente de los precios y la devaluación de la moneda. Algunos economistas consideran positivo que el gobierno haya eliminado el diferencial entre el Dicom y el dólar paralelo, porque ello se había convertido en una fuente de corrupción. La Fiscalía ha enjuiciado a decenas de comerciantes e industriales que lograban obtener dólares en el Dicom, pero que los dejaban en el exterior sin traer los productos. Otros analistas, entre ellos políticos de oposición, aseguran que los principales beneficiarios del sistema Dicom fueron empresarios ligados al gobierno, o familiares de altos funcionarios y dirigentes oficialistas, que lograron apoderarse de millones de dólares. Los más afectados con la eliminación del valor preferencial del dólar en el sistema Dicom son los industriales, que por esa vía podían traer al país equipos, repuestos y materias primas, para de alguna manera intentar mantener su producción en medio de una crisis como la actual. Eliminada la ventaja del dólar Dicom, los industriales quedan a merced del mercado paralelo, cuyas oscilaciones son impredecibles, lo que hace imposible planificar inversiones y gastos, para poder fijar un precio que cubra los costos y deje un margen razonable de utilidad. Si ya la actividad industrial estaba complicada, con esta decisión se hace mucho más difícil poder mantener activas las plantas y se aleja la posibilidad de aumentar la producción, tal como lo plantea el gobierno. La oferta de dólares por el Dicom, a una tasa menor que el mercado paralelo, era sin duda un estímulo para que el sector industrial aumentara su producción, pero los primeros indicios de que estaba en problemas fueron las sucesivas reducciones en las subastas semanales de dólares. De un monto que dirigentes industriales decían que debería estar en 250 millones de dólares semanales, esas subastas bajaron a menos de un millón cada semana y en algunas de ellas el monto asignado para particulares era similar a lo otorgado para el comercio y la industria. El colapso de los ingresos de divisas, por la caída de la producción de Pdvsa y ahora las sanciones internacionales contra el país, provocaron esta eliminación del dólar preferencial del Dicom. Lamentablemente un golpe a la producción industrial.

Acceso al crédito bancario
En sus esfuerzos por restringir la posibilidad de comprar dólares, el gobierno ha venido drenando la liquidez monetaria, lo que provocado el cierre casi total del financiamiento bancario. El crédito bancario es una herramienta fundamental del empresario y sobre todo del industrial, que con ese financiamiento compra materias primas, las procesa, las vende y con eso le paga al banco y obtiene su utilidad. Los gobiernos del mundo, en lugar de restringir el crédito, lo promueven mediante el otorgamiento de recursos a los bancos comerciales, muchas veces sin intereses, para que estos a su vez financien a los industriales. Durante casi 30 años después de la II Guerra Mundial, el Banco Central de Japón otorgó recursos con ceso interés a los bancos privados y estos los prestaban al sector productivo al 0,5 por ciento. De esa manera Japón logró convertirse en una de las principales economías del mundo. En nuestro país el gobierno y el Banco Central desde hace años vienen aplicando medidas que reducen la posibilidad de que la banca pueda financiar al aparato productivo. Aparte del aumento del encaje bancario, el gobierno exige a los bancos la compra de sus bonos, lo que les resta masa monetaria que de otra manera estaría disponible para el sector empresarial. Sin financiamiento, el aparato productivo no tiene capacidad alguna de crecer. En un escenario como este, el empresario que tiene recursos financieros en el exterior no se arriesga a traerlos porque no tiene seguridad de que los va a poder recuperar.

Industria petrolera mundial
Poco a poco los mercados petroleros internacionales asimilaron el efecto de la caída de las exportaciones venezolanas, estimada por los expertos en 1,2 millones de barriles diarios, de los cuales casi un millón iba destinada a clientes en Estados Unidos. En esa cifra no están incluidos los envíos a China y Rusia, de alrededor de un millón de barriles entrambas, para el pago de préstamos financieros. De igual manera, los mercados absorbieron gradualmente la merma de las exportaciones de Irán, como consecuencia de las sanciones reimpuestas por Trump. En principio los precios subieron al descender las exportaciones de Venezuela e Irán, pero ese vacío fue llenado de inmediato por otros productores y los mercados se estabilizaron. La razón es que ha aumentado la capacidad de producción mundial y buena parte de ella es capacidad ociosa, lo que permite a varios países aumentar producción en pocos días y suplir cualquier deficiencia en la oferta. El otro factor es que antes el líder de producción era Arabia Saudita, a la cabeza de la Opep, que tenía cerca del 40 por ciento del consumo mundial. Hoy Estados Unidos y Rusia producen lo mismo que los sauditas, alrededor de 11 millones de barriles diarios, y la participación de la Opep en la oferta mundial está en menos del 30 por ciento. En el escenario actual, la Opep tuvo que aliarse con Rusia para recuperar cierta influencia en los mercados internacionales. Sin esa alianza, La Opep no tiene poder alguno para influir en los precios, salvo acontecimientos extraordinarios naturales, geopolíticos o del comercio mundial, como una eventual guerra económica entre Estados Unidos y China. Los expertos consideran que en este momento los mercados están bastante estables y que no hay a la vista elementos que pudieran provocar un cambio importante en los precios. La situación política complicada existente en Venezuela no tiene mayor importancia para los mercados petroleros, porque la producción de Pdvsa ha caído a alrededor de un millón de barriles, toda ella destinada a China y Rusia, lo que reduce casi a cero las exportaciones a otros destinos. Citgo está operando con crudo comprado a las petroleras norteamericanas, que son unos 600 mil barriles diarios. Algunos analistas desoyen los rumores de problemas en el suministro de gasolina en nuestro país, alegando que lo que se deja de importar desde Estados Unidos se puede traer desde Nicaragua y México, países que mantienen relaciones diplomáticas con el nuestro y que tienen capacidad para suplírnosla.

 

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