El truco poco conocido para hervir huevos que mejora y facilita la cocción

Pocos ingredientes forman parte de la vida cotidiana alimentaria de tantas maneras como los huevos.
En platos sencillos o en recetas complejas, es fuente de proteínas, vitaminas y minerales a bajo costo. Pero detrás de su aparente simpleza, existen detalles que pueden marcar una gran diferencia
Vinagre blanco para cocción de los huevos
Hervir huevos con vinagre blanco no es simplemente una superstición popular. El cocinero Heinz Wuth, explicó en su cuenta personal de TikTok que al agregar una o dos cucharadas de vinagre blanco durante la cocción tiene resultados prácticos ampliamente comprobados.
Este ingrediente actúa en dos frentes centrales: por un lado, facilita el pelado del huevo una vez cocido; por otro, ayuda a que la cáscara no se quiebre al hervir, evitando la dispersión de la clara en el agua y el derroche de alimento.
Según muestra el cocinero en sus redes sociales, este sencillo truco resulta especialmente eficaz al cocinar varias unidades a la vez o cuando se desea una presentación prolija, como en ensaladas o platos de entrada.
Este método, además, no interfiere con el sabor ni aporta un gusto ácido perceptible, siempre y cuando el huevo se enjuague bien tras la cocción. Así, el vinagre se convierte en un aliado eficiente para quienes buscan practicidad y buenos resultados en la cocina diaria.
Cómo cambia el vinagre la textura de los huevos
El efecto del vinagre no solo se limita a conservar la integridad de la cáscara o a simplificar el pelado. El agregado de vinagre también influye en la textura de la clara y la yema.
Una solución ácida durante la cocción ayuda a que la clara y la yema coagulen de forma más uniforme y suave, especialmente si la cocción se realiza a fuego moderado.
El mecanismo radica en la interacción entre la acidez del vinagre y las proteínas del huevo: el ácido acético desnaturaliza más velozmente las proteínas de la clara, logrando una consistencia menos gomosa y más homogénea.
Este fenómeno se emplea también en la cocción de huevos poché, donde es esencial mantener la clara compacta y evitar que se disperse en hilos en el agua.
La ventaja principal se aprecia en el resultado final: los huevos obtenidos tienen una clara más tierna y una yema que, si se controla el tiempo, puede mantener su centro cremoso.
La experiencia de usuarios y expertos indica que este pequeño detalle transforma el acto rutinario de hervir huevos en una técnica con beneficios culinarios tangibles, facilitando además el uso en preparaciones frías o presentaciones exigentes.
Forma más saludable de comer
El debate sobre la manera más saludable de consumir huevos se ha nutrido, en los últimos años, de investigaciones científicas que reconsideran viejas advertencias.
Según un estudio de la revista Nutrients, los huevos duros son una de las formas más beneficiosas de incorporar este alimento a la dieta, especialmente si se cocinan sin grasas añadidas.
Cocer huevos en agua, sin agregar aceites ni manteca, reduce al mínimo la cantidad de calorías y grasas saturadas por porción.
De acuerdo con Healthline, un huevo duro grande (50 gramos) aporta apenas 77,5 calorías y 5,3 gramos de grasa, mientras que la versión frita, por efecto de grasas agregadas, eleva esos números a 90 calorías y 6,8 gramos de grasa.
El contenido de proteínas y micronutrientes se mantiene prácticamente igual entre variantes cocidas y fritas, pero la principal diferencia se da en el perfil calórico y lipídico.
Según Mayo Clinic, el principal consejo es priorizar métodos de cocción sin aceite, hervido, escalfado o al vapor, y, si se busca reducir aún más el colesterol, optar por consumir mayor proporción de claras, que concentran casi toda la proteína y carecen de colesterol.
Para quienes necesitan limitar drásticamente el colesterol (por indicación médica específica), existe la opción de emplear solo la clara.
Sin embargo, la ciencia actual desaconseja prescindir siempre de la yema, porque en ella se encuentran nutrientes esenciales como la colina, la vitamina D, la luteína y la zeaxantina, fundamentales para la salud cerebral y visual.
Los beneficios para la salud
Según Healthline, un huevo duro grande ofrece un paquete de nutrientes notables: 6,3 gramos de proteína de alta calidad, 186 mg de colesterol (solo en la yema), 74,5 mcg de vitamina A, y cantidades significativas de vitaminas B2, B12 y B5, fósforo, selenio, y otros micronutrientes variados.
Los huevos son considerados fuente de proteína completa por aportar los nueve aminoácidos esenciales, y tanto la yema como la clara suman a esta calidad.
Esta composición coloca al huevo como uno de los alimentos de mayor valor biológico y eficiencia nutricional citados en la revista Nutrientes, que resalta que poseen valores de digestibilidad y aprovechamiento del 97%.
En cuanto, al colesterol y los problemas cardiacos, American Heart Association y las guías alimentarias estadounidenses eliminaron la restricción exacta de consumo máximo diario en 2015, tras comprobar que la relación entre este y riesgo cardíaco era mucho menor de lo concebido.
Además, revisiones de estudios aleatorizados citadas en Nutrients, muestran que, en personas sanas, un consumo moderado, hasta siete huevos por semana, no eleva el riesgo cardiovascular y puede incluso asociarse con menor incidencia de ciertos tipos de accidente cerebrovascular o con la mejora del perfil de colesterol HDL (“bueno”).
Otra línea de investigación abordada por Healthline, es la del huevo como aliado en el control del apetito y la gestión del peso corporal.
Diversos estudios controlados (RCTs) demostraron que el consumo de huevo en el desayuno incrementa la sensación de saciedad y reduce la ingesta calórica en comidas subsiguientes, comparado con desayunos ricos en carbohidratos simples.
Esto podría favorecer la reducción o el mantenimiento del peso corporal a largo plazo, en combinación con una dieta adecuada.
Respecto a la salud muscular, según el estudio de la revista Nutrients el huevo, por su carácter de proteína completa y alto contenido de leucina, estimula eficazmente la síntesis de masa muscular y ayuda a prevenir el deterioro asociado al envejecimiento.
Estos efectos han sido observados en ensayos tanto en jóvenes como en adultos mayores, quienes pueden mantener o mejorar masa y función muscular incorporando huevos al desayuno o comidas principales.
Por otro lado, los huevos constituyen una fuente relevante de micronutrientes frecuentemente deficitarios en la alimentación actual.
Además, los huevos aportan colina (clave para la función cerebral y la memoria, y especialmente importante durante el embarazo), vitamina D (difícil de obtener a partir de alimentos y crucial para la salud ósea y la inmunidad), folato e yodo, todos ellos nutrientes sub-consumidos según organismos europeos y americanos.
Por otro lado, la revista Nutrients resalta que el consumo de huevos en el embarazo mejora de manera significativa la ingesta de colina y los niveles sanguíneos de este nutriente, y hay estudios que relacionan niveles adecuados de colina con mejores resultados cognitivos en el desarrollo infantil.
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