“Es necesario mantener la calma y aprovechar el tiempo para la integración en familia”

Ansiedad, palpitaciones constantes, irritación, pérdida del apetito y alteraciones del sueño y de la presión arterial, son los síntomas que una persona puede experimentar ante un cambio inesperado en sus actividades cotidianas.

Y es que ante el estado de emergencia decretado en Venezuela a causa de la nueva pandemia que azota al mundo se suscitó una serie de situaciones que pueden repercutir en la salud física y mental de la ciudadanía.

Ante esto, la psiquiatra Nancy Rodríguez aseguró que en momentos como estos de aislamiento social, lo primero que pasa por la mente de las personas son pensamientos negativos: ¿Qué pasará? ¿Podrán controlar el virus? ¿A dónde acudo de presentar los síntomas?

Comentó que este tipo de interrogantes se presentan por la poca credibilidad de la población al sistema de salud en Venezuela, lo cual los lleva a pensar en futuro, siendo este el primer error en el que incurre el ser humano.

De no controlarse los estados de ansiedad, al culminar el proceso de cuarentena la persona puede experimentar lo que se conoce como estrés postraumático. De no tratarse, puede desencadenar otros problemas como la aparición de enfermedades a corto o largo plazo.

Evitar pensamientos negativos

“Me siento desesperada, la mayoría del tiempo quisiera salir corriendo. Siento pesadez y, en el peor de los casos, me provoca llorar”.

Así lo ha manifestado Teresa Moreno. Ella es ama de casa, tiene 58 años, además es madre de tres hijos -dos hembras y un varón- mayores de edad. Actualmente vive con sus dos hijas con quienes a diario trata de hacer cualquier actividad que las distraiga, sin embargo, cuenta que a veces no es suficiente.

Teresa narró que antes de la cuarentena social y colectiva, sus fines de semanas eran muy cambiantes. “Cuando no estaba reunida con mis hermanos haciendo parrillas, junto a una hermana y mi cuñado íbamos para reuniones con otras amistades, pero siempre teníamos algo diferente que hacer”.

Con su mirada que refleja tristeza, la mujer contó que “aunque sé que es por salud que debo resguardarme, no me acostumbro. Solo pido a Dios que pronto todo pase”.

La historia de Teresa es similar a la de muchos que tampoco se acostumbran al cambio drástico que han experimentado.

No obstante, la especialista menciona que es “necesario mantener la calma y tratar de hacer de este tiempo, un momento de unión para reencontrarnos no solo con nosotros mismos sino con nuestros parientes”.

También aseguró que lo importante es mantener siempre la mente ocupada en cualquier actividad, para evitar darle entrada a esos pensamientos negativos.

Jóvenes afectados

Si bien es cierto que los adultos pueden llegar a ser los más vulnerables, la especialista explicó que los jóvenes no escapan de esta realidad. Precisó que ellos pueden ser bastante afectados.

La también asesora familiar dijo que este tipo de situaciones suele repercutir en aquellos que padecen de claustrofobia, además de los pacientes obsesivos-compulsivos con la limpieza.

De estos últimos, aseguró que se desesperan más por mantener su entorno limpio para evitar un contagio.

Tal es el caso de Del Valle Bruzual, una mujer de 34 años. Aseguró que a veces debe salir de su casa para realizar las compras. Al regresar, no solo lava la prenda de vestir que llevaba puesta, sino que limpia toda la vivienda. Esa misma acción la repite al menos dos veces, pues tiene temor de ser contagiada.

La doctora Rodríguez enfatizó que otros de los factores que pueden influir en la salud física y mental de las personas ante el temor a contagiarse, es el hecho de quedar sin alimentos.

Recomendaciones

La especialista recomendó no caer en desesperación. Dijo que es importante pensar que todo está bien, pensar en el presente y no en el futuro, sobre todo organizar su tiempo en casa, ya sea viendo películas o en las ocupaciones del hogar.

Recalcó que hay que aprovechar el tiempo disponible para compartir en familia. “Muchas veces por las ocupaciones diarias nos olvidamos de esos momentos únicos con nuestros seres queridos, entonces es primordial que haya unión”.

“Pueden jugar, conversar, cantar, bailar, reír, escuchar música, todo lo que implique la integración del entorno familiar”, finalizó.

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