Por estas razones debes comer alcachofas
De lo alto de los tallos y de las ramas laterales aparece la alcachofa, la flor que aún no habiendo madurado está en el momento perfecto para su consumo. La parte comestible es una inflorescencia en forma de rosetón, formado por brácteas verdes que parecen escamas unidas al tallo. Las hojas externas son duras y fibrosas, en tanto que las interiores son tiernas y muy sabrosas, formando el “corazón” de la alcachofa.
Se cultiva frecuentemente en zonas templadas, especialmente en países mediterráneos y no soporta el exceso de humedad ni las temperaturas por debajo de 0 grados centígrados.
La alcachofa de calidad se caracteriza por ser redonda, compacta, pesada -en proporción al volumen-, de color verde claro y brillante, y con las brácteas externas muy unidas al resto del fruto. Las hojas deben estar verdes y no tener manchas pardas, aunque las de invierno pueden presentar algunas como consecuencia de las heladas, sin que ello afecte para nada a la integridad del fruto.
Beneficios
Posee fitoesteroles que contribuyen a controlar los niveles de colesterol y triglicéridos en sangre y cuenta con flavonoides que actúan como una defensa contra las enfermedades cardíacas y favorecen la acción antioxidante.
Otra de las propiedades importantes es la diuresis, esto quiere decir que ayuda a eliminar la retención de líquidos y toxinas. Con esta propiedad se puede prevenir enfermedades como la artritis, enfermedades hepáticas, problemas de circulación, gota y hasta para reducir las grasas.
Si vas a hacer dieta para adelgazar, incluye las alcachofas por sus propiedades nutricionales, por su bajo aporte calórico, favorecer el tránsito intestinal y su alto contenido en agua. Un detalle de la alcachofa es que es aporta solo 44 kilocalorias por cada 100 gramos, por lo que es muy buena para mantener un peso ideal.
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