Conoce los beneficios de la planta de la felicidad

La “planta de la felicidad” es un ejemplar conveniente para el interior de la casa. Con frecuencia es elegida para decorar debido a su belleza y mantenimiento sencillo.

A esta planta también le atribuyen ventajas relacionadas con la depuración del ambiente y la tranquilidad emocional.

Su adaptación es otro motivo de preferencia, junto con el aspecto tropical que le otorga el verde intenso de sus hojas, con sutiles notas amarillentas y un tronco grueso en tono castaño.

Se cree que este vegetal influye en la buena fortuna de quienes lo poseen.

Mística y beneficiosa para la salud

La planta en cuestión es vinculada al feng shui y la prosperidad. La revista Architectural Digest resalta que dicho arbusto atrae buena suerte en los negocios, las mudanzas y los nuevos proyectos; asimismo, influiría en el humor agradable y el comportamiento sereno.

En cuanto a la salud, le acreditan la capacidad de desintoxicar el aire dentro de la casa. Se debe a que, en general, las plantas absorben dióxido de carbono, liberan oxígeno y regulan la humedad, de modo rentable y sostenible, comenta la revista EcoHabitar.

También, le conceden el contrarresto de contaminantes emanados por sustancias utilizadas en el hogar, como los limpiadores, las pinturas y el humo de cigarrillo, por ejemplo.

Y por si fuera poco, las bondades de estos ejemplares son enlazadas al alivio del dolor de cabeza y al descanso placentero. Sobre el tema, el Centro de Investigación y Desarrollo de Ciencias de la Salud acota que la ventilación insalubre en las habitaciones incrementa los trastornos del sueño y provoca ronquidos; para resolver estos males, higieniza el ambiente con un árbol de la felicidad.

El “tronco de Brasil” es originario del trópico africano, distinguido por su aspecto leñoso, perenne y con un tallo marrón claro que texturiza una seguidilla de anillos horizontales.

Las hojas anchas son parecidas a la punta de una lanza, pero con una curvatura ligera hacia el exterior. El florecimiento es mediante racimos y sucede máximo un par de veces al año; los expertos sugieren podar las flores apenas marchiten, para que esta condición no perjudique a la planta. Veamos otras singularidades del “palo de agua”.

Adaptabilidad: se acopla a las temperaturas tropicales y encaja tanto en interior como en el jardín o el patio.

Fácil mantenimiento: no es complicado cuidarlo, solo necesitas asegurar el riego con las previsiones de no encharcar la maceta.

Altura: el tronco de estos ejemplares se eleva hasta 6 metros, cuando los siembras propiamente en el suelo. Dentro de la casa, la altura ronda los 2 metros.

Toxicidad: no supone efectos negativos en humanos. Sin embargo, las personas con piel sensible y alergias deberían evitar el contacto con la planta, anticipando una posible reacción.

En cuanto a las mascotas, ubica el vegetal en un sitio donde no alcancen a morder las hojas, ya que el «palo de Brasil» se defiende de bacterias y hongos mediante sus saponinas, un compuesto irritante para el sistema digestivo de los animales.

Cómo cuidar la “planta de la felicidad”
Atender la planta es simple, pues los cuidados se enfocan mayormente en protegerla de plagas y hongos comunes por el desaseo y suministro desmesurado de agua.

El “tronco de la felicidad” requiere de rayos del sol, pero no con exposición directa. Como reseña la revista InfoAgro, la radiación crónica altera el desarrollo y la estructura genética de las plantas.

En ese orden, las temperaturas adecuadas para estos especímenes no deben descender de los 10 grados centígrados. Asimismo, no deberías colocar la planta cerca de los radiadores, ya que los cambios térmicos bruscos le afectan.

Al regar, deja que el agua caiga en forma de lluvia. Regula la hidratación en invierno, llevándola a cabo al ver la tierra seca. En verano, la planta demanda hidratación interdiaria, sin caer en los excesos, para no ahogar las raíces y estropear el arbusto.

El abono mineral es apropiado para los palos de Brasil, principalmente si la siembra es en macetas. Cuando la planta está pegada a un terreno, no requiere abonos o fertilizantes distintos al resto de la vegetación.

Con su verde encantador comunica que está bien de salud. Si notas opacidad, pásales a las hojas una mota de algodón humedecida con agua.

Cuando la pigmentación es en otros tonos, se advierte que el ejemplar está afectado. Producto de demasiada luz, las hojas reemplazan sus ligeros destellos amarillos por una coloración más intensa de esta gama. Cambiarla de lugar es propicio para salvarla.

No hay que podar las hojas con frecuencia; corta solo en la parte superior, en especial si evidencia daños. Para reproducirla, es pertinente extraer un brote del tronco y ponerlo en una maceta individual, aguardando que las raíces crezcan.

Por otra parte, el trasplante es recomendado cada 2 años, si el tamaño de la planta supera las dimensiones de la jardinera. Conocedores del tema aconsejan hacerlo en otoño o primavera.

Cómo curarla

Las plantas “palo de agua” podrían contagiarse de plagas como cochinillas algodonosas y pulgones. Para rescatarlas, un remedio infalible es limpiar el tronco con una mezcla equilibrada de jabón neutro y agua.

Si el arbusto sufre la caída de sus hojas y se dificulta el crecimiento de estas, entonces les hace falta fertilizante.

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