Ajo y miel para reforzar tus defensas a tope
La medicina natural pone a nuestro alcance grandes remedios para dolencias comunes. Un ejemplo de ello es, por ejemplo, combinar ajo y miel.
Pocos productos naturales nos ofrecen tantos beneficios como estos alimentos que forman parte de nuestro día a día. Separados son adecuados, pero juntos disponen de increíbles propiedades para elevar nuestras defensas, y decirle adiós a las infecciones y venceremos mucho antes las molestias de gripes y resfriados.
Fuente de vitaminas y minerales
- El ajo y la miel nos van a aportar desde flavonoides, enzimas, antioxidantes, vitaminas A, B1 (tiamina), B2 (riboflavina), vitamina B6 y C, potasio, proteínas, cobre, manganeso, fósforo, zinc, selenio y calcio.
- El proceso de maceración de los ajos va a respetar en todo momento sus propiedades hasta el punto de conseguir una mezcla de increíbles beneficios para toda la familia.
- Les vendrá muy bien a los niños y los ancianos que tengan las defensas más bajas de lo normal.
Un gran estimulante inmunológico
La miel es cicatrizante y los ajos antimicrobianos. Juntos consiguen eliminar virus y toxinas para fortalecer nuestras defensas gracias a su alto nivel de vitamina C.
Queda claro que, por sí solos, el ajo y la miel no va a evitar que cojamos una gripe. No obstante, lo que sí conseguiremos es curarnos más rápido y que no derive en problemas más graves.
Reforzará nuestro sistema respiratorio y mejorará el nivel de glóbulos blancos en sangre.
Regular el azúcar en sangre y la presión arterial
Basta con tomar una cucharadita de ajo y miel para mantener a raya nuestro índice glucémico. La miel se sintetiza de un modo mucho más lento que el azúcar blanco de mesa y, además, si la combinamos con ajo este equilibrio se potencia aún más.
Tampoco podemos olvidar que la miel y el ajo potencian nuestra salud cardíaca. Las arterias están más flexibles, evitamos la acumulación de colesterol y favorecemos la regulación de la presión arterial.
Preparación
Ingredientes
- 1 taza de miel (335 g).
- 15 ajos.
- Utensilios (Un frasco de cristal hermético).
Preparación
Las cantidades que te hemos ofrecido como referencia son aproximadas. Lo más importante es conseguir un frasco de cristal hermético que nos permita poder macerar los ajos con la miel, así que todo dependerá de la capacidad de dicho frasco.
Lo primero que haremos será pelar los ajos y, después, abrirlos un poco por la mitad con cuchillo afilado. De este modo conseguimos que sus aceites esenciales salgan al exterior y se combinen con la miel.
Introduce el número de ajos que tú creas apropiado para la cantidad de miel que dispongas. Cuanto más generosa seas, mejor.
El proceso de maceración durará entre 15 y 20 días. Durante ese tiempo tendremos el frasco cerrado herméticamente y lo conservaremos en un lugar fresco donde no le dé el sol. Pasado ese tiempo, ya lo podremos consumir con normalidad.
Señalarte que, si deseas elevar aún más las propiedades de este remedio a base de ajo y miel, puedes incluir en esta combinación unas rodajitas finitas de jengibre, o unas tiras de cáscara de limón.
Sus aceites esenciales también se quedarán en la miel y conformarán un excelente remedio medicinal para elevar nuestras defensas naturales.
Lo ideal es consumir una cucharada cada mañana (25 g de miel con un ajo). Puedes comerlo solo o untarlo en una rebanada de pan de centeno. De este modo nuestras defensas se fortalecerán día a día.
Para combatir dolores articulares puedes combinarlo con un vaso de agua de arroz (o cualquier agua vegetal).
Para ello, coge una cucharada de miel y un ajo junto con un vaso caliente de agua de arroz y bátelo bien en la batidora para conseguir una bebida lo más homogénea posible. Es lo que se conoce como leche de ajo. Te irá muy bien.
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