María Fernanda Grisel: Guardiana de las tradiciones

Mujer de temple. Recia, aguerrida, apasionada, comprometida y sin tapujos para defender lo que cree. Quizá el fuerte temperamento sea uno de los rasgos distintivos de María Fernanda Grisel, punto que no le resta mérito a una profesional de la educación que se ha entregado en cuerpo y alma a la investigación y difusión de las manifestaciones tradicionales venezolanas.

Ideó junto a la maestra Diomedes Túnez la Fundación Folklórica Pijiguao (Fundafolkpi), agrupación que nació para comunicar en danzas de proyección las tradiciones criollas y más allá de eso, generar espacios para el conocimiento sobre esta materia a través de festivales nacionales y encuentros diversos.

Fundafolkpi arribó en 2020 a 25 años de trabajo. En la última década, la fundación dejó de mostrar su trabajo con la danza pero con María Fernanda a la cabeza siguió el apoyo a toda una ruta nacional de festivales culturales y actividades relacionadas en el estado Bolívar.

La cocina patrimonial, además de los bailes típicos y la música, son temas que apasionan a esta venezolana de 65 años, nacida en Ciudad Bolívar. De una de sus preocupaciones más recientes salió en Salón La Sarrapia perfuma la cocina patrimonial, una cita nacional en la chefs, investigadores culturales y abuelos debaten sobre el recetario que caracteriza a las regiones del país y alimentos y condimentos más usados.

Pero ¿Quién es María Fernanda Grisel?

Escudo y amor

María Fernanda Grisel no teme cantarle “sus verdades” a aquellos que distorsionen las tradiciones venezolanas.

Es una defensora a carta cabal del legado de los ancestros y aunque no niega que se puedan hacer montajes creativos de pinceladas y collages armados por algún coreógrafo considera que el público debe recibir, previamente, la información adecuada sobre el tema.

Ese mismo carácter de protectora de las tradiciones le ha ganado numerosos enemigos en el gremio cultural. Eso no la detiene.

Grisel no se considera una “purista” de la cultura sino alguien que valora la herencia. Es amante del arte en todas sus expresiones y con más de 30 años dedicada al trabajo social cultural, con tantos encuentros internacionales a los que ha asistido, refuerza su labor de preservar lo nuestro y marcar el camino para difundirlo.

Su aporte es reconocido por instituciones y cultores. No en vano, en febrero recibió un reconocimiento como Patrimonio Cultural Viviente de El Callao, por su dedicación y compromiso con este municipio del estado Bolívar. De hecho, el calipso de El Callao, toda la celebración, es de sus manifestaciones más amadas.

Basta con hacer sonar un bumbac para ver cómo esta mujer de anchas caderas y cabello gris por la experiencia de vida, olvide la edad y se entregue a bailar sin más.

Familia y formación

Nació el 29 de diciembre de 1954 en Ciudad Bolívar. Su madre: Nieves María Grisett Somoza, su padre biológico: Salomón Martínez y su padre de principios y valores: Ismael Fermín.

Es la mayor de 9 hermanos: Luis Edgardo Grisett (+); Maglysis Grisett, Norka Grisett (+); Florangel Grisett (+); Reinaldo Grisett (+), Lenny Grisett, Angel Grisett (+) y Leonel Grisett.

Tiene una hija: Mariafernanda Villarroel y 3 nietos: Fernanda Isabela, Ian y Fabrizzio.

De pequeña, en 1955, su familia se traslada a San Félix y cursa primaria entre en Colegio Fátima y la Escuela Nacional Dr. José Ángel Ruiz en El Roble. Vino con sus abuelos José Ernesto Grisett y Luisa Somoza Vera, y su madre Nieves.

Fueron parte de los fundadores de lo que hoy se conoce como El Roble por fuera.

Recuerda la solidaridad de los vecinos y la relación con toda la actividad comercial y cultural del Centro de San Félix, con su plaza, el cine Park, Bolívar.

El bachillerato lo inicia en Caracas en el Liceo Antonio Guzmán Blanco, pero vuelve a Guayana para terminarlo en el Liceo Manuel Piar, en donde inicia esos primeros movimientos de organización de eventos culturales.

Desde adolescente manifestó ese poder de liderazgo y recuerda de su época de bachillerato participar en diversas manifestaciones estudiantiles. Al recibirse de Bachiller en Humanidades se regresa a la capital.

Se formó en la Universidad Central de Venezuela (UCV) como Licenciada en Educación. Su trabajo de grado lo dedicó al calendario folklórico del estado Bolívar y un programa curricular para su aplicación en la educación. Estaba claro el camino a recorrer.

Compromiso

“Es un proceso arraigado de mi madre al enseñarnos la tradición del estado. La razón del compromiso porque soy pueblo y él no olvida sus caminos”, responde al preguntarle por qué su empeño con el trabajo cultural.

Creció en un entorno en donde los valores religiosos y citas como Semana Santa, el rosario a la virgen María y la Navidad tenían gran importancia y además significaban el encuentro de la familia y la comunidad. La preparación de las hallacas, preparar el pesebre, compartir en Nochebuena: todo eso marcó a María Fernanda a quien, como dato curioso, muchos recuerdan con el nombre de “Maritza” en San Félix.

Pasó igual con las fiestas de Carnaval de San Félix y todo su movimiento. Cada enseñanza familiar la marcó y sintió ese llamado de la curiosidad de investigar, educarse y educar al respecto.

Recuerda que además de lo enseñado en casa sus primeros contactos con la danza fueron entre los 9 y 10 años edad con los bailes tradicionales que se ensayaban en la primaria.

Ya en Caracas y como estudiante de Educación, conoció a doña Mercedes Santana, jefa de cultura del Ministerio de Educación, quien la invita a talleres de danza y música tradicional. Tuvo la suerte de conocer a Isabel Aretz y Luis Felipe Ramón y Rivera, quienes con su equipo destacaban en investigaciones sobre las tradiciones venezolanas. Le abrieron los ojos a un mundo que quiso explorar a través de la investigación.

Trayectoria

Ha recorrido el país entero para levantar datos, conversar con protagonistas, tomar notas y educarse sobre las tradiciones y costumbres de cada estado en música, danza, vestuario, gastronomía y calendario cultural.

A los grupos de danza, investigadores y periodistas que quieran adentrarse en los temas culturales pide “respetar la fuente y que lo que se proyecte sea la realidad del hecho tradicional y no la interpretación a discreción del hecho como tal”.

Algunos de sus aportes al estado Bolívar, además de su trabajo con reunir delegaciones internacionales en la ciudad con el Festival Pijiguao que han permitido a los guayaneses observar y conocer de otras culturas, destacan programas educativos de impacto.

Junto a Félix Córdova como parte del trabajo para la Dirección de Cultura de Caroní crea en 1979 Estampa del Caroní, el primer grupo de danza del municipio.

En 1983 en Ciudad Bolívar toma riendas de Danzas Aquiles Nazoa. Allá conoce a los maestros Ramón Hurtado y Diomedes Túnez de quien aprendió todo sobre: papelón, bailes de salón de Ciudad Bolívar, Pájaros de Carnaval, Paloteo, Mare mare, Sebucán, La Burriquita, joropo guayanés, guasa guayanesa, polcas, contradanza y foxtrot, entre otros. Grisel además realizó un trabajo de investigación sobre la etnia pemón para proyectar el Parichará en el festival Cantaclaro.

Fundafolkpi es pionera en la llamada Ruta del Calipso y su esencia de compartir el ritmo con expresión en El Callao, Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana con sus respectivas esencias.

Desde 1975, la profesora Grisel viaja, vive, investiga la cultura de El Callao, al sur del estado Bolívar. Uno de los temas que le apasiona y que por su trabajo le valió el reconocimiento de manos de los mismos cultores de la zona como Patrimonio Cultural Viviente en 2019.

En 1995 nace la Fundación Folklórica Pijiguao, una institución sin fines de lucro, con sede en Ciudad Guayana, “cuyos objetivos son investigar, aplicar, proyectar y difundir las manifestaciones tradicionales que conforman el folklore venezolano”.

25 años de trabajo arduo y que además de proyectar en el mismo territorio cultural, con aval de Cioff, la IOV, pudo participar en intercambios culturales en países como: República Dominicana, Grecia, Ecuador, Colombia, México, Francia, Rumanía, Moldavia, Letonia, Lituania, Estonia, la antigua Yugoslavia, Macedonia, Cuba, Turquía, Martinica y Estados Unidos, entre otros.

Es apenas un bocadito del extenso currículo de impacto nacional e internacional de esta guayanesa que exhibe con orgullo su gentilicio donde se pare.

Exhorta a los ciudadanos a “respetarse a sí mismos como venezolanos y no querer tener una identidad que no les pertenece, si bien es cierto que la globalización nos permite estar informado: procesar para direccionar con sello venezolano, no con sello extranjero”.

Preocupación

“Se exige un currículo, así como existe un área de Castellano, Matemática, que haya un área curricular evaluada para incentivar a conocer las tradiciones no solo de su comunidad sino de todo el país y eso permite tener sentido de pertenencia y arraigo. En la medida en que un muchacho no conozca en su propia comunidad, el arraigo que significa la Navidad, hacer una hallaca, la Semana Santa; el muchacho que no entienda que así como podemos escuchar la música globalizada también tenemos música nuestra que debemos escuchar, nunca iremos a tener sentido de pertenencia. Es casi incongruente que luego se pretenda evaluar en extracurriculares en la universidad algo que debemos enseñar con amor y respeto desde la primaria”, diserta la profesora Grisel sobre el poco interés de los jóvenes en la actualidad por los temas de identidad cultural.

Resumir su amplio currículo como docente, promotora y especialista en Gestión Cultural es complicado pues tiene más de 20 páginas de experiencia que ha acumulado a lo largo de los años no solo en Bolívar sino en el resto del país y asesorías internacionales.

Sigue clara en su rumbo de seguir, hasta que el cuerpo le permita, trabajando por enaltecer los valores venezolanos.

Instagram @salonsarrapiavenezuela

Contacto: fundafolkpi@gmail.com

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