En Los Monos las autoridades solo “toman fotos”
Los residentes del sector Los Monos, en Puerto Ordaz, están a la expectativa ante la crecida del río Caroní.
Comentaron que en años anteriores, para julio iniciaba el proceso de inundación, pero este 2019, “se ha tardado”.
“Estamos pendientes porque nos puede sorprender de la noche a la mañana”, dijo Ludibeth Aguilera, quien reside en la calle principal desde hace 15 años, en una vivienda de zinc, junto con sus dos hijos menores de edad y su esposo.
La casa de Ludibeth está ubicada a 500 metros de la orilla del río y es de las primeras afectadas por el aumento de la cota.
La residencia está rodeada de maleza y durante las precipitaciones, los reptiles buscan ese techo como refugio. También sobre ella, pasa un tendido eléctrico que pone en riesgo a los habitantes.
Ludibeth cuenta que cuando el agua comienza a llegar hasta la puerta principal, tiene que sacar los enseres y se muda al refugio que habilitan en la comunidad las autoridades como Protección Civil.
Pero rechaza las condiciones en las que tienen que convivir más de 300 personas. “No hay las condiciones apropiadas para que tantas personas estemos en el refugio. No hay buena higiene en el lugar y la falta de agua potable agudiza la situación”.
Agregó que hace más de cuatro años, el Gobierno regional le ofreció una vivienda y hasta la fecha, solo está asignada para ser una de las beneficiarias, aunque no le dicen en qué lugar será la construcción.
“Estoy esperando para que me construyan la casa. Aquí no podemos seguir porque de verdad que la situación se complica cada año”, finalizó Ludibeth.
Este año, pese a lo tardío de la crecida, los habitantes temen mayores daños que en otras épocas.
En la vereda El Llanito vive Zaida Nuñez, tiene un niño menor de edad; ha estado en la zona desde hace 49 años.
Expresó que deja su hogar “porque no queda otra opción”.
“El año pasado me salí cuando el agua comenzó a meterse a las habitaciones. No es agradable tener que sacar nuestras cosas y mudarnos a un área en donde no se tienen los recursos necesarios para estar cómodos mientras se está en emergencia”, indicó.
“Prefiero ir a casa de un familiar, antes que convivir con muchas personas y poca comodidad”, explicó.
Luisa Guevara mostró que en su casa el agua alcanzó más de un metro de altura. “Cuando comienza a inundarse la casa nos vamos a la vivienda de una prima, porque en lugar que habilitan para la comunidad, no es agradable. Es mucho desorden, no entregan los alimentos a tiempo y lo que más preocupa en la atención para los niños”.
Asimismo, Elba Solórzano manifestó que “las autoridades solo llegan a tomar fotos y a hacer promesas que no cumplen. A todos nos dicen que vamos a ser reubicados, pero todo se queda en palabras”.
Enfermedades
Los vecinos manifestaron preocupación por la proliferación de enfermedades. Actualmente, hay registrados tres casos de malaria y cuatro de dengue.
“No han comenzado las lluvias tan fuertes, pero ya se alborotaron los mosquitos y como consecuencia, hay varios casos de paludismo y dengue en nuestra comunidad”, detalló Elba.
Insistió en la necesidad de una jornada de fumigación y vacunación.
Lamentó que desde la gobernación “prometieron un muro de contención, para prevenir la anegación y hasta la fecha no vemos los resultados positivos. Tanto el alcalde como el gobernador, vienen cuando necesitan votos”.
Desechos al agua
La falta de recolección de desechos sólidos en Los Monos, trae como consecuencia que los vecinos dejen los desperdicios en el río.
“Hace más de seis meses no pasa el aseo urbano en la comunidad y entonces todo el mundo saca la basura a orillas del río”, reveló Elba Solórzano.
Considera que no es la solución, porque perjudica el ambiente y cuando el río crezca, “la basura se regará en la zona y aparte de la inundación, estaremos más contaminados”.
Sin agua potable
El agua potable es poca. Los pobladores se ven en la necesidad de caminar hasta la avenida principal y hacer una cola para llenar sus envases de una tubería que facilita un comerciante de la zona.
José León, comentó que desde hace más de seis meses no hay agua por tubería y dos veces a la semana tiene que ir por el recurso. “Tengo que recargar los envases para poder cubrir las necesidades en el hogar. El problema del agua tiene más de seis meses y ninguna autoridad nos dice realmente lo que está pasando”.
Sin transporte
Para las calles de Los Monos, no hay transporte público. Quienes tienen que trabajar, deben caminar hasta la avenida principal de Castillito.
Dinoska Sánchez acotó que trabaja en el Core 8 y tiene que caminar más de cinco calles para subir a un autobús. “Hace años que no contamos con transporte público en Los Monos y sufrimos para poder llegar a tiempo a nuestros puestos de trabajo”.
“Clases regulares”
Pese a las deficiencias con el agua, la falta de ventiladores y los baños colapsados, según Zaida Núñez, las docentes acuden con regularidad a la escuela Roraima, pero consideran necesario que los entes mejoren los servicios y que las actividades académicas no se vean interrumpidas por ningún factor.
“Los maestros acuden con regularidad, pero a veces, suspenden las clases porque no hay agua. Además los baños viven desbordados con aguas servidas”.
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