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“A los adolescentes hay que hacerles saber que no están solos”

Aunque la preocupación por lucir bien es algo normal en el ser humano, obsesionarse con encajar dentro de los ideales de belleza podría afectar la salud física y emocional.
miércoles, 28 diciembre 2022
Archivo PRIMICIA | Durante la adolescencia hay mayor vulnerabilidad ante los estereotipos

La percepción sobre la belleza propia y la comparación de esta con los estereotipos de la sociedad podrían tener efectos que dependen considerablemente del nivel de autoestima de una persona, ya que a partir de él la vulnerabilidad es menor o mayor.

Psicólogos concuerdan en que la etapa de la adolescencia existe, naturalmente, una búsqueda de identidad con la que la presión por encajar dentro de la imagen predeterminada por los demás, convierte al chico(a) en un blanco fácil de la obsesión por su aspecto físico y las consecuencias a la salud que esto trae consigo.

Esto es mayormente fomentado por el contenido difundido a través de las redes sociales, las cuales han tomado el papel que en años anteriores era ocupado por medios como la televisión o las vallas publicitarias.

“Las redes influyen porque muestran una realidad que no es”, menciona Maridelys Laurens, psicólogo clínico, al describir una de las posibles causas por las que las personas -especialmente jóvenes- buscan parecerse a las imágenes expuestas en internet, con determinadas prendas de vestir, características físicas o estilos de vida.

En consecuencia, aunque cuidar el aspecto físico es algo normal, la tendencia a iniciar un proceso de preocupación desmedida o imitación, podría generar trastornos en el comportamiento y el desenvolvimiento hacia los demás.

Cánones de belleza

La idea de “cuerpo perfecto” con la que las características de los ojos, color de piel, peso o silueta podrían ser juzgadas, tiene un nivel de influencia mayor en aquellas personas con una “base débil”, con la que cualquier crítica externa es adoptada como “una totalidad”, comenta Laurens.

En este sentido, la psicóloga Shuxiam Sotillo, destaca que alguien con autoestima estable es capaz de poner límites y rechazar comparaciones o “ataques” provenientes de quienes se toman la atribución de descalificar el aspecto físico.

La ansiedad, la depresión por no encajar dentro de los estándares y los trastornos alimentarios o de conducta son solo algunas de las consecuencias que podrían generar las críticas hacia el cuerpo (body shaming), si no es aprendido el trato propio “con respeto y amabilidad”.

Por esta razón, recordando la vulnerabilidad de la adolescencia, las especialistas resaltan la posibilidad de permanecer dentro de esa etapa aún en la adultez si no es desarrollada una buena estructura de personalidad.

“Es aceptar que el ideal de belleza no es real (…) es inalcanzable”, señala Sotillo al referirse a las imágenes editadas y cuerpos mostrados en redes sociales, los cuales estimulan las comparaciones en quienes se sienten deficientes por enfocarse en rasgos que no poseen.

Búsqueda de pertenecer

Descrita como una etapa compleja, durante la etapa de la adolescencia aumenta la susceptibilidad ante los estereotipos, por lo que es necesario que dentro del seno familiar exista fomento de la aceptación personal desde temprana edad.

Sotillo resalta que “muchos ven pocas cosas positivas y muchas negativas”, y que la tendencia a comparar las características físicas con las de otras personas es el resultado de la falta de autoconocimiento, ya que al tenerlo, podría priorizarse “lo que tengo como persona” y facilitar el dominio de aquellos pensamientos sobre rechazo al cuerpo propio.

“A los adolescentes hay que hacerles saber que no están solos”, insiste en el apoyo que debe ser brindado por sus allegados y en caso de que se requiera, por un psicólogo que otorgue asesoramiento.

Por otra parte, Laurens reconoce que “en algunos hogares se maneja el qué dirán y lo que piense el otro”, uno de los factores que inciden en que un adolescente se preocupe más de lo debido por cómo luce, ya que de esta manera crecen “con más vulnerabilidades y dificultades para verse a sí mismos”.

Las alteraciones en el apetito, el aislamiento, la irritabilidad en el humor, y los cambios en los patrones normales de vida son algunas de las señales que los padres pueden analizar para determinar si un adolescente ha sido afectado por la preocupación desmedida de su aspecto.

“Tienden a retraerse (…), no se muestran en las historias sin filtro, están todo el tiempo con uno”, destaca sobre posibles signos de rechazo propio.

Aunque a través de las redes sociales es común la difusión de contenido con personas de siluetas delgadas, con rostros refinados, o sonrisas perfectas -que en ocasiones no son reales-, Sotillo destaca que más allá de “satanizar” este hecho, es importante saber elegir y digerir la información consumida.

Autoaceptación

“Somos el volante de nuestras vidas (…) nosotros podemos poner límites”, afirma la psicóloga Shuliam Sotillo sobre la autoaceptación, la cual también ha empezado a promoverse a través de diferentes medios. Esto ha sido una razón de esperanza para “que cambien los estereotipos”, sin dejar a un lado la requerida alianza social para erradicar los comentarios indebidos hacia el aspecto físico, ya que “hay que seguir trabajando” en eso.

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