Hogar

Cómo evitar la contaminación cruzada en la cocina

Manipular los alimentos correctamente es fundamental para evitar intoxicaciones alimentarias.
sábado, 30 agosto 2025
Cortesía | Sigue estos consejos muy sencillos para evitar la contaminacion cruzada en la cocina

La cocina puede ser el corazón de nuestro hogar, pero también puede convertirse, sin darnos cuenta, en el foco de un problema silencioso: la temida contaminación cruzada.

¿Has oído hablar de este fenómeno? Ni más ni menos es el responsable de muchas intoxicaciones alimentarias. ¡Cómo para no conocerlo! El principal problema que encontramos es que es invisible a simple vista, pero puede tener consecuencias serias para la salud.

En este artículo te contamos qué es la contaminación cruzada, cuáles son los errores más comunes que la provocan y cómo prevenirlos de forma eficaz para cocinar de forma segura en casa.

¿Qué es la contaminación cruzada?

La contaminación cruzada, a pesar de tener este nombre tan complejo, es algo muy sencillo. Podríamos resumirlo es la transferencia accidental de bacterias, virus u otros microorganismos patógenos de un alimento, normalmente crudo, a otro que ya ha sido cocinado o que se consume directamente sin cocinar, como ensaladas, frutas, pan o embutidos.

Aunque es menos habitual, la contaminación cruzada también puede hacer referencia a agentes químicos o físicos y no solo biológicos. Nos referimos a trazas de productos químicos, por ejemplo de limpieza, como el amoníaco o la lejía, pero también objetos como trozos de vidrio.

Todo aquello que pueda viajar de un lugar a otro y pueda perjudicar nuestra salud es susceptible de que intervenga en la contaminación cruzada, ¡por lo que debemos de estar atentos a todo!

Esta transferencia puede producirse de muchísimas maneras, pero te enumero las más comunes para que nos salten todas las alarmas cuando nos encontremos ante una situación de peligro.

  • De un alimento a otro por simple contacto directo
  • A través de superficies contaminadas sobre las que depositamos los alimentos, como tablas de cortar o encimeras
  • Mediante utensilios sucios, como cuchillos, tenedores o cucharones con los que manipulemos la comida.
  • A través de las manos del cocinero.
    Por contacto con paños, bayetas o trapos contaminados.

Los microorganismos más usuales implicados en este proceso son las famosísimas Salmonella enterica, E. coli, Listeria monocytegenes o Campylobacter jejuni, todos ellos responsables de enfermedades gastrointestinales que pueden llegar a ser graves. Debemos evitar a toda costa que nos podamos infectar con estas bacterias, ya que lo que está en riesgo es nuestra salud.

Hay infinitas situaciones en las que puede aparecer la contaminación cruzada, sin embargo, la experiencia nos dice que hay unas pocas que son las más frecuentes.

La buena noticia es que controlándolas estaremos reduciendo en gran medida las posibilidades de que exista una intoxicación.

Usar la misma tabla de cortar para todo

Uno de los errores más extendidos es utilizar una única tabla para cortar tanto carne cruda como verduras y alimentos listos para consumir. Por si no fuera poco con que unas bacterias de un alimento pueden migrar a otro la madera o el plástico pueden retener microorganismos si no se lavan bien, facilitando el proceso.

Para evitarlo lo ideal es utilizar tablas diferenciadas para cada tipo de alimento.

Por ejemplo podemos utilizar una tabla roja para manipular carne cruda (lleva especial cuidado con el pollo, que es una de las carnes más delicadas), otra de color azul para el pescado, otra verde para verduras y frutas crudas… En realidad no es necesario tener varias tablas, pero si solo vamos a utilizar una debemos lavar las tablas de cortar con agua caliente y detergente después de cada uso y desinféctalas regularmente con una solución de vinagre o lejía diluida.

Cortar verduras después de manipular carne cruda

Algo tan cotidiano como cortar una lechuga o un tomate con el mismo cuchillo que hemos usado para manipular carne cruda sin haber lavado previamente el utensilio es un atajo directo hacia la contaminación cruzada.

Normalmente, nos solemos confiar porque todo ha sido almacenado en la nevera y a primera vista parece limpio, pero el problema es que los microorganismos no se ven… ¡Y la lechuga no se va a cocinar! Para evitarlo simplemente lava todos los cuchillos, pinzas y utensilios en general entre un uso y otro.

Recuerda ser especialmente cuidadoso si cambias de alimento crudo a cocido o a uno que se consume directamente.

No lavarse las manos entre diferentes tareas

Las manos del manipulador de alimentos es una de las principales vías de transmisión de patógenos que ponen en riesgo la seguridad alimentaria.

Si, por ejemplo, manipulas pollo crudo y luego tocas una barra de pan sin lavarte las manos, es probable que estés arrastrando bacterias de un alimento a otro. Para evitarlo la solución es muy sencilla: ¡Lavarse bien las manos!

Debes hacerlo con agua tibia y jabón durante al menos 20 segundos cada vez que cambies de alimento tras tocar productos crudos o después de ir al baño, toser o tocar basura. Sé que a veces es complicado hacerlo con tanta frecuencia, pero créeme que es muy sencillo y vale la pena.

Secarse las manos con el trapo de cocina

Muchas veces, sobre todo cuando cocinamos con prisas, nos podemos secar las manos con el mismo trapo con el que, por ejemplo, limpiamos la encimera o los platos.

Aunque esto sea un acto a priori inofensivo que hacemos sin darnos cuenta en realidad puede volver a contaminar unas manos recién lavadas. Para evitar esto es suficiente con comenzar a incluir en nuestro hábito que solo debemos secarnos las manos con papel de cocina desechable. Ni siquiera es una buena idea tener paños diferenciados para manos, vajilla y limpieza de superficies, ya que los paños húmedos son un foco de patógenos.

Dejar alimentos cocinados junto a alimentos crudos

A veces, por ahorrar espacio o por descuido, se colocan alimentos ya cocinados cerca o incluso encima de alimentos crudos en la nevera o en la encimera, ¿verdad? Bueno, esto es mejor que lo evitemos. Por supuesto nunca debemos juntar ambas cosas en un mismo tupper, pero también es buena idea alejarlos lo máximo posible dentro de la nevera. ¡Tienes un artículo muy completo sobre cómo colocar la comida en la nevera!

No lavar las frutas y verduras

Incluso las frutas y verduras que parecen limpias pueden portar restos de tierra, pesticidas o microorganismos del campo, del transporte o de la tienda. Por esto recomiendo lavar bien todas las frutas y verduras simplemente colocándolas bajo el grifo antes de consumirlas, aunque vayas a pelarlas.

En casos de personas riesgo (como embarazadas o niños), puedes incluso utilizar un desinfectante apto para alimentos. Si quieres hacer esto puedes utilizar unas gotas de lejía alimentaria diluida en agua.

Como has visto la contaminación cruzada no requiere grandes accidentes ni malas prácticas evidentes para poner en riesgo nuestra salud. Basta con un simple descuido, un cuchillo sucio o una mano mal lavada para que los gérmenes pasen de un alimento a otro y provoquen una intoxicación alimentaria que te afecte a ti y a tu familia.

Si quieres un consejo fácil de seguir, en la cocina debemos ser tan cautos como lo éramos durante la peor parte de la pandemia. ¡La higiene extrema no falla!

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