Ferromineros piden respeto a sus beneficios

Descontentos por irregularidades en los beneficios que les corresponden, trabajadores activos y pasivos de CVG Ferrominera Orinoco exigen el respeto a sus derechos laborales.

Luis Pinto, miembro de la Asociación de Jubilados y Pensionados de Ferrominera Orinoco (Asojupfo), asegura que los juguetes que han recibido violan lo establecido en la cláusula 215 de la convención colectiva 2014/2016.

“Donde se puede apreciar que la entrega de juguetes a nuestros hijos es hasta los 14 años”, manifiesta.

Los trabajadores piden que se cumpla con este beneficio, además de que sea coherente el juguete recibido con la edad del niño.

“No se le puede entregar a un niño de 6 años un regalo que en la caja dice que es para niños de 3 años. Es una falta de respeto a nosotros como a nuestros hijos”, manifiesta Pinto.

Igualmente, recuerda que sostuvieron una reunión con representantes de la junta interventora de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) y se comprometieron a entregarles, desde el mes de julio, la misma cantidad de alimentos que reciben los trabajadores activos.

Sin embargo, hasta ahora no han visto el cumplimiento de lo acordado. “Nos llevan rumbo a un exterminio con todo y familia”, manifiesta.

Salud

Pinto señala que necesitan la disponibilidad de la ambulancia en El Pao, aunado a que más de 500 personas de Ferrominera Orinoco dependen de un consultorio en el que no cuentan con insumos necesarios ni médicos.

Cuenta que los pacientes son trasladados en una ambulancia con piezas desgastadas “y ese carro no puede pasar de 50 kilómetros y en esa vía que está tan mala”.

Expone que, bajo estas condiciones, va a ser “peor el remedio que la enfermedad”. Piden que se busquen las maneras de acomodar este vehículo que presta el servicio.

También padecen por la entrega de alimentos a los compañeros que están fuera del país, ya que se les ha negado el derecho aún cuando dejaron autorizaciones a sus familiares para hacer el retiro de estas bolsas.

Manifiesta que con la pensión que reciben, equivalente a un poco más de tres dólares, no pueden comprar medicamentos y enfrentan dificultades para cubrir sus necesidades.

El trabajador pasivo de Ferrominera Orinoco recuerda que desde hace varios años ni siquiera pueden pintar sus casas, o ir al mercado y comprar a gusto sus alimentos.

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