“Haremos lo que podamos para alcanzar la justicia”
En el 2019, de acuerdo a un informe de la Comisión para los Derechos Humanos y la Ciudadanía (Codehciu), en el estado Bolívar se registraron 179 casos de violencia contra la mujer, de los cuales 65 son femicidios. Las cifras resultaron alarmantes.
El texto destaca que entre los 21 tipos de violencia que tipifica la Ley Orgánica Sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, 56 están relacionados con la violencia sexual, cuyas víctimas están entre los 2 y 25 años.
Uno de los casos que, sin duda, causó conmoción a finales del primer trimestre del año pasado ha sido el de la adolescente Ángela Nohemí Aguirre Yaguare, de 16 años de edad.
Su cadáver fue hallado flotando a la altura del balneario El Rey, Puerto Ordaz, la mañana del 26 de marzo, luego de pasar tres desaparecida.
A cumplirse un año de su muerte y aun cuando su caso pasó a instancias nacionales todavía causa revuelo.
Es que para la familia Aguirre Yaguare, así como para los parientes de José Alberto Cedeño, José Zorrilla, Glauder Zorrilla, Orlando Salazar, Wilmer Díaz, Joselyn Barreto y Dayana Nicieza, actualmente procesados por su presunta responsabilidad en el crimen, existe un antes y un después.
Cambio inesperado
Fue la tarde del sábado 23 de marzo que la noticia sobre la desaparición de Ángela en las aguas del río Caroní, luego que asistiera a la fiesta de cumpleaños de un amigo en el Club Ítalo Venezolano de Guayana, causó un cambio inesperado en la vida de todos los involucrados.
Y es que todas las familias no solo han tenido que lidiar con todo lo ocurrido, sino que les ha tocado sobrellevar sus vidas ante los miles de juicios de valor que se han difundido por las redes sociales.
“Ya ha pasado prácticamente un año desde aquel sábado 23 de marzo cuando te acercaste a mí para solicitarme permiso para compartir en el cumpleaños de uno de tus amigos. Aún recuerdo ese día perfectamente, recuerdo haberlo discutido con tu mami para otorgarte el merecido permiso por tu sacrificio en tus estudios y valorar ese esfuerzo que realizaste para salir victoriosa en las olimpiadas académicas de tu colegio…”
Son partes de las palabras expresadas por Daniel Aguirre, padre de la adolescente, mediante un escrito en el que recuerda la última vez que vio con vida a su “Angelito Lindo” o “Princesa Dorada”, como solía llamarla.
“Ojalá los padres fuesen adivinos o tuviésemos un radar para saber qué hay detrás de todas las personas. No te culpo a ti hija, eras inocente de las intenciones de los demás, me siento culpable de no haber estado allí para protegerte”, continuó.
A su vez expresó que “digan o traten de seguir mancillando la memoria de mi niña o de mi familia, al final la verdad prevalecerá, nadie en absoluto merece morir de la forma tan despiadada e inhumana, por mucho que traten de mantener la mentira del supuesto accidente, repito la verdad prevalecerá”.
Aseguró que han perdido la paz como familia y que hasta la fecha no han podido continuar con su vida normal.
“Desde el femicidio de mi niña no hemos podido siquiera sobrellevar el luto, perdimos la estabilidad de nuestro hogar, de un empleo, ya no fue solo la excusa de la situación país, no fue solo la muerte de nuestra hija, sino una lucha titánica por alcanzar la justicia”.
Por otro lado, aunque el contacto con familiares de los siete procesados no pudo concretarse, una fuente cercana a ellos dijo que “no ha sido fácil sobrellevar toda la situación, sobre todo por el traslado semanal que deben hacer hacia la capital donde actualmente se ejecuta el proceso judicial, pero no nos importa lo que digan, confiamos en que todo saldrá bien”.
“Siempre recordada”
Ángela Nohemí Aguirre Yaguare, era la segunda de tres hermanos. Cursaba el quinto año de bachillerato en la Unidad Educativa Colegio Adventista “Maranatha”, ubicado en el sector Francisco Avendaño, mejor conocido como Los Alacranes, San Félix.
La directiva del centro educativo, familiares y amistades coinciden en que Ángela será recordada como “una niña valiente, emprendedora, generosa, bondadosa, leal, disciplinada, alegre, extrovertida y comprensiva”.
Incluso, en el acto de grado en el que debió recibir su título de bachiller, a petición de sus compañeros de clases le fue otorgada una Mención Honorífica por su “impecable desempeño estudiantil”.
Su padre expresa que una de las pasiones de la joven era la medicina, pues aseguraba que “quería ayudar al ser humano. Allí radicaba su gusto por la cirugía, además por la psicología”.
“Cada día recordamos a nuestra niña y buscando la mejor excusa para su hermanito menor quien en su inocencia aún pregunta por qué se murió su hermanita”, contó.
Juicio continúa
El caso de Ángela Aguirre ha pasado por innumerables procesos: Desde retardo en la presentación de los presuntos implicados, la recusación de la fiscal que inicialmente llevaba la causa hasta la radicación del mismo.
Luego de estos contratiempos, el 21 de octubre se dio inicio a la fase de juicio, la cual recae sobre el Tribunal Cuarto de Primera Instancia de Control, Audiencias y Medidas en Materia de Violencia Contra la Mujer del Área Metropolitana. Esto, luego que por órdenes del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), fuese remitido a Caracas
Actualmente, José Alberto Cedeño, José Zorrilla, Glauder Zorrilla, Orlando Salazar y Wilmer Díaz siguen recluidos en la cárcel del Rodeo II. Joselyn Barreto y Dayana Nicieza están en el Instituto Nacional de Orientación Femenina, ambos ubicados en el estado Miranda.
A José Alberto Cedeño le imputaron los cargos de femicidio, abuso sexual, suministro de sustancias a una menor, omisión de auxilio y socorro. Al resto los procesaron por cómplices necesarios del femicidio y omisión de socorro.
En cuanto al proceso, en la última comunicación que se tuvo con la abogada querellante del caso se conoció que “todo marcha bien y a favor” en cada audiencia.
Por otra parte, desde la parte contraria se supo que el audio que había sido enviado por Ángela y que es una de las pruebas consignadas por la defensa habría sido desestimado.
El padre de Ángela afirma que “el juicio se está llevando a cabo en la ciudad de Caracas debido a la corrupción en Puerto Ordaz, donde la impunidad tiene precio. Tenemos Fe en Dios que alcanzaremos la justicia, a pesar de las circunstancias del país”.
Aguirre, al igual que los allegados de los detenidos, aseveró que “no ha sido fácil pues el Ministerio Público no se hace cargo de los traslados ni de la logística”.
“Haremos lo que podamos para alcanzar la justicia, a parte de la pérdida de mi niña estamos obligados a perder patrimonio, todo esto ocurre en nuestra Venezuela, nos obligan a ser víctimas hasta morir”.
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