Opinión

Yumilva Fermín, ingeniera que corre con el corazón

Me confesó que hace apenas unos años decidió colocarse los zapatos de correr y aventurarse en el mundo del maratón.
José Cedeño
domingo, 26 octubre 2025

Hay conversaciones que nacen del deber y terminan en la admiración. Así ocurrió cuando quien suscribe este espacio tuvo el privilegio de conversar con la ingeniera Yumilva Fermín, docente de la Escuela de Ingeniería del Núcleo Guayana de la Universidad Nororiental Privada Gran Mariscal de Ayacucho. En principio, el diálogo giraba en torno a las actividades académicas de la institución, pero el destino y el entusiasmo deportivo nos llevó a otro terreno, el del Maratón de la Ciudad, que se efectuó en ciudad Guayana, estado Bolívar. Lo que parecía una charla común se transformó en un relato inspirador. Yumilva, con la serenidad de quien ha aprendido a correr no sólo con las piernas, sino con el alma, compartió su historia.

Me confesó que hace apenas unos años decidió colocarse los zapatos de correr y aventurarse en el mundo del maratón. Desde entonces, no ha parado. Y lo más admirable, que en cada competencia en la que ha participado, ha subido al podio dentro de su categoría. No se trata solo de talento, sino de disciplina, convicción y amor por lo que hace. Mientras ella relataba sus experiencias, confieso que apenas hablaba. Preferí escuchar, con respeto y asombro, cómo una mujer puede equilibrar con tanta determinación los múltiples roles de su vida. Yumilva inicia su jornada a las cuatro de la mañana, cuando la ciudad aún duerme, a esa hora, suena el primer paso sobre el asfalto.

Luego, el día le exige ser profesional, educadora, compañera y mujer de hogar. Un equilibrio admirable que revela que su fortaleza no solo está en sus piernas, sino en su espíritu. Cuando le pregunté cómo estaba su respiración, su reacción fue inmediata, ella abrió su bolso y sacó los resultados de unas evaluaciones médicas que se había realizado previo al Maratón de la Ciudad. Todo estaba óptimo, sus signos vitales, su capacidad pulmonar, su ritmo cardíaco… todo en orden. Era la confirmación de que su esfuerzo no solo se mide en kilómetros, sino también en responsabilidad con su salud y preparación.

Comentamos sobre la nueva ruta del Maratón de la Ciudad, una de las más desafiantes de los últimos años. Ella sonrió y respondió con naturalidad que fue “una ruta retadora”, llena de subidas exigentes y falsos planos que ponen a prueba no solo la resistencia física, sino la mental. Pero como buena guayanesa, no se amilanó ante los obstáculos. Al contrario, los enfrentó con esa actitud de quien entiende que cada pendiente es también una oportunidad para superarse. Yumilva no solo corre kilómetros; también corre tras sueños, metas y valores que hoy parecen escasos, como lo es la constancia, la humildad y el compromiso.

Su ejemplo refleja una verdad profunda, el deporte y la vida comparten la misma esencia, la de no rendirse jamás. Desde La Gran Jugada, celebramos a mujeres como ella, que demuestran que la grandeza no siempre está en los grandes escenarios, sino en la silenciosa disciplina de cada amanecer, en la fuerza de cada paso y en la humildad de cada logro. Porque si algo deja claro Yumilva Fermín es que el verdadero podio está en el alma de quienes se atreven a correr hacia sus sueños, sin importar cuán larga sea la distancia. Con el favor de Dios, nos volveremos a encontrar en la próxima entrega. Para contactos, pueden escribirme a través de @Joseceden o por Facebook en José E Cedeño González (el hijo mayor de Otilia González).

 

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