Opinión

Venezuela se hunde, debemos rectificar

Los poderosos enceguecidos por la soberbia, no asumen que todo puede cambiar y que la existencia de estas aberraciones sociales los pudiera perjudicar a ellos y a sus familias.
martes, 26 enero 2021

Va llegando la hora de pensar en Venezuela, dejando de lado los odios y los rencores que nos van llevando a la autodestrucción. Los líderes políticos, tanto del gobierno como de la oposición deben reflexionar y buscar caminos que permitan enrumbar a esta prodigiosa nación hacia el progreso y con ello hacia el bienestar de toda la población.

Desconocer la decisión de un juez es la máxima muestra en lo que actualmente somos. No existe, ni creo que existirá ningún país en el mundo donde algo así pudiera suceder.

Vengo reiterando este aspecto por cuanto el cumplimiento de las leyes es lo que permite que todo funcione como debe funcionar y solo las decisiones de los jueces determinan cuales son nuestros derechos y nuestras obligaciones.

Tenemos derechos, pero se requiere de la intermediación de abogados para que se hagan respetar con las decisiones de los jueces.

Hace poco leí que un juez decidió la excarcelación de un prisionero, pero donde lo tienen detenido no aceptan la boleta de excarcelación y no sucede absolutamente nada.

Los poderosos enceguecidos por la soberbia, no asumen que todo puede cambiar y que la existencia de estas aberraciones sociales los pudiera perjudicar a ellos y a sus familias.

Nadie, absolutamente nadie, es superior al resto de la población, pero las circunstancias pueden llevar a los cargos de decisión y poder a personas inadecuadas y es allí donde se engendra la desgracia, incluso para quienes creen que son absolutamente inmunes a las adversidades.

Venezuela es un país con demasiado potencial para alcanzar la prosperidad con mucha rapidez. Tiene los recursos y la población preparada para realizar e instrumentalizar todo cuanto se requiera para lograr metas que en otros países son casi imposibles, pero la lucha por el poder, sin pensar en otra cosa que en el poder, destruyendo lo que sea, de parte y parte, nos va llevando a la destrucción total y llegará el momento que seremos otra Cuba o similar a Haití, donde se ha consumido todo y solo la ayuda extranjera les permite sobrevivir.

El oro se agotará y llegará el momento en el cual el petróleo no sea imprescindible como en la actualidad. La población que exista en ese momento, que será dentro de muy poco tiempo, no solo sufrirá de las carencias actuales, sino que entraremos en una situación de calamidad total.

Para mi es terrible decir estas cosas, pero llevan la intención de que lleguen a los centros de poder, no solo del gobierno, sino de la oposición.

Realmente no veo la felicidad que se pueda lograr prácticamente prisioneros de nosotros mismos. Una cosa es el Presidente de la República, que debe resguardarse su integridad totalmente, por cuanto en él se centra la amalgama de la estructura del Estado, pero cualquier otro con decenas de guardaespaldas y con mucha riqueza sin ninguna utilidad, no le encuentro que traiga ninguna felicidad.

A veces el poder enceguece, pero quienes inducen a esta grave situación, son los aprovechadores a la sombra. Esos no arriesgan absolutamente nada, pero se llevan grandes tajadas del patrimonio que es de todos nosotros. Observen a la cuerda de gente implacable que destruyó el prestigio de nuestro sistema político, ahora son grandes víctimas y volverán a lo mismo si se cambia de gobierno. A veces creo que no tenemos salvación.

Va llegando la hora de las grandes decisiones, Venezuela no espera mucho más. Los poderosos del gobierno y de la oposición, están obligados a buscar salidas honorables sin exterminarse unos con otros y sin castigar a nadie que no haya cometido delitos.

En estas circunstancias, nadie está plenamente seguro y siempre estará dependiendo de la traición de alguno que se puede pasar al enemigo de parte y parte, Jamás olviden eso.

¡Buena suerte!

Nota.-Hace 46 años, un 24 de enero, nos graduamos de ingenieros 28 en la especialidad de ingeniería eléctrica, 7 químicos, 15 electrónicos y 35 mecánicos. Miles se habían quedado en el camino, creo que muchos de manera injusta, pero las normas de El Politécnico eran terribles. Solo se podía reparar una materia y si no se pasaba, fuera. Fuimos la segunda promoción de ingenieros, la primera se había graduado con un mes de anterioridad, por secretaría. Eran realmente unos estudiantes superdotados, mantenerse dentro con ellos, era una lucha terrible, pero sobrevivimos a pesar de nuestras cargas familiares. Ingenieros de verdad, que aprendimos la ingeniería a fondo y lo demostramos como profesionales. Todos son mis amigos, mis hermanos, el aprecio y el respeto, mucho. Felicidades a todos. Ahora es la famosa UNEXPO.

@dabega26

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