Venezuela es una nación excesivamente estatizada

Pocos países en el mundo, compiten, en este sentido, con el nuestro.

Quizás lo hacen, la Comunista Corea del Norte y la Socialista Cuba Castrista de hoy. Pero ¿Qué quiere decir “Estado sobredimensionado? En términos generales, este adjetivo se le atribuye a una nación en la cual sus instituciones, organizaciones o empresas, pertenecen y dependen, mayoritariamente, del Estado, y donde el sector privado, apenas hace presencia en la economía.

Venezuela es uno de esos países. Por ejemplo, en el sector Eléctrico, la generación, transmisión y distribución de energía, es monopolio del Estado, muy mal gerenciado, por cierto, a diferencia de algunos otros países, en los cuales este servicio es prestado por el sector privado. Nuestra telefonía fija, que es una de las más ineficientes del mundo, también es un servicio prestado por el Estado.

Ocurre lo mismo con el agua, la cual en una oportunidad, fue un mal servicio centralizado (denominado INOS), pero ahora, lo es aún peor, en manos de los gobiernos Regionales o Municipales, con iguales resultados calamitosos.

En cuanto a la basura, servicio éste privatizado en la mayoría de los países del mundo, en el nuestro, forma parte del cascarón gubernamental, en algunos casos, locales, pero igualmente, desorganizado e ineficiente. No se hace reciclaje de basura, ni disposición ordenada de los desechos sólidos fundamentales y mucho menos, de aquellos altamente tóxicos.

Observen nuestros ríos y sus desembocaduras, atestados de plásticos y otros elementos contaminantes, como los residuos que genera, en el Estado Bolívar, la industria del aluminio.

Igual grado de estatización ocurre con el sector minero, el petrolero, la industria del acero, aluminio y de la madera.

En el sector productivo fabril, existen plantas de harina de maíz, ingenios azucareros, ensambladoras de automóviles, laboratorios de medicamentos, empresas de transporte (aviación, autobuses y trenes); fábricas de cerámicas, fincas lecheras, de carne, kilómetros cuadrados de Invernaderos, todo en manos del Estado …..y todo en ruina.

En este país, el que tiempo atrás fue próspero, desapareció la gran mayoría de los periódicos, emisoras de radio y de Televisión, comunicaciones en general, todo porque formaban parte del sector privado.

Un país con más de 2500 kilómetros de costa marítima, posee una de las flotas más insignificantes del Universo; por cierto, también en manos del Estado; sus diques y astilleros están destruidos y cargados de ruindad.

La agricultura está reducida al conuquismo, la más ineficiente de estas actividades. Venezuela, en una época, fue exportador de varios rubros agrícolas; hoy debemos importar arroz, azúcar, leche, carne ……y la lista es larga, todo debido a las políticas de expropiación de haciendas y fincas, que arruinó aquellas empresas que con brío, operaban en dicho sector y lo hacían productivo y prospero.

Como podremos ver, la excesiva presencia del Estado en las diversas actividades económicas del país, no sólo desplazó la privada, siempre mucho más eficiente que la pública, sino que además, desarrolló un monstruo gigantesco, llamado ineficiencia/corrupción. Esta combinación de acciones criminales, han sido, en los últimos tiempos, los factores más destructivos y temibles de esta política Nacional.

Gran parte de nuestras gigantescas riquezas, han sido vorazmente dilapidadas, destruidas y robadas, cómo consecuencia de la acción paquidermica, estatizadora, socialista, altamente ineficiente y corrupta, del Estado, quien ha impedido el desarrollo de una economía prospera.

De efectuarse cambios políticos importantes en el país, esta tendencia hacia el macro-Estatismo, deberá revertirse drásticamente. “Tenemos que cambiar, para que el país cambie”.

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