Opinión

¡Vamos bien! O ¿Vamos bien?

"¡Vamos bien! O ¿Vamos bien? En lo que respecta a ese slogan guaidiano la respuesta es afirmativa no interrogativa"
Leandro RODRÍGUEZ LINARES
domingo, 31 marzo 2019

Guaidó en casi tres meses ha logrado afectar al régimen castrista mucho más que la oposición en su conjunto en los 20 años previos, se ha logrado despojar a los rojos rojitos de importantísimos bienes, recursos económicos y financieros que servirán (es lo planteado) para la recuperación de la nación tras sucumbir este oscurantismo, sin embargo, las sanciones ya parecen haber cumplido su vida útil, aparte de afectar en paralelo al pueblo, nuestra nación es inconmensurablemente rica en recursos, recursos que el régimen aún controla y administra. No debemos olvidar que de las casi 50 dictaduras existentes en el planeta todas han sido sancionadas hasta la saciedad y allí permanecen en el poder…muchas por décadas.

 

Otro logro de Guaidó es la unión opositora, misma que es relevante en cuento logró extrapolar las barreras partidistas; educadores, obreros, trabajadores, amas de casa, etc. se han unido bajo una misma meta: Democratizar al país. Ahora, el presidente interino debe cuidar las formas, creemos cuenta con mucho asesoramiento externo lo cual lo distancia un poco de la realpolitik venezolana, recibe mucho asesoramiento influenciado por culturas políticas distintas a la nuestra, por tal motivo, incurre en ciertos errores. Haberse retratado con Rosales y Capriles lo percibimos como un error táctico, una de las características más importantes de Guaidó es su frescura política, su condición de relevo, lo cual no debe colocar en riesgo. Las uniones y estrategias político partidista son importantes, pero deben tener bajo perfil.

 

La calle es importante, probablemente es lo más importante, la presión social es la joya de la corona. Las marchas, protestas, concentraciones, en fin, todo cuanto haga saber al régimen, al mundo, a las instituciones que deberían ser del pueblo y hoy están secuestradas por una maleva élite inhumana, es vital, ello mantiene viva la llama del cambio, es el detonante para las grandes transformaciones. Pero hay más, el venezolano anhela, necesita cambios prontamente, a pesar que en la política invisible, la de las alianzas/estrategias Guaidó suma puntos diariamente, en la política visible, la palpable, el desgaste ante el desespero de una nación conducida intencionalmente a pobreza, se le agota la paciencia, pueblo que además se encuentra fuertemente controlado a través de la violencia institucionalizada del castrismo venezolano.

 

En el plano internacional lo propio, Guaidó suma los apoyos más importantes de los gobiernos, pueblos e instituciones más importantes/determinantes del globo terráqueo, ha logrado como cabeza de una circunstancia histórica reconocimiento oficial como presidente encargado, desplazando a Maduro y su régimen. Maduro probablemente cuenta solo con China como protectorado determinante, el asunto es que los chinos no son amigos ni aliados incondicionales, son inversionistas, solo velan por sus propios intereses, en el momento que China se convenza que un gobierno distinto al chavismo garantiza de mejor manera sus inversiones en Venezuela hasta ese momento Maduro ocupará Miraflores. Las demás naciones que “apoyan al hijo de Chávez” solo prestan servicios de represión al pueblo, control mediático y persecución a los opositores, tretas del todo insuficientes para retener el poder.

 

¡Vamos bien! O ¿Vamos bien? En lo que respecta a ese slogan guaidiano la respuesta es afirmativa no interrogativa, Guaidó y su proyecto de transición ¡va bien! el asunto es que va lento, paso a paso y ello, ante el desespero de un pueblo arrastrado a una sobrevivencia indigna, es lo que genera inconformidad. Asimismo, debe procurar tropicalizar su asesoramiento externo para no incurrir en más errores tácticos. En líneas generales, creemos que Guaidó va firme en la obtención de sus objetivos. @leandrotango

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