Union, liderazgo y futuro        

¡La oposición, sí tiene futuro!!! Cierto es, que para nuevamente instaurar la democracia, deberemos salvar múltiples escollos, y ello requiere mucha voluntad, un gran sentido de trascendencia, amor por la patria, talento y sobretodo, mucho trabajo, perseverante y disciplinado.

También hay verdades sobre hechos e historia que debemos conocer, por ejemplo, es sabido que gran parte de nuestra cultura, la que, paso a paso y con dificultad, veníamos edificando, fue abatida y profusamente zarandeada.

Volver a tomar ese sendero, resultará más escabroso; de igual manera, los principios morales y valores éticos, también en proceso de perfeccionamiento, sufrieron serias alteraciones; se lastimó la educación, las buenas costumbres, la honorabilidad, y para herirnos aún mas, nos enseñaron que la vulgaridad en los modales y lenguaje, no solo es de común aceptación, sino que hasta confiere mayor estatus a quienes con profusión y descaro la utilizan, todo ello, buscando formar al “hombre nuevo”.

Desmontaron, sin consecuencia alguna, instituciones educativas, religiosas, políticas, privadas unas y públicas, otras. Atinaron a lastimar al individuo en sus sueños, su voluntad y sus afectos, los cuales redujo, enajenó y hasta anuló.

Desde la génesis de esta tragedia, ya pasó mucha agua bajo el puente y la oposición también, distrajo suficientes años en un  diván psiquiátrico, por lo cual  creo que deberíamos estar preparados nuevamente, para volver a emprender el rumbo y retomar la lucha por la libertad.

Por ahora, pareciera que solo nos falta organización; los partidos políticos, fundamentalmente, deberían emprender esta acción y como parte de ella, otra vez, escoger nuevos y brillantes líderes, para enriquecer la plantilla actual.

Es importante notar, que estas organizaciones políticas, son fundamentales para la democracia, por lo cual están en la obligación de representar ideologías y no apetencias personales. No se justifica un número de ellas, superior a cuatro o cinco, en vez de las sesenta o más que hoy tenemos.

Por otro lado, los líderes a ser seleccionados, deberían tener ese perfil de persona carismática, estudiosa, enérgica, experimentada en buenas prácticas, pero sobre manera, honesta; y ellos, con sus equipos, deberán elaborar programas de gobierno posibles, reales, ejecutables, a nivel nacional, regional y local.

Esos programas, junto al curriculum del o de los candidatos, libre y legalmente elegidos, deberían ser los que en la forma de mensajes, se presentara al pueblo. Ese nuevo liderazgo es el que debe desplegar renovados esfuerzos para organizar las estructuras  institucionales de esta agotada sociedad, en sus territorios y a sus correspondientes niveles y deberá comenzar por las bases, en los barrios del país.

Es igualmente fundamental, implantar a todo nivel, una escuela para líderes, con  programas formales, para ir estructurando los necesarios  cuadros de relevo político e institucionales del futuro. Esa es una institución u organismo que nunca creamos y posiblemente, por ello, carecemos hoy de suficientes cuadros políticos debidamente preparados.

La única promesa que debe hacerse es: trabajar, sudar y llorar (W. Churchill); es el esfuerzo mínimo requerido, para volver a disfrutar de mayor igualdad,  justicia y libertad, para lo cual, estamos seguros, sobrarán voluntarios.Esa es, además, nuestra responsabilidad y nuestra cuota de participación, con empeño y dedicación, para legar a las nuevas generaciones, una remozada nación desarrollada, prospera y democrática.

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