Tipos de personas manipuladoras

Todos hemos sido manipulados alguna vez, y en alguna medida también lo hemos hecho. Aclaro que no me cuento entre los especialistas en esta materia, me hubiese gustado pero la vida me llevó hacia otros derroteros. En cuanto a éste tema sólo soy un buscador en Internet que en ocasiones se las arregla para resumir alguna información que puede resultar de interés para los lectores.

Los psicólogos sostienen que en primer lugar nadie tiene derecho a tomar el control de nuestras vidas, y dejan claro que en todas partes hay ese tipo de personas, incluso seres queridos con quienes mantenemos un profundo vínculo afectivo suelen convertir el juego emocional en su forma habitual de relacionarse con los demás, para sacar provecho constantemente a costa del equilibrio psicológico de sus víctimas, es decir, controlando sentimientos y emociones mediante la táctica de hacer que la persona dude de sí misma.

Para combatir a un manipulador ellos plantean la necesidad de comprender lo que llaman nuestros puntos ciegos psicológicos, los cuales son vulnerabilidades tales como la enfermedad de complacer a los demás; la adicción a la aprobación y la aceptación de los demás; pensar que tenemos nulo o escaso control sobre nuestra vida; sentido borroso de la identidad, lo cual nos lleva a establecer pocos límites que los demás traspasan continuamente; falta de asertividad e incapacidad para decir “no” cuando alguien intenta presionarnos; Emotofobia, que sería el miedo a experimentar emociones negativas como la frustración, la tristeza o la desaprobación, lo cual nos llevaría a intentar evitar los conflictos aunque sea a costa de nuestra propia libertad; ingenuidad, de manera que nos resulta demasiado difícil aceptar la idea de que algunas personas son astutas y manipuladoras; dependencia emocional, algo característico de personas inseguras que tienen una tendencia más sumisa, de manera que son más propensas a ser manipuladas y explotadas; baja autoestima, la cual suele estar vinculada con sentimientos de escasa autosuficiencia y una baja autoconfianza, de manera que se suele confiar en los demás con gran facilidad; sentido del deber y la responsabilidad excesivos, los cuales impiden a la persona cortar los lazos con el manipulador o establecer límites, ya que piensa que en realidad todo es culpa suya.

El siguiente es un catálogo sintetizado de los tipos de manipuladores:

1. El fanfarrón encubierto, quien, por ejemplo, se comparará sutilmente con nosotros para hacer patente que no estamos a su altura y que debemos sentirnos muy mal por ello.

2. El plantador de ideas, cuya táctica consiste en presentar ideas con valores aceptados socialmente, de manera que si no los compartimos nos convertimos automáticamente en malas personas, y ni siquiera nos darán tiempo para argumentar nuestra opinión.

3. El decepcionado permanente. La decepción es un peso difícil de cargar, y este tipo de persona lo sabe y juega esa carta a su favor. Por eso, cada vez que hacemos algo que le desagrada o que no satisfacemos sus demandas, esa persona nos hará saber cuán decepcionada está.

4. La víctima crónica. Este tipo de persona nunca se cansa de resaltar todas las desgracias que ha sufrido a lo largo de la vida, y de hecho cada vez que la encontramos tiene una desgracia nueva que añadir, y aprovechará para pedirnos un gran favor.

5. El oyente selectivo. Cuando estamos inmersos en una discusión, podemos perder la paciencia y decir cosas que no sentimos realmente o de las que nos arrepentimos, sin embargo, este tipo de persona manipuladora se quedará aferrada a esa frase o actitud y nos vapuleará con ella hasta el fin de los tiempos. No importa lo que dijimos antes o después, tampoco importa el contexto en el que lo dijimos o si intentamos disculparnos y reparar el daño, esa persona utilizará nuestro error para someternos a su voluntad haciéndonos ver cuánto nos equivocamos y cuán malos somos. Su estrategia consiste en esperar a que cometamos un error, sacarlo completamente de contexto y usarlo para manipularnos emocionalmente. Esta persona solo se centrará en nuestras equivocaciones porque son las que le permiten alcanzar su objetivo, y todo lo bueno que hagamos simplemente lo borrará.

6. El mártir. Se trata de uno de los peores tipos de personas manipuladoras porque justifican sus malas acciones y su egoísmo con alguna causa superior. Podría tratarse de una causa religiosa o de algo más terrenal como ser un buen padre o una buena madre. Su frase preferida es: “lo hago por tu bien” o “solo estoy intentando ayudarte”, cuando sabemos perfectamente que no es así y que los principales beneficiados serán ellos mismos.

7. El inquisidor. Esta persona manipuladora utiliza la crítica directa como su arma principal. Su táctica es hacernos sentir que no somos capaces de llevar las riendas de nuestra vida, que no estamos a la altura de la situación y que necesitamos confiar en ella para que todo finalmente se encauce. El inquisidor es un auténtico maestro de la manipulación emocional y absolutamente todo lo que hagamos o digamos será usado en nuestra contra, porque lo usará para juzgarnos y hacer que quedemos mal parados.

Como corolario a este apretado resumen, cabe preguntarse por qué las personas manipulan. Los especialistas sostienen que la manipulación es un comportamiento complejo en cuya base se suelen esconder diferentes motivaciones, bien sea porque desean sentirse poderosas y experimentar cierto grado de superioridad en las relaciones; porque quieren tener el control de la relación y de la toma de decisiones de los demás; o porque desean tanto alcanzar sus metas que no les importa hacerlo a costa de los demás.

Sin embargo, detrás de estos motivos hay un cuadro psicológico aún más complejo. En realidad, muchas personas manipulan porque sienten miedo, le temen a que si no manipulan el campo de juego a su favor, no obtendrán los resultados que desean.

Hasta el próximo resumen. Un abrazo para todos.

viznel@hotmail.com

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