¡Tambores de guerra surcan los aires!
A las puertas de una suicida guerra se encuentra la República. Se evaporaron los análisis de escenarios temas favoritos de opinadores de oficio y arte. La situación es extrema. Estamos en la etapa de pre guerra. Los contendores ya se estudiaron. Cada uno definió su estrategia. Conocen sus movimientos, fuerzas y posibilidades. Las medidas y sanciones de la potencia del norte tienen el objetivo de minar y debilitar las fortalezas del país suramericano. Estrangulamiento financiero y logístico. Hasta ahora uno ataca… el otro aguanta y se prepara. Pero el combate es desigual. La primera potencia del mundo contra una débil y pequeña nación subdesarrollada. La potencia pondrá en práctica su avanzada tecnología militar y su incomparable poderío bélico. El gobierno, recurrirá a la FAN, milicia nacional, su propagado patriotismo y su decisión de no entregar fácilmente el poder político. Mi lectura indica que si es así la cosa será inevitable la confrontación con EEUU.
Un guión elaborado en el norte
Por otro lado, unas tres cuartas partes del país ligando la acción de EEUU y el derrocamiento del gobierno de Maduro. En este segmento de la población observamos a grupos radicales y fanáticos, productos de la bestial polarización habida, festejando la llegada de los marines y justificando los miles de muertos que habría. Expresión evidente en las incendiadas redes sociales. Como si las balas o misiles mataran solo a chavistas. El odio acumulado ha sido muy grande y el daño producido se devuelve como revancha extravagante. El liderazgo opositor silencioso, escondido, seguramente trabajando tras bastidores. Porque el guión en ejecución y elaborado en el Norte así lo establece. Que concentra en Guaidó el protagonismo y le impone como factótum. Medio a través del cual se imparten las instrucciones y las políticas a seguir. Acabaron con décadas de división, egoísmo y rivalidades. Egos sobreestimados y competencias anodinas. El silencio del liderazgo es un mensaje…
Por las buenas o por las malas
La perspectiva a corto plazo es complicada. Los norteamericanos decididos a intervenir militarmente y el gobierno de Maduro resuelto hacerles frente. Pareciera a simple vista que morirá peleando. Están aceitando la maquinaria militar y armando a ciudadanos civiles. Rusia les abastece de armas. Les motiva un marco ideológico, una doctrina regional histórica anti-imperialista y un compromiso mundial haciendo causa común con la China y Rusia. Quienes, al ver hasta ahora la determinación estadounidense, optan por mantenerse afuera, ayudando indirectamente, postura declarativa y dispuestos a defender sus intereses en juego. Maduro declara su disposición a dialogar con la oposición y hasta con el presidente Donald Trump. Con la oposición es tiempo perdido ellos ya tienen su ruta trazada: Cese de la usurpación; gobierno de transición y elecciones libres. Mientras con Trump no hay vida tampoco. La resolución es definitiva, sacar a Maduro por las buenas o por las malas. Para EEUU, Venezuela se ha convertido “En una amenaza inusual y extraordinaria”. Algo risible. Está en juego la supremacía del modelo capitalista en América Latina. Así de simple…
Horas aciagas en el horizonte
Puestas las cosas de esa manera el futuro cercano (muy cercano) es realmente tétrico. Espeluznante. Imagínense ustedes que Diosdado declaró que Venezuela se convertiría en una Vietnam. ¿Sabrá Diosdado lo que dijo? La guerra del Vietnam duró casi veinte años y murieron millones de personas. Preocupante la situación. Leyendo entre líneas, atando cabos y expuesto a ambos lados, concluyo que la confrontación directa será ineludible. Horas aciagas nos esperan.
@efecepe2010
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